McLaren arrasa en Interlagos

Las escuder¨ªas disidentes quedaron ayer en evidencia. La batalla contra los frenos direccionales, que encabezaron los italianos de Ferrari, result¨® una pura an¨¦cdota. La prohibici¨®n del sofisticado sistema de frenado utilizado por los equipos McLaren, Williams y Jordan no tuvo incidencia en el desarrollo del Gran Premio de Brasil, la segunda prueba del del mundial. McLaren- Mercedes volvi¨® a colocar sus dos b¨®lidos en las primeras posiciones, tras controlar la carrera desde la primera a la ¨²ltima vuelta. El finland¨¦s Mika Hakkinen gan¨® su tercer Gran Premio -los tres consecutivos- y, como en Australia, la segunda posici¨®n fue para su compa?ero David Coulthard (Escocia). El podio lo complet¨® el alem¨¢n Michael Schumacher (Ferrari), que sum¨® sus primeros puntos.Las sesiones de entrenamientos en Interlagos ya constataron que con o sin frenos direccionales los McLaren segu¨ªan siendo los mejores coches de la F-1. El mismo Schumacher reconoci¨® la distancia que separaba a Ferrari de McLaren y se limit¨® a reconocer que algo deber¨ªan hacer en su equipo para igualar las cosas. Y la carrera de ayer no hizo m¨¢s que confirmar estos presagios. Ahora ya es evidente que la superioridad de McLaren no proviene de los frenos direccionales. En este aspecto, las dem¨¢s escuder¨ªas no tienen ya excusas. Lo que marca las diferencias es un c¨²mulo de peque?os detalles t¨¦cnicos que convierten a los coches de Ron Dennis en los mejores. Y tambi¨¦n el acierto de haber elegido los neum¨¢ticos japoneses Bridgestone, que a pesar de que s¨®lo llevan dos a?os en la F-1, logran un rendimiento superior a los cl¨¢sicos Goodyear.

Con estas coordenadas, el Gran Premio de Brasil fue una carrera sin historia. Hakkinen y Coulthard, que salieron en la primera l¨ªnea de la parrilla, cogieron la cabeza de la carrera desde la primera curva y nunca la abandonaron. La ventaja que adquirieron sobre sus inmediatos seguidores fue tan brutal que les permiti¨® entrar en boxes, para realizar el repostaje y el cambio de neum¨¢ticos, sin perder sus posiciones.

Esa circunstancia se produjo a mitad de la carrera. Coulthard fue el primero de los dos en pasar por su box (36? vuelta). En aquel momento ocupaba la segunda posici¨®n, a siete segundos de Hakkinen, primero, y Con una ventaja de 46 segundos sobre el tercero, el austriaco Alexander Wurz (Benetton). Una vuelta m¨¢s tarde fue Hakkinen quien par¨®. Pero tampoco perdi¨® el liderato.

La atenci¨®n de la prueba, como consecuencia, se centr¨® en la lucha por el tercer escal¨®n del podio. Ah¨ª s¨ª que el pilotaje y las decisiones de equipo tuvieron repercusi¨®n. Y la agresividad y calidad de Schumacher le permitieron ir driblando los inconvenientes para acabar logrando su objetivo de ser el mejor perseguidor de los McLaren.

Schumacher mantuvo una batalla feroz con Heinz-Harald Frentzen (Williams), su compa?ero Eddie Irvine y Alexander Wurz. ?l y el canadiense Jacques Villeneuve (Williams) fueron los ¨²nicos que realizaron adelantamienitos. Al final, la carrera hizo justicia,a Schumacher, que concluy¨® por delante de Wurz, Frentzen y Fisichella (Benetton). Sin embargo, el alem¨¢n entr¨® a m¨¢s de un minuto del ganador. Y Frentzen, quinto, acab¨® doblado. Villeneuve se qued¨® fuera de los puntos, en s¨¦ptima posici¨®n. Hakkinen reina con 20 puntos, 8 m¨¢s que Coulthard.