El Museo de Arte de Catalu?a rinde homenaje a Zurbar¨¢n con una exposici¨®n de contrastes
La exhibici¨®n re¨²ne a 25 piezas agrupadas por coincidencias tem¨¢ticas
"Un museo lo es en funci¨®n de su propia colecci¨®n", dijo ayer Eduard Carbonell, director del Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC). A partir de sus cinco zurbaranes y de dos obras m¨¢s de Juan, hijo de Francisco de Zurbar¨¢n, el MNAC ha dise?ado una exhibici¨®n homenaje al maestro extreme?o en el cuarto centenario de su nacimiento, en la que se comparan las diferentes versiones que hizo de un mismo tema. La exposici¨®n, abierta a partir del pr¨®ximo jueves y hasta el 31 de mayo, re¨²ne 25 obras y tiene la vocaci¨®n de ser ¨²til a los especialistas, aunque sin olvidar, como explic¨® la comisar¨ªa de la exposici¨®n, Margarita Cuy¨¢s, "el goce est¨¦tico que debe ofrecer al p¨²blico que la visite".
''Hemos intentado realizar una exposici¨®n con una base s¨®lida de: investigaci¨®n detr¨¢s. Nuestra opci¨®n no ha sido realizar una antol¨®gica, nuestra labor ha. ido encauzada hacia una exhibici¨®n que girase en torno a las piezas de Zurbar¨¢n que hay en nuestra colecci¨®n", dijo en la presentaci¨®n de la exhibici¨®n Eduard Carbonell. En este sentido, la exposici¨®n trata de buscar las coincidencias cronol¨®gicas, estil¨ªsticas y tem¨¢ticas entre las obras prestadas al museo y las que proceden del fondo que posee el MNAC de Zurbar¨¢n. Otro de sus objetivos es ampliar la visi¨®n popular que se tiene del maestro extreme?o como un pintor casi exclusivamente dedicado a la pintura mon¨¢stica y religiosa.Varias son las aportaciones de Zurbar¨¢n en el Museo Nacional de Arte de Catalu?a. Una de ellas es poder contrastar diferentes obras de una misma tem¨¢tica y que configuran los distintos apartados de la exposici¨®n. El comienzo del recorrido est¨¢ presidido por una de las tres inmaculadas concepciones que se exhiben. Se trata de una obra fechada en 1632, perteneciente al fondo del MNAC, y en la que se representa a Mar¨ªa como una joven adolescente que mira al cielo y que va vestida, de color de rosa, seg¨²n la tradici¨®n sevillana. Junto a esta pieza, la exposici¨®n muestra otra Inmaculada Concepci¨®n, proveniente de una colecci¨®n particular y que es presentada en p¨²blico por primera vez. La obra fue pintada en 1636 para la iglesia de Nuestra Se?ora de la Granada, de Llerena. En esta pieza, la Virgen tiene una edad m¨¢s adulta, mira a la Tierra y va vestida de azul y blanco.
Otro apartado est¨¢ dedicado, a las im¨¢genes franciscanas. A partir de San Francisco de As¨ªs seg¨²n la visi¨®n del papa Nicol¨¢s V, del MNAC, se da entrada a cuadros procedentes de otros museos y colecciones particulares relacionadas con este santo. Una de las pinturas que destacan, adem¨¢s de por su calidad, por no haber sido expuesta en ning¨²n museo espa?ol durante este siglo, es San Francisco de As¨ªs postrado esperando ansiosamente la muerte, procedente de la National Gallery de Londres.
En un apartado de la exposici¨®n denominado Po¨¦tica de quietudes, se ha querido reunir obras que respiran una cierta intimidad y sabor por lo cotidiano. Dos obras gemelas, tituladas La Madre de Dios ni?a, durmiendo, se presentan juntas por primera vez. Cuy¨¢s explica: "No era nada extra?o que determinadas obras, sobre todo si estaban destinadas a clientes menores, fueran repetidas por razones de mercado". En esta misma secci¨®n puede verse una pieza que tuvo un especial impacto en la sociedad ind¨ªgena y mestiza de la Am¨¦rica espa?ola de la ¨¦poca. Se trata de San Miguel Arc¨¢ngel, en donde el ¨¢ngel aparece vestido con una cuidada y exquisita armadura. Este cuadro dio pie a una serie de arc¨¢ngeles criollos armados con arcabuz.
In¨¦ditos
En 1966, Agust¨ª Montal leg¨® al museo barcelon¨¦s la pintura Cristo crucificado, r¨¦plica de otra conservada en el museo de Bellas Artes de Sevilla. Esta circunstancia ha dado pie a una de las sorpresas de la exposici¨®n. Se trata de la presencia de una obra in¨¦dita titulada Cristo en la cruz con la Virgen Mar¨ªa, la Magdalena y san Juan, perteneciente a una colecci¨®n particular y cuyo descubrimiento es una de las aportaciones m¨¢s relevantes de la exhibici¨®n.Francisco de Zurbar¨¢n, uno de los grandes maestros del Siglo de Oro espa?ol, fue revalorizado por los rom¨¢nticos franceses en la primera mitad del siglo pasado y se reforz¨® su prestigio por una exposici¨®n que el Museo del Prado le dedic¨® en 1905, a partir de la cual la importancia mundial del pintor ha ido en imparable progresi¨®n.
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