Reforma est¨¦ril

LA LEY del Suelo que aprob¨® el pleno del Congreso de los Diputados la semana pasada, tras una largu¨ªsima tramitaci¨®n parlamentaria, tiene muy poco que ver con el proyecto que sali¨® del Ministerio de Fomento. Si el texto del Gobierno se caracterizaba por una cierta liberalizaci¨®n, m¨¢s formal que efectiva, pero suficiente para liberar m¨¢s suelo urbanizable, la redacci¨®n final, despu¨¦s de pasar por el tamiz de los partidos nacionalistas y de la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias (FEMP), implica una reforma mucho m¨¢s suave, en la que la decisi¨®n de los poderes locales y auton¨®micos sigue siendo un factor clave en la determinaci¨®n del volumen del suelo, y, por tanto, del precio final de las viviendas que tienen que pagar los ciudadanos.El gran debate durante la tramitaci¨®n parlamentaria ha sido el porcentaje de suelo que los promotores deben ceder a los ayuntamientos de forma obligatoria. El Gobierno socialista fij¨® ese tope en el 15%, cifra que el PP rebaj¨® al 10% en cuanto lleg¨® al poder. Esta rebaja, defendida como una gran liberalizaci¨®n por el Gobierno, apenas supon¨ªa situar el suelo potencialmente urbanizable del pa¨ªs en el 6% del total; cifra que, si bien duplicaba el suelo disponible, era y es insuficiente para producir un descenso duradero del precio. El proyecto que se, acaba de convertir en ley colocaba inicialmente la cesi¨®n en una horquilla de entre el 0% y el 10%, para compaginar ese nuevo tope con la sentencia del Tribunal Constitucional que daba a las comunidades la potestad de fijar la cifra de cesi¨®n.

La ley mantiene definitivamente ese m¨¢ximo de cesi¨®n en el 10%, pero con una modificaci¨®n fundamental. Las comunidades, aut¨®nomas ser¨¢n las que legislen la cifra exacta de la cesi¨®n y si ese terreno que los promotores dan a los ayuntamientos se entrega urbanizado o no. En el supuesto de que se obligue a ceder suelo ya urbanizado, los expertos calculan que la repercusi¨®n para los promotores ser¨ªa como si hubiesen cedido entre el 17%,y el 18% de suelo no urbanizado.

En contra de lo defendido desde el Gobierno y el PP, es muy poco probable que esta reforma contribuya a abaratar el precio de la vivienda -puesto que no lo hace con el del suelo-, que es la raz¨®n de toda reforma liberalizadora. Para conseguir una rebaja efectiva de los precios es imprescindible reformar el sistema actual de, financiaci¨®n de los ayuntamientos, de forma que no requieran, como recurso principal, la cesi¨®n de un -porcentaje del suelo sobre el que se edifica. Pero esta reforma de la financiaci¨®n loca?, a la que ahora est¨¢ fuertemente unido el aumento del suelo edificable, es m¨¢s compleja a¨²n que la del suelo.