As¨ª que reformar era esto

El Sporting logr¨® hace casi dos meses su ¨²nica victoria en esta liga. Acostumbrado a perder, alguien exclam¨®: "?As¨ª que ganar era esto!". Tras varias tentativas, el Consejo de Universidades ha emprendido una reforma de los planes de estudios y del t¨ªtulo V de la Ley de Reforma Universitaria (LRU). Como en el terreno de juego, tambi¨¦n en el campo universitario cabr¨ªa decir: "As¨ª que reformar era esto". No es poco lo que se pretende con la reforma, pero, puestos a ello, parece insuficiente, ya que deja fuera muchos otros en los que las reformas pendientes resultan imprescindibles, especialmente en ¨¢mbitos como la financiaci¨®n y el gobierno universitario.Todav¨ªa no ha llegado a los sem¨¢foros la orden mendicante de los rectores magn¨ªficos, como ilustraba el chiste de Forges, ofreciendo, m¨¢s que una idea, una imagen de las penurias presupuestarias de la universidad. Para no utilizar otros argumentos, qued¨¦monos s¨®lo en los de los manuales de iniciaci¨®n a la econom¨ªa, que explican la irremediable senda hacia el deterioro de la calidad que recorren los servicios -a los que se les cierran v¨ªas de financiaci¨®n adecuada. El caso del servicio de correos, donde la resistencia a elevar unas pesetas el precio de los sellos condujo a la proliferaci¨®n de mensajer¨ªas privadas, podr¨ªa ser un ejemplo de lo que est¨¢ ocurriendo en una universidad que ha de allegar m¨¢s fondos externos y demandar mayor financiaci¨®n p¨²blica, pero que no parece en cambio tan dispuesta a revisar seriamente su pol¨ªtica de tasas, posiblemente por la falta de coraje de unos y la ingenua falta de entendederas de otros, junto a algunas interesadas complicidades.

Subir las tasas ligeramente por encima del IPC por ejemplo, no resolver¨ªa el problema, pero contribuir¨ªa a aliviarlo y no tendr¨ªa que resultar imposible, siempre que se alcanzase un verdadero pacto social acerca del destino de los recursos adicionales obtenidos. Pero si no se act¨²a simult¨¢neamente por todas las v¨ªas, el resultado es previsible: un progresivo deterioro de la calidad de la universidad p¨²blica, convertida en refugio de los segmentos de menor renta, desplazando a los de niveles superiores hacia unas universidades privadas que no han dado especiales pruebas de calidad, pero que cuentan con evidentes ventajas comparativas para atraer a segmentos de renta alta y garantizar la obtenci¨®n de t¨ªtulos.

Vayamos al gobierno universitario. La insatisfacci¨®n por el funcionamiento de claustros y juntas de gobierno, por la inoperancia de los consejos sociales, por la propia configuraci¨®n' del Consejo de Universidades, resulta clamorosa y reveladora de hasta qu¨¦ punto se han pervertido los mecanismos de poder universitario, conduciendo a una inhibici¨®n de la mayor¨ªa. Sobre todo ello habr¨ªa que reflexionar y actuar, porque la reforma de los ¨®rganos de gobierno es uno de los grandes temas pendientes, y una de las cuestiones m¨¢s decisivas para el buen, funcionamiento del sistema universitario. M¨¢s que f¨®rmulas, me atrevo a avanzar un principio: devolver poder acad¨¦mico a las instancias acad¨¦micas y, simult¨¢neamente, democratizar algunos procesos, comenzando por la elecci¨®n de rector por sufragio universal ponderado, tanto para hacer part¨ªcipe a toda la comunidad universitaria como para aliviar presiones, servidumbres y clientelismos.

En fin, quedan muchos aspectos pendientes para una verdadera reforma, para la que, m¨¢s que esperanza, hace falta fe, voluntad pol¨ªtica y coraje, en una universidad proclive a demandar soluciones externas pero c¨®mplice, a veces, de sus propios males.