Dos veteranos y un novato
Ballesteros cumplir¨¢ su 22? participaci¨®n; Olaz¨¢bal, su und¨¦cima, y Garrido debutar¨¢
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)
Los dos han echado all¨ª los dientes. Severiano cumpli¨® los 20 a?os en Augusta, all¨¢ por 1977; Txema debut¨® a los 19, en 1985. Los dos se han enamorado de Augusta y a ambos el Masters les ha correspondido. Ballesteros tiene dos chaquetas verdes en su armario (1980 y 1983); Olaz¨¢bal, una, la de 1994. Ser¨¢ la 22? participaci¨®n consecutiva del c¨¢ntabro; la und¨¦cima del guipuzcoano, que ha faltado tres veces desde su debut. Son, pues, dos veteranos en el asunto. Dos hombres a los que, atraviesen el momento de juego que atraviesen, hay que colocarlos siempre en el grupo de favoritos.Severiano Ballesteros no atraviesa su mejor momento, tampoco Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal. El hombre que llev¨® la Ryder a Espa?a, y a Europa a la conquista del torneo,comenz¨® bien la temporada, pero le marc¨® un hecho de fuera de los campos. Por primera vez desde que su nombre se pronuncia con veneraci¨®n en todo el mundo, el c¨¢ntabro no ha sido invitado para disputar el Campeonato de la PGA, uno de los cuatro grandes. Nada m¨¢s saberlo, cancel¨® su participaci¨®n en un par de torneos de la PGA
Derroch¨® tantas energ¨ªas en la lucha contra la injusticia como las que derrocha en el campo. En Estados Unidos particip¨® este fin de semana en el torneo de Nueva Orleans. No pas¨® el corte.
El jueves, el primer d¨ªa del Masters, cumplir¨¢ 41 a?os. Agarrar¨¢ los palos con decisi¨®n y luchar¨¢ en defensa de s¨ª mismo y de su generaci¨®n, la de los Norman, Faldo, Woosnam y Langer. Recuerden: Jack Nicklaus gan¨® su sexto y ¨²ltimo Masters en 1986, cuando ten¨ªa 46 a?os, dos meses y 23 d¨ªas.
Olaz¨¢bal s¨®lo tiene 32 a?os, que son menos de golf si se le descuentan los 18 meses que estuvo postrado en casa con una lesi¨®n. Esta temporada ya la ha iniciado con el pasado ya olvidado. M¨¢s viajero que nunca, el guipuzcoano toc¨® el triunfo en Dubai. Que tiemblen los dem¨¢s, empez¨® a decirse, Txema vuelve a ser grande. Pero despu¨¦s del torneo del desierto un problema tan ancho como un pelo le perturb¨®. Una m¨ªnima grieta en su driver favorito, aquel con el que dio a la bola recto y largo en Dubai, le oblig¨® a cambiar de herramienta. M¨¢s de 10 drivers ha probado sin fortuna. "No es culpa del driver", dijo durante el TPC, hace una semana. "No he hecho nada bien. En los cinco primeros torneos del a?o sent¨ªa que controlaba mi juego. Le daba bien el driver, le daba bien a los hierros y le daba bien al put ter. Todo lo he perdido ahora".
Ignacio Garrido es otro caso. El madrile?o, de 26 a?os, debuta en el Masters y no quiere dejarse aturullar por tanto perfume de exclusividad aristocr¨¢tica que despide el torneo. "Para m¨ª, que s¨®lo he visto el campo de Augusta por televisi¨®n, es un campo m¨¢s", dice. "No me impresiona porque dentro del campo est¨¢s t¨² solo con tu palo y tu bolita".
Ignacio, hijo de Antonio Garrido, que jug¨® el Masters hace justamente 20 a?os al lado de un jovencito Severiano Ballesteros, no quiere pensar en el Masters hasta que hoy ponga pie a tierra en Augusta. Ni siquiera, para aclimatarse, ha jugado los torneos de preparaci¨®n en Estados Unidos, y ha preferido defender su t¨ªtulo de campe¨®n de Espa?a en Salamanca (termin¨® tercero) "Claro que he so?ado con jugar all¨ª", dice. "Pero ahora que estoy cerca de hacerlo lo considero un torneo m¨¢s. Un torneo es grande porque los jugadores lo consideran as¨ª. En, el Open Brit¨¢nico me met¨ª tanta presi¨®n que lo hice fatal y no pas¨¦ el corte; en el PGA sal¨ª a divertirme y no me fue nada mal".
Pero el Masters impone, aun no queriendo, aun prepar¨¢ndose psicol¨®gicamente para no dejarse impresionar metiendo los sentimientos en una nevera. Garrido, el mejor talento joven- espa?ol, ya se code¨® con todos los grandes jugadores del momento hace unos meses, en la Ryder de Valderrama. Pero esto no es lo missmo. "En la Ryder es diferente. Juegas en equipo. Aqu¨ª estar¨¦ solo. Ellos son unos monstruos y yo espero que me salgan los colmillos".
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