Alcobendas pierde altura

Los ni?os de Alcobendas (83.000 habitantes) tendr¨¢n menos problemas para beber agua en los parques p¨²blicos. El Ayuntamiento est¨¢ cambiando todas las fuentes del municipio para adecuarlas a la estatura de los m¨¢s peque?os. Despu¨¦s de las fuentes, se transformar¨¢n los columpios, el mobiliario de los colegios e incluso se decorar¨¢ la consulta del pediatra. El reci¨¦n estrenado Plan de Infancia de la localidad gastar¨¢ 2.000 millones en tres a?os para hacer una ciudad asequible a los ni?os."En las fuentes beben los perros y nos da asco". Esta denuncia de ni?os de Alcobendas, fruto de una encuesta que elabor¨® el Consistorio para conocer sus quejas sobre la ciudad, ya tiene soluci¨®n. Adem¨¢s de bajar la altura de las fuentes a unos 50 cent¨ªmetros del suelo, los c¨¢nidos no podr¨¢n beber en ellas, porque se ponen en funcionamiento pulsando un bot¨®n. El Ayuntamiento ha cambiado ya ocho surtidores, aunque en el 2001 todas las fuentes del municipio ser¨¢n as¨ª. De momento, que los peque?os lleguen a las fuentes le cuesta al Ayuntamiento un mill¨®n y medio de pesetas este a?o.

Ahora les toca el turno a los parques de Alcobendas. Los columpios de toda la vida dejar¨¢n paso a estructuras s¨®lidas, coloridas y, sobre todo, seguras para los ni?os. Para poder cambiar el mobiliario en instalaciones dependientes de otras administraciones, la Concejal¨ªa de Infancia negocia con todas ellas para que los tent¨¢culos del plan lleguen a todos los rincones.

Por ejemplo, se pretende poner papel y jab¨®n en los cuartos de ba?o de los colegios p¨²blicos, una reivindicaci¨®n hist¨®rica de los escolares. Se renovar¨¢n los pupitres deteriorados o se arreglar¨¢n los patios. "El argumento de los centros educativos es que los ni?os malgastan el papel y el jab¨®n y atrancan los ba?os. Eso es cierto, pero tenemos que ensenarles a que usen bien estos objetos", explica Mercedes Jim¨¦nez, concejal de Infancia de la localidad.

El plan tambi¨¦n llegar¨¢ a la consulta del pediatra: les parece fea, y el m¨¦dico, poco amigable. Se pretende que el Insalud decore las consultas y que los facultativos se quiten las batas blancas para no asustar a los ni?os.

Como dice el italiano Francesco Tonucci, experto en infancia, autor del libro La ciudad de los ni?os, que ha inspirado el plan de Alcobendas, Buenos Aires (Argentina) o Fano (Italia), nuestras ciudades no est¨¢n hechas para los peque?os. "Cuando salen del colegio", dice Tonucci, "los ni?os tienen que correr, pero la ciudad es peligrosa. Son bajitos y no ven llegar los coches, que adem¨¢s nunca respetan los pasos de cebra". Precisamente la estatura de los ni?os motivar¨¢ la transformaci¨®n de otras cosas: tiradores de puertas, llaves de luz, retretes, duchas o percheros de centros p¨²blicos. Tonucci quiere que los ni?os puedan ir andando solos al colegio, que los vecinos y comerciantes se ocupen de los menores y que ¨¦stos puedan jugar en la calle.