Peque?o escenario para gigantes
El teatro Almeida de Londres, v¨¢lvula de escape para estrellas como Ralph Fiennes, Liam Neeson, Kevin Spacey o Juliette Binoche
, ?Qu¨¦ tiene el teatro Almeida, un local londinense con 300 butacas, para atraer a su ¨ªntimo escenario a actores como Juliette Binoche, Ralph Fiennes o Liam Neeson? ?Qu¨¦ ofrece la joven compa?¨ªa Almeida para que dramaturgos de la talla de Harold Pinter estrenen con ella sus obras? La respuesta se encuentra en la filosof¨ªa de sus directores art¨ªsticos, los actores brit¨¢nicos lan McDiarmid y Jonathan Kent, que han convertido su teatro en la "cl¨ªnica Betty Ford para estrellas teatrales disfuncionales".El Almeida se eleva desde el siglo XIX en una calle secundaria de Islington, un barrio londinense alejado del tradicional circuito dram¨¢tico. Su actual trayectoria, como nido de famosos y centro de experimentaci¨®n teatral con repercusiones internacionales, es, sin embargo, corta. Hace apenas ocho a?os, McDiarmid y Kent se hicieron con las riendas art¨ªsticas de la compa?¨ªa con el prop¨®sito de montar producciones arriesgadas de obras contempor¨¢neas y de textos cl¨¢sicos bajo una nueva luz.
La calidad es el lema de ambos gestores- actores -Kent descubri¨® tambi¨¦n su veta como director- al tiempo que la compa?¨ªa funciona bajo un estricto c¨®digo igualitario. Todos los artistas que suben al estrado -desde actrices consagradas como Phyllida Law o Penelope Wilton y actores noveles hasta las superestrellas de Hollywood- cobran el sueldo base, esto es, u?as 50.000 pesetas por semana: un salario escasamente competitivo que no ha impedido la contrataci¨®n temporal de Glenda Jackson -antes de su retirada a la pol¨ªtica-, de Sinead Cusack, Kevin Spacey y de otros actores internacionales cuyo cach¨¦ se fija en millones m¨¢s que en miles de pesetas. Como se?ala Benedict Nightingale, del diario The Times, el Almeida es "un peque?o escenario donde act¨²an los gigantes".
Igualmente acertado es el s¨ªmil sugerido por James Christopher al comparar en las p¨¢ginas de The Observer la empresa de McDiarmid y Kent con la "cl¨ªnica Betty Ford para estrellas disfuncionales". Dos ejemplos concretos refuerzan su teor¨ªa. En 1993, el actor lan Holm regres¨® al escenario con una galardonada interpretaci¨®n en el Almeida que puso punto final a un ataque de p¨¢nico que le manten¨ªa alejado del teatro desde hac¨ªa a?os. Poco antes, ambos directores art¨ªsticos lograron que Harold Pinter no s¨®lo actuara en Islington, sino que reiniciara su reconocida labor de dramaturgo, suspendida durante una d¨¦cada.
La joven compa?¨ªa, con recursos limitados debido a la escasa capacidad de su sede, fue el escenario elegido por Pinter para el estreno mundial de Moonlight, gran ¨¦xito comercial y de cr¨ªtica. Otros autores y directores han seguido sus pasos: David Hare, Anthony Burgess, Steven Pimlott, Richard Eyre e incluso el actor Alan Rickman, que debut¨® en direcci¨®n con su obra The winter guess.
Al mismo tiempo, la peque?a sala londinense sirve de v¨¢lvula de escape para los gigantes de Hollywood. "Menos mal que existe el Almeida", dijo Ralph Fiennes. "'Aqu¨ª estamos para servir a la obra. Cuando algo falla no se culpa a nadie, sino que intentamos solucionar juntos el problema", coment¨® Diana Rigg, a quien la audiencia redescubri¨® en el Almeida, donde se liber¨® por fin de la etiqueta de Los vengadores, que la persigue desde los a?os sesenta. Otra norma de la casa -cada obra est¨¢ en cartel dos meses como m¨¢ximo- favorece el peregrinaje a Islington, ya que las estrellas pueden compaginar el trabajo teatral y cinematogr¨¢fico.
Londres es un foco dram¨¢tico tradicional tanto en cantidad como en calidad de repertorio e interpretaciones. Pero pocas compa?¨ªas pueden presumir de atraer a Ralph Fiennes en dos ocasiones (Hamlet, en 1995, e Ivanov, un a?o despu¨¦s), o, como sucede esta temporada, de tener interpretando a Kevin Stacey en The iceman cometh, de Eugene O'Neil (ahora en cartel), y a Liam Neeson como Oscar Wilde en The Judas kiss, del celebrado David Hare.
Por otra parte, el p¨²blico tiende a ser tan selecto como los artistas que trabajan en el Almeida: Juliette Binoche fue espectadora antes de subir recientemente al estrado en la nueva adaptaci¨®n de Desnudo, de Pirandello, y, entre otros visitantes, se mencionan los nombres de Sean Connery, Tom Cruise, Nicole Kidman o Demi Moore. Los paparazzi y los coleccionistas de aut¨®grafos frecuentan este alejado rinc¨®n de Londres.
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