La cultura de la violencia

Agradezco a EL PA?S que refleje art¨ªculos como el de Vicen? Fisas Los medios de comunicaci¨®n y la cultura de la violencia. Apoyo incondicionalmente su denuncia y estoy totalmente de acuerdo en la influencia negativa de la televisi¨®n en la formaci¨®n de los j¨®venes, pero hay un aspecto bastante crucial que o se le escapa o no ha querido considerar.Tanto las ni?as como los ni?os ven las mismas 20.000 muertes por d¨¦cada en la televisi¨®n. No obstante, no solemos leer que sean ni?as las causantes de las tragedias de crueldad o cr¨ªmenes con otros j¨®venes. Ni cuando son peque?as ni en su madurez. Contin¨²an siendo hombres los que en abrumadora mayor¨ªa agreden y asesinan a amigas, compa?eras y esposas.

Dice el profesor Fisas que la agresi¨®n maligna no es instintiva, sino que se aprende". Siento discrepar con ¨¦l en este aspecto en un ciento por ciento. La presencia de muerte por violencia no dificulta a las ni?as y mujeres en su percepci¨®n de la realidad, el valor de la vida y lo que significa el sufrimiento.

Tengo dos hijas peque?as a las que les estoy ense?ando judo para defenderse en el futuro de la agresividad innata masculina.

En mi vivencia con mis hijas y los hijos varones de mis amigos, puedo afirmar que, salvo excepciones, los ni?os se muestran desde peque?os m¨¢s burros, brutos y bestias. Les falta la sensibilidad, tolerancia y bondad femeninas que perviven a pesar de la "cultura de la violencia". Ello no es s¨®lo culpa de los genes y de la televisi¨®n, sino tambi¨¦n de los padres, la sociedad, los pol¨ªticos y las iglesias, al haber desarrollado el machista superdotado como el ejemplo a seguir, ignorando a la mujer u ofreci¨¦ndole papeles sexundarios. No conozco en la historia ninguna Adolfa Hitler ni a ninguna Augusta Pinochet. ?Ser¨¢ casualidad o simple confirmaci¨®n de mis profundas creencias?-