La mota y la viga

Soy cubana y residente en Espa?a desde el verano de 1993, cuando contraje matrimonio con mi actual marido, de nacionalidad espa?ola. Este mismo mes nacer¨¢ mi primer hijo, por lo que tramit¨¦ un visado de entrada en Espa?a para mi hermana con el objeto de que pudiera ayudarme en momentos tan significativos en la vida de una mujer. Despu¨¦s de una larga espera he recibido una descorazonadora e indignante negativa como respuesta del Gobierno de don Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que deduce, tan injusta como gratuitamente, que al ser mi hermana soltera y sin hijos podr¨ªa quedarse aqu¨ª permanentemente.De una parte, me parece vejatorio que las autoridades espa?olas proh¨ªban a mi hermana la entrada a Espa?a, de donde hace mucho tiempo salieron muchos de nuestros antepasados. Por otro lado, tengo que calificar como inhumano y una falta al respeto de las personas el trato recibido por m¨ª misma del Gobierno del se?or Aznar, al impedirme en momentos tan delicados -cuando voy a dar a luz a mi primer hijo- la compa?¨ªa y ayuda de un familiar tan pr¨®ximo.

Cuba ha venido acogiendo a los espa?oles durante siglos -antes y ahora- con el cari?o m¨¢s sincero. Por eso, los cubanos no podemos sentir m¨¢s que indignaci¨®n cuando las autoridades espa?olas nos zancadillean con todas las trabas posibles para evitar que nosotros visitemos la que ten¨ªamos por madre patria y de la que somos originarios.

Entre tanto, a don Jos¨¦ Mar¨ªa se le llena la boca cuando habla de derechos humanos y libertades: ve la mota en ojo ajeno y no la viga en el suyo.-