El Atl¨¦tico cae con grandeza
Los rojiblancos plantean un gran partido, pero sucumben ante el oficio italiano del Lazio
Muy en italiano, el Lazio saco petr¨®leo de un solo gol, el conseguido hace 15 d¨ªas en el Calder¨®n, para clasificarse. Lo hizo a la defensiva, sin arriesgarse viendo c¨®mo el Atl¨¦tico le ganaba en todos los aspectos menos en el resultado. Los rojiblancos cayeron con honor, con grandeza, curando su deteriorada imagen de los ¨²ltimos tiempos. El Atl¨¦tico asent¨® el partido en el primer tiempo, lo dom¨® t¨¢cticamente, y busc¨® el milagro en el segundo. Tuvo sus opciones, en dos llegadas de Jos¨¦ Mari y Bejbl mal rematadas. Pero no encontr¨® m¨¢s agujeros por donde romper a una se?ora defensa, majestuosa y firme en todo momento, y se vio fuera de Europa.El Atl¨¦tico estuvo a la altura. En la pelea t¨¢ctica compiti¨® esta vez de igual a igual con el Lazio. Nada que ver con la ida. El agujero defensivo que anunciaban las bajas de Santi y Andrei no existi¨®. Al contrario. Christian D¨ªaz y Prodan posaron como una pareja fiable, que transmiti¨® seguridad al equipo desde el primer minuto. La actuaci¨®n del argentino fue notable. No acus¨® la dimensi¨®n de su estreno, ni la talla del futbolista con el que le toc¨® bailar la mayor¨ªa de las veces. Boksic, probablemente el delantero m¨¢s en forma del continente, sufri¨® para relacionarse con la pelota, para entrar en juego, y acab¨® desquiciado. D¨ªaz estuvo expeditivo y ¨¢gil, por momentos enorme, como si se tratara del tipo m¨¢s veterano de la reuni¨®n. Sin arrugarse, amold¨¢ndose con un oficio impropio a los vericuetos de la contienda.
Los rojiblancos tambi¨¦n sacaron nota por el centro del campo. Vizca¨ªno se aplic¨® con su habitual solvencia. Atasc¨® el juego entrel¨ªneas de Mancini y manej¨® con criterio el partido, aprovech¨¢ndose de la ausencia de Jugovic, hasta que le aguantaron las fuerzas. La medular del Lazio no fue tan poderosa como en el Calder¨®n, aunque si ense?o su facilidad para la llegada en las contras. Fue, sin embargo, a bal¨®n parado como el conjunto romano construy¨® sus mejores ocasiones: en los primeros minutos, Favalli apareci¨® tres veces por sorpresa, solo, y oblig¨® a lucirse a Molina, agil¨ªsimo en todo momento.
Por donde sufri¨® el Atl¨¦tico fue por arriba. Vieri no apareci¨®, esposado en todo momento por el excelente t¨¢ndem de centrales del Lazio. Negro y Nesta estuvieron formidables, especialmente por alto, el camino que escog¨ªan los roliblancos casi siempre para intentar conectar con su goleador italiano. El mayor problema de los madrile?os fue precisamente su insistencia en buscar a Vieri como soluci¨®n final a todos sus ataques. Atado como estaba el italiano, la mejor v¨ªa estaba en otro lado. Y lo demostraron Pantic, Bejbl, Aguilera y Vizca¨ªno, los jugadores que firmaron las oportunidades m¨¢s claras del Atl¨¦tico en la primera mitad. No fueron demasiadas, pero el Lazio se defiende de cine. Sobre todo, cuando como ayer toma precauciones permanentes, sin regalar espacios y conservando personal en todo momento por detr¨¢s del bal¨®n.
Los rojiblancos se hicieron definitivamente con el partido tras el descanso. Conservaron la seguridad atr¨¢s y el orden por el centro, y dotaron de sentido a su juego ofensivo. Jos¨¦ Mari sali¨® por Lard¨ªn y se coloc¨® junto a Vieri en el centro del ataque, y Kiko se desplaz¨® a la banda izquierda. El Atl¨¦tico dej¨® de buscar s¨®lo a Vieri, empez¨® a prolongar sus posesiones y a jugar por abajo. Tuvo su momento el grupo de Antic. Jos¨¦ Mari (m. 59) y Bejbl (m.74) tuvieron la igualada en sus botas, en dos llegadas di¨¢fanas, pero sus remates fueron ruinosos.
Ya no hubo m¨¢s. La lesi¨®n de Christian D¨ªaz, a los 75 minutos, fue la sentencia de muerte del Atl¨¦tico. Antic trat¨® de remendar posicionalmente el equipo, pero lo empeor¨®. Aguilera pas¨® al centro de la defensa y Bejbl baj¨® al lateral: los rojiblancos perdieron a los dos jugadores que por su velocidad en m¨¢s problemas estaban metiendo al Lazio. La entrada de Paunovic y Nimny no aport¨® nada, fue simplemente testimonial. Los italianos manejaron con oficio ese cuarto de hora final y conservaron su ventaja.
El Atl¨¦tico se vio fuera de Europa, agot¨® su ¨²ltima esperanza para la alegr¨ªa en una temporada nefasta. Pero su ¨²ltimo cartucho lo quem¨® a lo grande, dando una imagen seria y convincente. Cay¨® con orgullo.
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