Dos precisiones

Acabo de leer el art¨ªculo,necrol¨®gico escrito por Jos¨¦ Alvarez Junco sobre don Luis D¨ªez del Corral y, como antiguo ayudante de la c¨¢tedra de Historia de las Ideas, confirmo la validez de las observaciones de aqu¨¦l. En particular, por lo que se refiere a la fractura que en la vida como docente del historiador liberal represent¨®, en el post-68 espa?ol, en el est¨²pido "juicio cr¨ªtico" de los alumnos contra quien era sin lugar a dudas el mejor -y m¨¢s exigente, lo cual explica casi todo- de los profesores de la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas. S¨®lo que entonces algunos de sus j¨®venes colaboradores -ayudantes y adjunto- no tuvimos duda ni desgarramiento alguno. Mientras unos se sentaban entre los alumnos, otros estuvimos, ante la ausencia voluntaria de don Luis, soportando la tormenta desde el estrado. Los nombres no hacen al caso, aunque causar¨ªan algu- na sorpresa may¨²scula. Muchas cosas se rompieron entonces y no cabe excluir que a don Luis le llegara una imagen invertida de los hechos. En cuanto a la reproducci¨®n del Manifiesto comunista, para pr¨¢cticas de Historia de las Ideas, entre 1965 y el estado de excepci¨®n del 69, que se vend¨ªa por reprogra¨ªa del ex SEU a 10 pesetas, y como roscas, por lo que el dato representa para la historia del texto de Marx y Engels en Espa?a, dir¨¦ que no se trataba de ning¨²n facs¨ªmil, sino de una traducci¨®n hecha por m¨ª sobre la edici¨®n de bolsillo en 10-18. Conservo la copia.- .