La v¨ªctima de un, intento de violaci¨®n decide casarse con su agresor
Pocas veces los jueces se topan con situaciones tan esperp¨¦nticas como la ocurrida recientemente en la Audiencia de Madrid. M. C., de 23 a?os, se sent¨® el 2 de abril en el banquillo para enfrentarse a tres a?os de c¨¢rcel por haber intentado violar a su novia, de 42 a?os. M. C. acababa de salir de Carabanchel, donde hab¨ªa estado preso nueve meses por ese motivo. Fue puesto en libertad cuando se supo que su v¨ªctima manten¨ªa contactos ¨ªntimos, con ¨¦l en la c¨¢rcel. Finalmente fue avisado para el juicio, pero ¨¦ste no se celebr¨®: el hombre acept¨® una condena reducida (18 meses, por lo que no ir¨¢ a prisi¨®n) y, a la vez, anunci¨® su boda con la que hab¨ªa sido su v¨ªctima.
El anuncio de la boda es s¨®lo una parte. del c¨²mulo de sorpresas que esta pareja, quiz¨¢ por ignorancia, ten¨ªa reservadas al tribunal. El l¨ªo empez¨® el 18 de marzo de 1997. Los novios llevaban varios d¨ªas enfadados y ¨¦l fue a casa de ella para hacer las paces. La novia acept¨®: "Pero en mi casa no, vamos a otro sitio", le dijo. Tras tomar unas copas y dialogar, ambos terminaron entre unos matorrales del parque Norte de Getafe. Tras un rato de charla, M. C. se ech¨® violentamente sobre ella -seg¨²n la versi¨®n del fiscal sobre estos hechos, en la que fundamentaba su petici¨®n inicial de tres a?os de c¨¢rcel- y le baj¨® su ropa interior. Eran las once y media de la noche. Un deportista que hac¨ªa footing en el parque oy¨® gritos desde detr¨¢s de los matorrales, se detuvo un momento, dej¨® de o¨ªrlos y prosigui¨® corriendo. Poco despu¨¦s, oy¨® voces similares en el mismo sitio, seg¨²n consta en las diligencias policiales. "?No, no, no! ?Ayudadme, quit¨¢dmelo de encima", gritaba ella. El deportista y otros viandantes se acercaron al lugar y sujetaron al novio. "Dejadme, dejadrne, que no pasa nada, que es mi nov¨ªa", se defendi¨® ¨¦l, mientras la mujer lloraba. M. C. fue detenido..Al d¨ªa siguiente ingres¨® en Carabanchel. Cuando llevaba preso varios meses, el abogado del agresor pidi¨® a los jueces que dejasen libre a su cliente. "Todo fue fruto de un enfado entre novios", aleg¨®. -De pasada, coment¨® al tribunal que la novia le visitaba en la c¨¢rcel. El tribunal, sorprendido, orden¨®, a Instituciones Penitenciarias un listado con los nombres de quienes hab¨ªan visitado al interno. El listado no dejaba lugar a dudas. La v¨ªctima le hab¨ªa visitado sola, para contactos ¨ªntimos, cuatro veces; y otras ocho acompa?ada de la madre del preso. Nada m¨¢s ver el listado, los jueces, asombrados, ordenaron la inmediata libertad de M. C. Por entonces, el fiscal le ped¨ªa ya tres a?os de c¨¢rcel y el juicio estaba se?alado para el 2 de abril. ?l y ella llegaron juntos a la Audiencia ese d¨ªa. M. C. se declar¨® inocente y ella le apoy¨®: "Es inocente, todo fue un enfado". Surgi¨®. entonces una vicisitud inesperada: el tribunal estaba dispuesto a deducir testimonio contra ella por acusaci¨®n falsa, un delito grave. El fiscal y los abogados no sab¨ªan qu¨¦ hacer. Si el chico se declaraba culpable, corr¨ªa el riesgo de volver a la c¨¢rcel y cumplir los tres a?os de prisi¨®n que ped¨ªa el fiscal. Si, por el contrario, se declaraba inocente, la vara de la ley pod¨ªa caer sobre su novia. "No, a ella que no le pase nada. Si nos vamos a casar ahora y todo", pidi¨® ¨¦l. El fiscal opt¨® por reducir a 18 meses su petici¨®n inicial de condena. Si M. C. firmaba esa pena, se convertir¨ªa autom¨¢ticamente en sentencia, y no tendr¨ªa que volver a la c¨¢rcel. Ya se hab¨ªa metido nueve meses entre pecho y espalda en Carabanchel y, por tanto, estaba en condiciones de quedar en libertad condicional. Tras echar cuentas con su abogado y con la v¨ªctima y futura esposa, acept¨®.
No volver¨¢ a la c¨¢rcel
Si el reo de un delito se conforma con la pena que le pide el fiscal -como ha ocurrido con esta extra?a pareja de Getafe-, el tribunal no tiene otra opci¨®n que imponerle esa pena. En este caso, 18 meses de c¨¢rcel, tal como pidi¨® finalmente el fiscal y acept¨® el reo. Si M. C. se porta bien y no comete ning¨²n otro delito, no ingresar¨¢ en prisi¨®n. La pareja, de todas formas, sali¨® casi encantada de la Audiencia tras el fenomenal embrollo judicial creado.
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