Brasil y Espa?a quieren trasladar al terreno pol¨ªtico su fuerte relaci¨®n comercial
En el palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, se considera a Brasil como el "gran olvidado" de la pol¨ªtica exterior espa?ola en Am¨¦rica Latina. Superar esa etapa se ha convertido en una de las prioridades de la diplomacia de ambos pa¨ªses, dado el peso econ¨®mico y pol¨ªtico del gigante suramericano. Con una superficie -8,5 millones de kil¨®metros cuadrados- 17 veces superior a la de Espa?a y unos potenciales internos que permiten los mejores y peores augunos, Brasil sigue siendo la gran inc¨®gnita del continente.
La inversi¨®n espa?ola, en sinton¨ªa con su creciente presencia en otros pa¨ªses vecinos y pr¨®ximos como Argentina, Per¨² y Chile, se ha volcado tambi¨¦n en Brasil. Espa?a fue en 1997 el segundo inversor mundial en Brasil, s¨®lo superado por Estados Unidos. Las cifras de las exportaciones espa?olas se han duplicado en los ¨²ltimos a?os, al pasar de 660 millones de d¨®lares en 1994 a m¨¢s de 1.200 millones en 1997. La visita que hoy inicia el presidente Fernando Henrique Cardoso se produce un a?o despu¨¦s de la que hizo el presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, a Brasilia a fin de estrechar unas relaciones que se hab¨ªan visto impulsadas por el ¨¦xito de la Expotecnia celebrada en noviembre de 1996 con asistencia del pr¨ªncipe de Asturias, Felipe de Borb¨®n. Las principales empresas espa?olas, con Telef¨®nica y Endesa a la cabeza, han buscado oportunidades de inversi¨®n en el mercado brasile?o, que se encuentra en un proceso de reajuste y privatizaci¨®n impulsado por Cardoso, un soci¨®logo prestigioso con favorables perspectivas de ser reelegido. Cardoso, un socialdem¨®crata de origen izquierdista, se impuso en 1994 a Luiz Ignacio da Silva, Lula, un carism¨¢tico l¨ªder obrero ligado a la tradici¨®n marxista radical.
La ausencia de conflictos concretos no puede ocultar diferencias sobre un aspecto importante para Espa?a: la potenciaci¨®n de las cumbres iberoamericanas. Brasil, como potencia regional con una cierta vocaci¨®n de liderazgo, ha mantenido una posici¨®n distante respecto a las cumbres y no ve con buenos ojos la iniciativa espa?ola de crear una secretar¨ªa permanente para coordinar los trabajos de las sucesivas cumbres. Espa?a desea aplacar los recelos brasile?os ante la activa presencia espa?ola en Latinoam¨¦rica con una decidida apuesta por la alianza de la UE y el Mercado Com¨²n del Sur (Mercosur), del que Brasil es eje y motor.
La cumbre entre la UE y los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe, en 1999 en R¨ªo de Janeiro, es el escenario elegido para plasmar el compromiso europeo de apoyar el Mercosur, en el que participan tambi¨¦n Uruguay, Argentina y Paraguay, y que mantiene acuerdos con Chile y Bolivia. Espa?a es partidaria de una zona de libre comercio entre la UE y el Mercosur, en l¨ªnea con la estrategia europea de impulsar la cooperaci¨®n econ¨®mica entre organismos multilaterales. A esta pol¨ªtica encuentra la oposici¨®n de EE UU, m¨¢s favorable a los acuerdos bilaterales en el ?rea de Libre Comercio de las Am¨¦ricas, que quiere crear para el a?o 2005.
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