Facultad de actores
Para la mayor¨ªa, la interpretaci¨®n es un entretenimiento m¨¢s, pero para algunos es la vida. Los integrantes de los grupos de teatro universitario est¨¢n constituyendo con cada a?o que pasa una realidad cada vez m¨¢s viva. Un Certamen de Teatro Universitario de Sevilla, cada vez m¨¢s prestigioso, es la prueba de que la semilla plantada por j¨®venes actores y actrices est¨¢ dando sus frutos. Muchos de los que suben a las tablas compaginan los estudios en la Escuela de Arte Dram¨¢tico con otra carrera. Tres a?os ha estado Trini Le¨®n repartiendo su tiempo entre Arte Dram¨¢tico y Magisterio. "Cuando has decidido que el teatro va a ser tu vida, comes con ¨¦l, te acuestas con ¨¦l e, incluso, no tienes por qu¨¦ salir de ¨¦l, por lo que es muy dif¨ªcil sacar el tiempo para otra cosa que no sea teatro, teatro y teatro", afirma. Trini, junto con otros compa?eros de Arte Dram¨¢tico y de otros grupos, ha creado Teatro L¨ªquido, con el que ha representado su obra Y perdiste el Para¨ªso. Un paso m¨¢s hacia su gran aspiraci¨®n: dedicarse a dirigir. Al escenario se acerca gente de todo tipo; si no, basta con conocer a Jorge Cuadrelli Rubinich, un argentino que huy¨® de Videla y sus torturadores a finales de la d¨¦cada de los setenta. Tiene una academia de interpretaci¨®n en Triana, est¨¢ desarrollando clases de expresi¨®n corporal en la Fundaci¨®n de Flamenco Cristina Heeren y dirige al grupo de estudiantes que integran P¨¢nico, el grupo m¨¢s veterano de los que participan en el certamen. Su experiencia como director de teatro universitario le tiene muy satisfecho: "Es apasionante porque supone ayudar a estos chicos desde sus comienzos a encauzar su creatividad y conseguir que est¨¦n renovando continuamente, algo muy dif¨ªcil en una ciudad tan conservadora como Sevilla". Cuadrelli cree que su aventura sevillana, iniciada "despu¨¦s de las subvenciones de la Expo", se desarrolla en "un ambiente teatral m¨¢s aut¨¦ntico y libre de los pisotones para ver qui¨¦n pone antes la mano". Los retos a veces son dur¨ªsimos. Delirium Tremens, compuesto esencialmente por estudiantes de la Facultad de Geograf¨ªa e Historia de la Hispalense, se propusieron algo tan arriesgado como escenificar a Plauto, en esta ocasi¨®n su obra C¨¢sina. El amor, los celos y el conflicto intergeneracional confieren a este cl¨¢sico una vigencia extraordinaria. "El esfuerzo fue tan grande que estuvo a punto de rompernos. Empezamos con tres ensayos por semana, pero nuestra exigencia nos llev¨® a tener un ensayo diario de cuatro horas durante cerca de dos meses, porque quer¨ªamos hacer un Plauto cercano al p¨²blico actual sin desvirtuar el texto", confiesa Eloy Rojas, un reci¨¦n llegado al grupo. El teatro universitario sevillano se consolida con esfuerzo. Esther Vila, una de las m¨¢s veteranas del grupo P¨¢nico, mira sin nostalgia a sus primeros a?os: "Ahora todo ha cambiado. Lo normal es que los grupos se busquen asesoramiento de actores o directores profesionales, se impongan una disciplina muy dura y que aspiren a experimentar m¨¢s y a conseguir mejores resultados". Este a?o P¨¢nico ha presentado una tragicomedia musical elaborada a partir de fragmentos de Shakespeare, Lorca, la pel¨ªcula Lo que el viento se llev¨® y textos propios. Un peque?o circuito de salas alternativas, formado por la Alameda, la Imperdible y El Cachorro, permite a grupos universitarios como Tres Tigres, Taldea o La Tarara presentar sus nuevas propuestas. Pero los cambios son muy lentos y el sue?o de todo actor en Sevilla sigue siendo marcharse a Madrid o a Barcelona. Los casting son pocos y frustrantes. "Aqu¨ª se busca m¨¢s una imagen concreta que a un buen profesional. Lo normal es que te pidan una foto de cuerpo entero cuando les preguntas qu¨¦ tienes que interpretar durante la prueba. Ni curr¨ªculum, ni trabajo duro, s¨®lo fotos y m¨¢s fotos", asegura Trini Le¨®n. ?se es el sistema para apreciar las dotes interpretativas de nuevos valores. Pero, a pesar de los problemas de siempre, los pasillos de las facultades siguen llenos de j¨®venes talentos dispuestos a comerse los escenarios en cuanto se les abra el tel¨®n. Tienen hambre de tablas.
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