"Los sentimientos son la expresi¨®n de c¨¦lulas nerviosas"
El neurocient¨ªfico Carlos Belmonte (Albacete, 1943), un investigador prestigioso, ha sido nombrado secretario general de la International Brain Research Organisation, una especie de Naciones Unidas de la neurociencia cuya misi¨®n es promover la investigaci¨®n, el estudio y el conocimiento del cerebro. Pregunta. ?En qu¨¦ ¨¢mbito trabaja hoy la neurociencia?
Respuesta. Probablemente la investigaci¨®n del, cerebro sea la m¨¢s activa que hay en el mundo en todos los niveles, y se est¨¢n consiguiendo progresos espectaculares, desde conocer con mayor precisi¨®n los mecanismos de acci¨®n de las drogas y f¨¢rmacos que pueden afectar a la conducta humana, hasta el aspecto gen¨¦tico del desarrollo del cerebro o c¨®mo surgen las funciones intelectuales.
P. ?Qu¨¦ objetivos se marca el Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez de Elche que dirige?
R.Quiero dimensionarlo a lo que pensamos que debe ser el tama?o de un instituto que quiera competir a nivel europeo. Me preocupa tremendamente que Espa?a quede descolgada cient¨ªficamente en el contexto europeo por una sencilla raz¨®n: los pa¨ªses europeos se est¨¢n especializando. Espa?a en ciencia est¨¢ mal colocada todav¨ªa. Es verdad que se ha hecho una pol¨ªtica acertada e inteligente, aunque insuficiente, y pese a todo seguimos corriendo el riesgo de quedarnos retrasados.
P. ?Y qu¨¦ papel juega Europa en el contexto mundial?
R. A mi juicio no est¨¢ consolidada como para que un pa¨ªs como Espa?a se permita el lujo de renunciar a algo tan cr¨ªtico para su desarrollo como la investigaci¨®n. Para m¨ª, la ¨²nica manera de hacer investigaci¨®n cient¨ªfica competitiva es mediante grandes grupos de investigaci¨®n en ¨¢reas concretas.
P. En una escala del 10, ?en qu¨¦ nivel est¨¢ el conocimiento cient¨ªfico del cerebro humano?
R.Todav¨ªa estamos en el 3 .Es, probablemente, el campo de la biolog¨ªa en el que caben avances m¨¢s espectaculares.
P. ?Y de qu¨¦ depende ese avance?
R. De la investigaci¨®n multidisciplinar, con participaci¨®n de bi¨®logos moleculares, fisi¨®logos, neur¨®logos y, en general de todos los cient¨ªficos.
P. ?Podr¨¢ el hombre conocer alguna vez la estructura del cerebro?
R. Estoy convencido de ello. El. cerebro es un ¨®rgano cuyos procesos de operaci¨®n son complejos, pero no escapan al alcance de la ciencia moderna.
P. ?Y podremos controlar el dolor?
R. De hecho se controla ya con analg¨¦sicos que tienen efectos directos sobre el dolor. Hay un tipo de dolor, el fisiol¨®gico, que se produce por una lesi¨®n o acci¨®n quir¨²rgica que tambi¨¦n se controla razonablemente bien, pero el dolor neurol¨®gico que se produce cuando lo que funciona mal son los mecanismos de detecci¨®n del dolor, aparece sin estar ligado a una lesi¨®n. Ese tipo de dolor se controla mal, y debemos saber c¨®mo se produce y c¨®mo se percibe esa sensaci¨®n.
P. ?Y las emociones?
R. Tambi¨¦n. Eso convierte a la neurociencia en un terreno apasionante. Si te paras a pensar, la neurociencia se dirige a conocer lo que es m¨¢s relevente del ser humano: las emociones, la agresividad, el aprendizaje, el dolor, el lenguaje.
P.?Qu¨¦ riesgo se corre al avanzar en el conocimiento de la estructura del cerebro?
R. Las posibilidades de manipulaci¨®n que se derivan del conocimiento del cerebro son mucho mayores que en el caso del ri?¨®n, por ejemplo. La investigaci¨®n del sistema nervioso tiene que tener el control ¨¦tico de cualquier investigaci¨®n, incluso m¨¢s, porque el conocimiento siempre se puede utilizar de una manera u otra, aunque no se puede impedir o limitar el conocimiento por el temor a su uso.
P. ?C¨®mo definir¨ªa a los sentimientos?
R. No son m¨¢s que la expresi¨®n de un grupo de c¨¦lulas nerviosas.
P. De ah¨ª que su control comporte riesgos.
R. Depende de lo que se entienda por control. Si permite que determinadas facetas del sentimiento no controladas por uno mismo puedan llegar a serlo determinadas enfermedades con disfunciones emocionales que llevan a acciones y conductas patol¨®gicas se corregir¨ªan en el fondo. Eso es lo que pretendemos hacer con los f¨¢rmacos que se aplican ante enfermedades mentales, que se podr¨¢n controlar de una manera m¨¢s espec¨ªfica. Ahora no conocemos con precisi¨®n a qu¨¦ nivel act¨²an los f¨¢rmacos y por qu¨¦ act¨²an, y es absolutamente esencial.
P. ?Qu¨¦ aplicaciones terap¨¦uticas tiene el avance de la neurociencia?
R. Ofrecer soluciones a las enfermedades mentales, desde la psicosis hasta las depresiones y las neurosis.
P. ?Se trata de las enfermedades del siglo XXI?
R. Son las que est¨¢n quedando. Tienen una gran prevalencia, y hay que tener en cuenta el problema del envejecimiento nervioso. Todos aceptamos que el envejecimiento representa decaimiento de nuestras funciones f¨ªsicas, y mientras uno tiene su cerebro funcionando sigue siendo la persona de siempre, pero en el momento en el que eso falla da igual que tengamos un cuerpo que funcione a la perfecci¨®n. La enfermedad de Alzheimer es un caso patente de lo que digo.
P. ?El avance de la neurociencia lo puede evitar?
R. Yo estoy convencido de que s¨ª.
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