Trump pone un muro a la integraci¨®n econ¨®mica de Norteam¨¦rica
Las cadenas de producci¨®n y suministro de Estados Unidos, M¨¦xico y Canad¨¢ se han hecho interdependientes en 30 a?os de libre comercio
Donald Trump se refiri¨® el viernes en el Despacho Oval de la Casa Blanca a los aranceles como ¡°un muro¡±. El presidente de Estados Unidos aprob¨® este s¨¢bado gravar las importaciones procedentes de Canad¨¢ y M¨¦xico con una tasa del 25% y las de China, con un 10% alegando una emergencia nacional por el fentanilo. Adem¨¢s, incluy¨® en su decreto un mecanismo para que los aranceles suban si hay represalias de los afectados, como se espera. El presidente planea asimismo con car¨¢cter general tarifas para proteger sectores espec¨ªficos como el petr¨®leo, el gas, los microprocesadores, el acero, el aluminio, el cobre y los productos farmac¨¦uticos. Tambi¨¦n tiene en el punto de mira aranceles universales que afectar¨¢n, entre otros, a la Uni¨®n Europea. El mundo se acerca a una guerra comercial a gran escala, pero el efecto de sus medidas ser¨¢ especialmente gravoso para la integraci¨®n econ¨®mica de Norteam¨¦rica, donde la interdependencia se ha acentuado en tres d¨¦cadas de libre comercio.
El Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLCAN o NAFTA) que entr¨® en vigor el 1 de enero de 1994 fue el pistoletazo de salida de esa creciente integraci¨®n. El acuerdo permiti¨® ganancias de competitividad y un mercado regional m¨¢s amplio frente a otras ¨¢reas mundiales, pero tuvo contraindicaciones. Muchos fabricantes estadounidenses desplazaron producci¨®n a M¨¦xico en busca de mano de obra m¨¢s barata, da?ando especialmente a algunas zonas industriales de Estados Unidos. La entrada de China en la Organizaci¨®n Mundial de Comercio en 2001 acentu¨® ese efecto y muchos trabajadores estadounidenses se vieron de repente entre los perdedores de la globalizaci¨®n. Eso gener¨® un descontento y una reacci¨®n contra el libre comercio que Trump supo capitalizar ya en 2016 con sus promesas proteccionistas.
Durante su primer mandato, Trump renegoci¨® el TLCAN y firm¨® un nuevo acuerdo, el Tratado entre M¨¦xico, Estados Unidos y Canad¨¢ (T-MEC o USMCA), que entr¨® en vigor en 2020 y que ahora quiere vulnerar flagrantemente. El republicano regres¨® al cargo redoblando su apuesta por los aranceles como receta m¨¢gica contra todos los males. En campa?a dijo que ¡°arancel¡± era la palabra m¨¢s bonita del diccionario. Aunque tras asumir el cargo la degrad¨® y la puso por debajo de ¡°Dios¡±, ¡°religi¨®n¡± y ¡°amor¡±, sigue siendo su receta econ¨®mica favorita. ¡°Los aranceles nos van a hacer muy ricos, y muy fuertes¡±, dijo el viernes, mientras evocaba como referencia a seguir el periodo de 1870 a 1913.
M¨¢s de un siglo despu¨¦s de aquella ¨¦poca, Estados Unidos es una econom¨ªa abierta, pero Trump ha empezado a poner aranceles a sus tres principales socios comerciales, exagerando las cifras de d¨¦ficit comercial que tiene con ellos y present¨¢ndolas falsamente como subvenciones. Estados Unidos import¨® entre enero y noviembre de 2024 bienes de M¨¦xico por 466.600 millones de d¨®lares (450.000 millones de euros); de Canad¨¢, por 377.200 millones, y de China, por 401.400 millones. Entre los tres acaparan la mitad de las importaciones estadounidenses. M¨¦xico ha superado a China como principal proveedor y el saldo a su favor ha alcanzado niveles r¨¦cord, pero la relaci¨®n no est¨¢ tan desequilibrada como con el gigante asi¨¢tico. El d¨¦ficit comercial fue de 157.200 millones de d¨®lares con M¨¦xico, 270.400 millones con China y 55.000 millones con Canad¨¢.
Riesgo de recesi¨®n
Los intercambios comerciales de Estados Unidos con sus dos vecinos suman m¨¢s de 1,5 billones de d¨®lares anuales. Una guerra comercial puede da?ar a los tres pa¨ªses, pero M¨¦xico y Canad¨¢ saldr¨¢n peor parados, pues son m¨¢s dependientes de la econom¨ªa estadounidense. Una ca¨ªda importante de sus exportaciones probablemente los meter¨ªa en una recesi¨®n, aunque M¨¦xico puede seguir siendo competitivo incluso con aranceles. En todo caso, el efecto concreto es incierto.
Seg¨²n el Instituto Peterson, los aranceles del 25% a M¨¦xico y Canad¨¢ reducir¨ªan el producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos unos 200.000 millones de d¨®lares en el conjunto del mandato de Trump. Canad¨¢ perder¨ªa 100.000 millones de d¨®lares en una econom¨ªa mucho m¨¢s peque?a, y en su punto m¨¢ximo, el arancel reducir¨ªa el tama?o de la econom¨ªa mexicana en un 2% en relaci¨®n con su previsi¨®n sin aranceles.
El mejor ejemplo de la integraci¨®n es el sector del motor. Las empresas automovil¨ªsticas han borrado las fronteras de sus cadenas de suministro y producci¨®n. Para Estados Unidos, M¨¦xico y Canad¨¢ son los principales proveedores de veh¨ªculos de motor y sus componentes y, a la vez, los principales mercados de sus exportaciones de esos productos. Un an¨¢lisis reciente del Instituto Peterson calculaba que el 38% del valor a?adido total de los veh¨ªculos importados desde M¨¦xico era de fabricaci¨®n estadounidense. Casi la mitad de los coches importados por Estados Unidos desde M¨¦xico son en realidad fabricados por los gigantes estadounidenses del motor, los Tres Grandes de Detroit: General Motors, Ford y Stellantis (que absorbi¨® Chrysler).
Del mismo modo, los coches fabricados en Estados Unidos incorporan valor a?adido de Canad¨¢ y M¨¦xico, tanto por los componentes como por otros productos b¨¢sicos como el acero y el aluminio. ¡°La aplicaci¨®n de nuevos aranceles del 25% al acero canadiense y mexicano perjudicar¨ªa probablemente a la mayor¨ªa de los fabricantes estadounidenses de veh¨ªculos de motor y piezas de recambio, al elevar significativamente los costes de sus insumos¡±, sostienen desde el Instituto Cato.
La cadena de suministro de la industria automovil¨ªstica norteamericana est¨¢ tan entrelazada en los tres pa¨ªses del USMCA que un motor, una transmisi¨®n u otro componente puede cruzar las fronteras entre Estados Unidos y Canad¨¢ y entre Estados Unidos y M¨¦xico hasta siete u ocho veces antes de acabar en un veh¨ªculo terminado. La agencia Bloomberg sigui¨® la pista en 2017 a un condensador, un simple componente el¨¦ctrico. Una empresa de Centennial (Colorado) se lo vende a otra de Grand Rapids (M¨ªchigan). El condensador viaja a Ciudad Ju¨¢rez (M¨¦xico), donde se inserta en una placa de circuito. A continuaci¨®n, se env¨ªa a un almac¨¦n estadounidense del otro lado de la frontera, en El Paso (Texas). El componente vuelve luego a Matamoros (M¨¦xico), donde una empresa ensambla la placa de circuitos en un dispositivo para plegar un asiento. Desde all¨ª viaja a una planta de Mississauga (Ontario, Canad¨¢) que produce los asientos, desde donde se env¨ªa a una f¨¢brica de Ford, empresa estadounidense, en Oakville (Canad¨¢) para instalarse en el todoterreno Ford Flex, que se vend¨ªa en los tres pa¨ªses.
M¨¦xico destina el 80% de sus exportaciones a Estados Unidos. Su sector industrial, concentrado en el norte, trabaja en gran medida para su vecino. Junto a energ¨ªa, componentes, autom¨®viles, maquinaria y productos qu¨ªmicos, la alimentaci¨®n tambi¨¦n tiene un peso considerable. Estados Unidos concentra en M¨¦xico la mayor parte de sus importaciones de productos agr¨ªcolas, especialmente en invierno. El aguacate, el tomate, los pimientos, limas y limones pueden encarecerse para los consumidores estadounidenses, que tambi¨¦n importan cerveza de ambos pa¨ªses y aceite de cocinar y vacuno de Canad¨¢. En sentido inverso, Canad¨¢ y M¨¦xico compran en torno a un tercio de todas las exportaciones agr¨ªcolas estadounidenses, y si se a?ade China, suman la mitad, lo que pone en peligro cerca del 10% de todos los ingresos agr¨ªcolas de Estados Unidos.
Una parte importante de la relaci¨®n comercial con Canad¨¢ es energ¨¦tica. Las redes el¨¦ctricas est¨¢n interconectadas y el vecino del norte exporta electricidad a Estados Unidos, especialmente en el este. Al tiempo, Canad¨¢ destina el 80% de sus exportaciones de petr¨®leo a Estados Unidos, que le compra casi la mitad de sus importaciones de crudo. Trump prev¨¦ para el petr¨®leo canadiense un arancel del 10% en lugar del 25% general. El mercado del crudo es global, pero para Canad¨¢ ser¨¢ menos rentable desviar sus exportaciones a otros pa¨ªses.
Washington podr¨¢ sobrellevar mejor una guerra comercial con sus vecinos, dado el tama?o y la potencia de su econom¨ªa, pero Canad¨¢ y M¨¦xico compran aproximadamente un tercio de todas las exportaciones estadounidenses. Canad¨¢ es el principal mercado exterior para 36 de los 50 Estados y M¨¦xico para otros seis, incluidos los cuatro fronterizos: California, Texas, Arizona y Nuevo M¨¦xico.
El Gobierno del canadiense Justin Trudeau prepara represalias para gravar el zumo de naranja que producen Florida y California; el whisky de Tennessee y la mantequilla de cacahuete de Kentucky, entre otros productos. Chrystia Freeland, exministra de Finanzas y candidata a suceder a Trudeau en el liderazgo del Partido Liberal, ha planteado una medida m¨¢s concreta: aranceles del 100% a Tesla, la empresa de Elon Musk, aliado cercano de Trump. La presidenta de M¨¦xico, Claudia Sheinbaum, no ha ense?ado sus cartas, pero asegura que tiene ¡°un plan A, un plan B y un plan C¡± para responder a Estados Unidos.
Hay, adem¨¢s, otra parte de da?o autoinfligido. Los aranceles y otras medidas de Trump amenazan con presionar los precios al alza. Si eso ocurre, la Reserva Federal mantendr¨¢ altos los tipos de inter¨¦s durante m¨¢s tiempo para evitar que la inflaci¨®n se enquiste, lo que frenar¨¢ el crecimiento econ¨®mico. El presidente de la Fed, Jerome Powell, reconoci¨® que el banco central est¨¢ ya analizando potenciales escenarios y decidi¨® hacer una pausa de duraci¨®n incierta en las rebajas de tipos. Trump respondi¨® arremetiendo contra ¨¦l.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.