No valen los atajos
No hay atajos en la lucha antiterrorista, dijeron los portavoces de los grupos tras escuchar al ministro de Defensa en su comparecencia parlamentaria sobre las escuchas de Cesid a Herri Batasuna. Lo mismo dijeron ayer algunos comentaristas pol¨ªticos. Entre los primeros destac¨® por su entusiasmo el representante del PNV, Gonz¨¢lez de Txabarri, que incluso aventur¨® que las escuchas favorecen a HB. Entre los comentaristas, el m¨¢s en¨¦rgico fue el ex director general de Relaciones Informativas y Sociales del Ministerio de Interior, tan profusamente citado ayer mismo por el vicepresidente Francisco ?lvarez Cascos en su comparecencia sobre su entrevista con el abogado de Amedo en el despacho del director de El Mundo, Pedro J. Ram¨ªrez. Al vicepresidente primero se le preguntaba si hab¨ªa ofrecido algo al ex polic¨ªa Jos¨¦ Amedo para que cambiase su declaraci¨®n e implicase en el nacimiento de los GAL a dirigentes del PSOE. La primera pista sobre esa posible oferta no proviene de las revelaciones de Anson sino del libro de Esther Esteban sobre Pedro J. Ram¨ªrez (El tercer hombre. Espasa. 1995). Antes de acceder a lo que le solicita Pedro J., el compinche de Amedo, M¨ªchel Dom¨ªnguez, pide que alguien haga "un tanteo para ver cu¨¢l ser¨ªa la reacci¨®n de un futuro gobierno conservador, si estar¨ªan dispuestos a conceder medidas de gracia y en qu¨¦ condiciones". Pedro J. responde: "Hombre, yo con Aznar no he hablado de esto, pero est¨¢ claro que, a la hora de conceder un indulto, siempre es un factor a tener muy en cuenta el que la persona a indultar haya colaborado con la justicia".
Tampoco para llegar al Gobierno deber¨ªan valer los atajos, pero hay indicios de que, a partir de 1994, tanto el PP como los periodistas que seg¨²n Anson estaban en la movida coincidieron en que, incluso pod¨ªa "ponerse en peligro la seguridad del Estado para sacar a Gonz¨¢lez de La Moncloa". De hecho, por esa ¨¦poca se producen dos cambios significativos: se pone en primer plano el tema de la guerra sucia, aparentemente superado, y se concentran todas las cr¨ªticas en la persona de Felipe Gonz¨¢lez.
Hoy es evidente que hubo una decisi¨®n pol¨ªtica en el nacimiento de los GAL, en un nivel que intentar¨¢ determinar el Tribunal Supremo a partir del 25 de mayo; pero es probable que esa decisi¨®n no se hubiera planteado siquiera de no existir el antecedente de la guerra sucia desplegada por gobiernos anteriores. La continuidad entre el Batall¨®n Vasco-Espa?ol y los GAL a trav¨¦s de los mismos mercenarios es un dato revelado por vez primera por el periodista de El Mundo Melchor Miralles. Al director de ese diario, seg¨²n revel¨® en su d¨ªa su colega Ra¨²l Heras, le pregunt¨® en una ocasi¨®n el entonces ministro Mart¨ªn Villa su opini¨®n sobre la contrataci¨®n de mercenarios para atacar a los etarras en el santuario franc¨¦s.
Cuando se dice que no hay atajos en la lucha antiterrorista (por ejemplo, cuando lo dice Mayor Oreja) se est¨¢ indicando que no hay soluciones fulgurantes: ni guerra sucia, ni negociaci¨®n sin condiciones. Por eso sorprende que entre quienes con m¨¢s ¨¦nfasis han clamado contra los atajos figure Txabarri, diputado del partido que espi¨® a Garaikoetxea y defensor de la negociaci¨®n a cualquier precio, as¨ª como el te¨®rico de la v¨ªa irlandesa de rendici¨®n incondicional ante ETA y uno de los firmantes del manifiesto por un di¨¢logo sin condiciones, suscrito por 170 intelectuales. Ayer sosten¨ªa en El Mundo que en la medida en que "la v¨ªa policial no puede terminar con el fen¨®meno de la violencia, al estar enraizado en una minor¨ªa social vasca, se producen, inevitablemente, las tentaciones de buscar atajos que bordeen o traspasen los l¨ªmites del Estado de derecho".
Es decir, que s¨®lo hay la rendici¨®n o los GAL. ?Recuerdan aquella pel¨ªcula de Woody Allen en la que un pedante perora sobre las teor¨ªas de Marshall McLuhan? Cuando m¨¢s desesperado est¨¢ Alvy, el protagonista, aparece el propio McLuhan, hasta ese momento oculto tras un un cartel publicitario, y dice al osado: "Usted no ha entendido nada de mi trabajo. Tergiversa todo mi pensamiento. El que le hayan confiado una c¨¢tedra me indigna".
Alvy (Woody Allen) se dirige a la c¨¢mara y exclama: "?Se imaginan si la vida fuera tambi¨¦n as¨ª!
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