La democracia dialogante de Joan Romero
Cuando se analizan algunos discursos e intervenciones de Joan Romero, se tiene la impresi¨®n inicial de estar ante un l¨ªder pol¨ªtico distinto, porque habla de lo que no habla casi ninguno (el partido como espacio com¨²n de los ciudadanos, elaborar soluciones con la "complicidad" del ciudadano, l¨ªder de principios, etc¨¦tera) y no menciona lo que mencionan todos, est¨¦n a la izquierda o a la derecha (bienestar econ¨®mico, gobierno, trabajo, condiciones laborales, poder adquisitivo, votos). Sus discursos sintonizan bien con la nueva cultura pol¨ªtica; es un l¨ªder con sensibilidad y agudeza para captar los cambios y el contenido pol¨ªtico que reivindican los ciudadanos, sobre todo los m¨¢s j¨®venes y menos comprometidos en la pol¨ªtica de partidos. Su ¨²ltimo discurso, Informe pol¨ªtico del secretario general al Comit¨¦ Nacional del PSPV para su debate y votaci¨®n, pone de manifiesto claramente esa sensibilidad para captar los cambios y proponer la adaptaci¨®n del PSPV a los mismos. Si se compara con intervenciones previas, es evidente que ha avanzado en la elaboraci¨®n conceptual de su proyecto renovador, denominado ahora "democracia dialogante" y ubicado pol¨ªtica y geogr¨¢ficamente en la izquierda europea, muy en correspondencia con la tercera v¨ªa del centroizquierda. Esta nueva construcci¨®n consiste en una reinterpretaci¨®n de la pol¨ªtica, que desvincul¨¢ndola de la econom¨ªa y el poder, la sit¨²a en un contexto ¨¦tico y cultural; es la pol¨ªtica a caballo de la acci¨®n social y la ¨¦tica c¨ªvica. Tambi¨¦n propone la ruptura con el l¨ªder tradicional, el que es apoyado y utiliza los recursos del partido, y que busca el control burocr¨¢tico de la organizaci¨®n, y la incorporaci¨®n de un nuevo liderazgo: el l¨ªder basado en principios. Plantea un nuevo concepto de militante, que ya no se define por su afiliaci¨®n de carnet, sino por la capacidad de entrega y altruismo, muy coherente con las ONGs, la solidaridad juvenil y los voluntarios, estableciendo as¨ª una frontera permeable y difusa entre militantes, simpatizantes y ciudadan¨ªa, eso s¨ª, progresista. Propone en coherencia con lo anterior una visi¨®n diferente del partido, que frente a la identificaci¨®n ideol¨®gica pasa a ser "el espacio de encuentros diversos y dialongantes, el foro de los problemas del ciudadano", de todos los ciudadanos. El partido no es patrimonio de militantes y simpatizantes, es de todos. Su discurso est¨¢ cargado de atractivo y seducci¨®n: acci¨®n en la calle, el partido como foro de encuentro, movimientos sociales y acci¨®n cotidiana del militante, pol¨ªtica como confluencia de los deseos de los ciudadanos, etc¨¦tera. En definitiva, una estructura horizontal y directa de la acci¨®n pol¨ªtica. Cualquier ciudadano m¨ªnimamente interesado por la vida pol¨ªtica podr¨ªa sentirse atra¨ªdo por este nuevo escenario de acci¨®n pol¨ªtica. El esp¨ªritu de la Polit¨¦cnica ha hecho su revoluci¨®n interna. ?Cu¨¢l es entonces el problema de Joan Romero? El an¨¢lisis de su ¨²ltimo discurso desvela algunas de las claves de la paralizaci¨®n de esta iniciativa renovadora. Por un lado, nos encontramos con un l¨ªder pol¨ªtico que reclama constantemente la aprobaci¨®n burocr¨¢tica del partido. Primera contradicci¨®n: mientras el proyecto se encamina a romper con la vieja estructura del partido, con el viejo concepto de militante, con el personalismo y el dirigismo, su actor o actores est¨¢n bloqueados por falta de aprobaci¨®n social. El nuevo equipo busca el ¨¦xito y, al no encontrarlo, se paraliza. Es evidente que cualquier persona o grupo necesita cierta aprobaci¨®n social; el problema no est¨¢ ah¨ª, el problema es que el l¨ªder y el equipo del esp¨ªritu renovador requieren la aprobaci¨®n de un sector de los dirigentes del PSPV-PSOE. Segunda contradicci¨®n: su nueva concepci¨®n del l¨ªder, del partido y de la pol¨ªtica deber¨ªa llevarles, por coherencia, a buscar la aprobaci¨®n de los nuevos actores que propugnan: los ciudadanos (militantes, simpatizantes y los de movimientos de acci¨®n directa). Cuando Romero rompa con esa necesidad imperiosa que tiene (le ocupa casi el 40% del texto) de que sus viejos dirigentes le apoyen en sus ideas y oriente esa necesidad hacia el ciudadano que tanto menciona, ese d¨ªa el esp¨ªritu de la Polit¨¦cnica podr¨¢ echar a andar. La tercera contradicci¨®n es que gran parte del discurso se centra en hablar de "ellos mismos", cuando su nueva pol¨ªtica exige descentrar la vida pol¨ªtica de las cuestiones internas y salir al encuentro de los deseos e intereses de la vida local cotidiana; el 33% de sus t¨¦rminos son autoreferentes. Adem¨¢s, sorprende que un discurso tan innovador, donde no se conservan casi ninguna de las viejas definiciones de la democracia, sin embargo est¨¦ repleto de viejos t¨¦rminos. Quiz¨¢ se podr¨ªa hablar de nuevos odres para vino viejo, porque los t¨¦rminos m¨¢s frecuentes siguen siendo los de siempre (pol¨ªtica, partido, congreso, militante, elecciones, etc¨¦tera). M¨¢s a¨²n, siendo su proyecto bastante coherente con la nueva cultura pol¨ªtica, estando casi ausentes de su discurso t¨¦rminos referentes a valores tradicionales materialistas, no se entiende que luego defina las preocupaciones de los ciudadanos en clave materialista; a los ciudadanos, dice, los preocupa el paro, la pobreza, el estado del bienestar, el desarrollo econ¨®mico. M¨¢s grave es todav¨ªa que, al definir el nuevo marco de acci¨®n del partido, en funci¨®n de esa democracia dialogante, vuelve al modelo vertical y al narcisismo del partido, al fortalecimiento de las relaciones estructuradas. Y en otro contexto se le escapa la idea, nada actual, de que los deseos de los ciudadanos deben ser interpretados por los m¨¢s capacitados para hacerlo. Estas reflexiones no invalidan de ninguna forma la propuesta innovadora que encabeza Romero, porque el proyecto tiene fuerza y las personas que lo avalan tienen credibilidad suficiente. Las ideas las tienen, voluntad no les falta; al esp¨ªritu de la Polit¨¦cnica s¨®lo le queda que alguien le transmita vida y concreci¨®n. Si ellos no lo hacen, acabar¨¢n haci¨¦ndolo l¨ªderes de otros partidos que, lentamente, sin decirlo ni armar ruido, est¨¢n desarrollando nuevas formas de di¨¢logo con el ciudadano de la calle. El esp¨ªritu de la Polit¨¦cnica deber¨ªa aprovechar las posibilidades de "encuentro directo con el ciudadano" que le ofrecen las nuevas tecnolog¨ªas de comunicaci¨®n, desde foros de discusi¨®n de problemas locales, pasando por un pulso al juicio ciudadano sobre decisiones pol¨ªticas o, simplemente, abrir un buz¨®n de correo electr¨®nico para que esos ciudadanos progresistas puedan preguntarles, recomendarles o decirles lo que desean. Olv¨ªdense de la lucha fraticida del partido y p¨®nganse en marcha, ver¨¢n c¨®mo les siguen. Los protagonistas del proyecto renovador se han olvidado que la elaboraci¨®n conceptual de la pol¨ªtica debe reforzarse con la visibilidad de la propuesta y su puesta en escena. Tres recursos b¨¢sicos para el ¨¦xito pol¨ªtico.
Adela Garz¨®n es directora de la revista Psicolog¨ªa Pol¨ªtica.
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