Contra viento y marea
Pod¨ªan haber venido los tres pensando en su inmediato compromiso de hoy en la Feria de Sevilla. Y no lo hicieron. Adem¨¢s, demostraron el porqu¨¦ de su condici¨®n de figuras, y lo hicieron contra viento y marea y sin cortar m¨¢s que una oreja. Otras veces han cortado un mont¨®n y no han dado la misma sensaci¨®n de responsabilidad y pundonor que en esta desapacible tarde barcelonesa, porque el viento en realidad fue lluvia y la marea la desigualmente presentada, descastada y deslucida corrida de Domingo Hern¨¢ndez. El mejor toro de la tarde fue el primero, sobre todo por el pit¨®n derecho. Joselito lo lance¨® bien a la ver¨®nica y le hizo un lucido quite por chicuelinas. Comenz¨® el muleteo sentado en el estribo y enseguida se fue a los medios, en donde lo pas¨® con la diestra con temple y torer¨ªa. Por el pit¨®n izquierdo el astado era muy violento y el madrile?o volvi¨® pronto a la derecha. El cuarto fue protestado por su poca presencia, pero, adem¨¢s, fue reserv¨®n y no par¨® de escarbar. Joselito fue a lo suyo y acab¨® meti¨¦ndolo en la muleta, sac¨¢ndole todo el partido posible. Otra estocada, recogiendo una fuerte ovaci¨®n desde el tercio.
Hern¨¢ndez / Joselito, Ponce, Rivera
Seis toros de Domingo Hern¨¢ndez, justos de presencia y de poco juego. Joselito , oreja y ovaci¨®n. Enrique Ponce, silencio y aviso con ovaci¨®n. Rivera Ord¨®?ez, vuelta al ruedo y ovaci¨®n. Casi tres cuartos de entrada. Plaza Monumental. Barcelona, 26 de abril.
El ¨²nico que pareci¨® acordarse un poco de Sevilla fue Ponce en su primero, que no era una pera en dulce, pero el valenciano no quiso complicarse la vida ante el molesto cabeceo del animal, al que pasaport¨® de un bajonado. Hizo, en cambio, el esfuerzo en el muy deslucido quinto, que dio muestras de su condici¨®n al dolerse al castigo en varas y banderillas. Ponce estuvo muy esforzado y torero, bajo la lluvia y casi a oscuras, aguantando parones incluso. Un pinchazo, media y dos descabellos le privaron de obtener un trofeo.
A prueba de bomba
El tercero fue un manso acabado. Rivera estuvo muy importante con ¨¦l, en primer lugar por su muy eficaz brega con el capote. Juan Mari Garc¨ªa demostr¨® por qu¨¦ es un maestro de picadores y Rivera estuvo en el muleteo con un sereno valor a prueba de bomba. Se meti¨® con el manso, lo domin¨® baj¨¢ndole la mano y hasta le dio alg¨²n muletazo lucido. Una estocada trasera debido a un extra?o del toro, antes del espadazo definitivo, fue la causa de que perdiera el bien ganado trofeo, pero su valor y su pundonor hicieron que el p¨²blico le obligase a dar una aclamad¨ªsima vuelta al ruedo. Ya bajo la lluvia y con alumbrado el¨¦ctrico, el sexto fue un astado que se ahog¨® en sus kilos. Rivera hizo de nuevo el esfuerzo, aguant¨® con mucho valor aunque el muleteo no pudo ser lucido. Ah¨ª qued¨® la ¨²ltima muestra de tres figuras que olvidaron su inmediato compromiso con la Feria de Sevillana. Al menos, de momento. Como debe ser.
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