El equipo de colegio cumple 50
El Estudiantes ha sabido sobrevivir en la ¨¦lite sin dejar de producir talentos y sin perder sus se?as de identidad
Se trata de una celebraci¨®n muy particular: un equipo de colegio cumple 50 a?os. La efem¨¦rides no tiene la repercusi¨®n de otras que se conocen por estas fechas, sea el centenario del Athletic Club de Bilbao, por poner un ejemplo. El equipo del colegio es el Estudiantes: no soporta la representaci¨®n de toda una ciudad, ni ha sido veh¨ªculo de reivindicaciones pol¨ªticas. Su trascendencia es peque?a, pero no su sentido de la ¨¦pica: ha sobrevivido al paso del tiempo y a las exigencias del deporte profesional sin perder sus se?as de identidad. El Estudiantes es un caso ¨²nico en el deporte espa?ol, porque el profesionalismo no quiere convivir con el romanticismo. Su modestia es comparable a su grandeza, pero no la busquen en su palmar¨¦s deportivo: el Estudiantes s¨®lo ha ganado un par de Copas del Rey. Su grandeza est¨¢ en otro sitio, porque es un club apegado a un ideal. Por ejemplo: cinco jugadores de la actual selecci¨®n nacional (Azofra, Jim¨¦nez, Herreros, De Miguel y Reyes) se han formado en este club; otro, Orenga, ha terminado de cuajar en sus filas; ning¨²n otro club presenta este expediente. Sobre su nacimiento no hay datos exactos, hecho que se explica por la escasa trascendencia del suceso. Estamos en 1948 y no dejaba de ser lo m¨¢s normal del mundo que un colegio, en este caso el Ramiro de Maeztu, constituyera un equipo de baloncesto. Tampoco es extra?o que esa fundaci¨®n corriera a cuenta de un catedr¨¢tico de Lat¨ªn, Antonio Magari?os, el t¨ªpico profesor amante del deporte. El baloncesto no dejaba de ser en algunos puntos de Espa?a un deporte de colegios de curas, as¨ª que el Ramiro puso algo de sentido laico a su forma de hacer las cosas. El entusiasmo que puso Magari?os a su obra permiti¨® que ese equipo de colegio formara parte de la primera Liga nacional (1956) y que, desde aquel entonces, se sostuviera en la m¨¢xima categor¨ªa, junto al Real Madrid y al Joventut de Badalona.
De su entrada en la ¨¦lite datan las otras caracter¨ªsticas de este club: su dedicaci¨®n a la cantera, su antimadridismo militante (que es una forma de manifestar un esp¨ªritu de rebeld¨ªa) y, lo que es m¨¢s importante, un estilo de juego que ha permanecido inalterable a lo largo del tiempo. El Estudiantes juega un baloncesto r¨¢pido y alegre. Sus jugadores tienen escuela: saben jugar, son orgullosos, pero saben perder y saben ganar. El paso del tiempo ha fortalecido el orgullo del club, pero tambi¨¦n evidencia que sigue teniendo problemas para superar la gran dificultad: c¨®mo sobrevivir en el deporte profesional sin dejar de ser un equipo de colegio, c¨®mo cuadrar el presupuesto sin perder capacidad competitiva, c¨®mo pagar sueldos millonarios sin caer en las garras de los oportunistas. Su lucha por la supervivencia dura ya 50 a?os, pero la f¨¢brica no ha dejado de producir talentos. Muchos jugadores emigraron tentados por el dinero, pero no se interrumpi¨® la l¨ªnea sucesoria. Ah¨ª est¨¢ su ¨¦xito y el fracaso de otros: su esp¨ªritu no ha estado en venta. De ah¨ª nace su rebeld¨ªa ante el Real Madrid, que representa al poderoso cuyo ¨²nico m¨¦rito radica en disponer de una chequera con fondos y acudir al mercado.
Nacho Azofra es el fiel reflejo de lo que significa el Estudiantes. Hizo sus estudios en el Ramiro de Maeztu y al mismo tiempo se hizo jugador de baloncesto. Es el t¨ªpico base del Estudiantes, r¨¢pido y desenfadado. Ha llegado a ser internacional en su puesto y pasa por ser uno de los mejores bases del pa¨ªs. Como tantos otros se vi¨® obligado a abandonar el club durante un par de a?os para ganar dinero. Pero es de los que han regresado a casa. Tiene 29 a?os y ha decidido renovar.
?Yo era un alumno del Ramiro como tantos otros y futbolero como la mayor¨ªa?, explica Azofra. ?Ya me d¨ª cuenta de que en el colegio no hab¨ªa porter¨ªas de f¨²tbol sino muchas canastas. En el Ramiro no hab¨ªa nadie que no supiese jugar. Recuerdo hacer novillos y jugar partidos donde no se permit¨ªa tirar a canasta, porque de lo que se trataba era de aprender a botar, a pasar, a entrar a canasta, a hacer bien las cosas sencillas. Ahora entiendo mejor cu¨¢l es la diferencia con respecto a otros clubes. Ahora entiendo por qu¨¦ aqu¨ª los americanos duran tanto tiempo: un entrenamiento empieza unas horas antes y dura hasta unas horas despu¨¦s, cuando nos tomamos unas ca?as?.
Eso es el Estudiantes: una forma de entender el deporte. 50 a?os le contemplan y lo celebra hoy con un partido ante un combinado espa?ol (20.00, Palacio de Deportes). No examinen su palmar¨¦s. No miren arriba. Miren abajo: a los chicos y chicas que trabajan en los 40 equipos de su cantera. Ya tocar¨¢ hablar de alguno de ellos.
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