Traficantes de teatro

Un hombre maduro y un joven afrontan una larga velada en las instalaciones donde el primero trafica con animales salvajes. El joven ayuda al propietario a liquidar el negocio: van inyectando a los animales -aves, serpientes, cr¨ªas de cocodrilo...- para matarlos. Entretanto, hablan de lo poco que tienen en com¨²n: la pasi¨®n por ?frica, por la aventura. Este es el planteamiento de ?frica 30, la obra teatral de Merc¨¨ Sarrias que ma?ana se estrenar¨¢ en la sala Beckett de Barcelona y que ayer se present¨®, muy pertinentemente -visto el argumento-, y con amplio despliegue de espec¨ªmenes, en el Museo de Zoolog¨ªa. En realidad, la pieza, ganadora del Premi Ignasi Igl¨¦sias de textos teatrales 1996, habla de animales y de ?frica para tratar otros temas, seg¨²n precis¨® ayer su autora. "Quer¨ªa hablar de lo que supone madurar, de la distancia que hay entre lo que somos y lo que habr¨ªamos querido ser, y del miedo a hacer realidad nuestros deseos", dijo Merc¨¨ Sarrias, formada en el laboratorio de dramaturgia de la Beckett y disc¨ªpula de Jos¨¦ Sanchis Sinisterra. El traficante de animales (Joan Anguera) atrae por su pasado aventurero al joven convertido ocasionalmente en su ayudante (V¨ªctor ?lvaro), que s¨®lo conoce ?frica como miembro de ONG. Pero el joven siente a la vez repugnancia por la actividad ilegal y ¨¦ticamente reprochable del traficante. "Los personajes, marcadamente diferentes, con discursos opuestos, nunca se explican del todo; el di¨¢logo parece imposible, pero el encuentro acaba produci¨¦ndose", explic¨® el director del montaje, Toni Casares. "Es una obra de dramaturgia contempor¨¢nea totalmente acorde con la l¨ªnea de la Beckett". El espect¨¢culo ha sido coproducido por la sala y el Centre Dram¨¤tic del Vall¨¨s y estar¨¢ en la Beckett hasta el 24 de mayo.