La f¨¢brica sovi¨¦tica
Ning¨²n futbolista espa?ol tiene, ni de lejos, la popularidad y la influencia social de Anatoli K¨¢rpov y Gari Kasp¨¢rov en la extinta URSS, en donde la fiebre del ajedrez llegaba hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de un pa¨ªs con 288 millones de habitantes. De ellos, cinco millones eran jugadores federados y 50 millones lo practicaban con asiduidad. Sin embargo, el ajedrez nunca fue obligatorio como asignatura excepto en algunos colegios. La clave de esa pasi¨®n estaba en los Palacios de Pioneros, antiguas mansiones zaristas restauradas para dar clases por las tardes de m¨²sica, teatro, danza, inform¨¢tica o ajedrez con una organizaci¨®n rigurosa. Por ejemplo, se exig¨ªa un rendimiento equilibrado en las asignaturas obligatorias y en la actividad optativa: si un alumno lograba excelentes notas en ajedrez pero muy malas por las ma?anas, era inmediatamente expulsado del Palacio de Pioneros.
Aunque el ajedrez ya era popular antes de la revoluci¨®n, parece que la afici¨®n de Lenin, Trotski, Stalin y otros dirigentes tuvo mucha influencia. Pero el detonante fue un informe realizado en 1925 por los cient¨ªficos R¨²dik, Di¨¢kov y Petrovski: concentraci¨®n, memoria, constancia, creatividad, planificaci¨®n, l¨®gica matem¨¢tica y autodominio son algunas de las 16 capacidades que el ajedrez desarrolla. A partir de esas conclusiones, el Kremlin adopt¨® el ajedrez como un s¨ªmbolo de la URSS.
T¨ªtulos e idiomas
Curiosamente, el estereotipo de personaje lun¨¢tico o extravagante que unos pocos ajedrecistas y algunas pel¨ªculas han proyectado como un t¨®pico rara vez se dio entre los sovi¨¦ticos. Una encuesta realizada entre 180 jugadores de ¨¦lite reflej¨® que el 97% hab¨ªa superado los estudios medios y el 63% ten¨ªa un t¨ªtulo universitario. Adem¨¢s, el 75% hablaba tres o m¨¢s idiomas. Dedicarse profesionalmente al ajedrez como jugador, entrenador, profesor, ¨¢rbitro, directivo o periodista especializado era tan honorable en la URSS como ser m¨¦dico. En la Rusia actual, la gran ubre gubernamental ya no amamanta a los ajedrecistas, pero ¨¦stos pueden viajar libremente al extranjero, acaparar los premios en met¨¢lico de los torneos y exportar sus m¨¦todos de ense?anza. Por ejemplo, el que consiste en concentrar dos veces al a?o durante una semana a los alumnos m¨¢s destacados en una Escuela de Alto Rendimiento, como la administrada por la Xunta de Galicia y la Federaci¨®n Gallega de Ajedrez. Es el paso intermedio entre la utilizaci¨®n pedag¨®gica y la alta competici¨®n para producir estrellas como el menorqu¨ªn Paco Vallejo, de 15 a?os, doble subcampe¨®n del mundo infantil, becado por el colegio Marcote de Vigo. Con la misma idea, el colegio Mirabal de Boadilla del Monte (Madrid) organiz¨® recientemente un torneo escolar internacional.
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