Un "psic¨®pato" anda suelto
Un 20% de los ¨¢nades de la Casa de Campohan muerto apaleados o estrangulados desde diciembre
En la Casa de Campo se ha abierto la temporada para la caza y tortura indiscriminada de patos. Desde hace unos cuatro meses, unos desconocidos estrangulan y apalean a los patos y ocas que anidan y descansan en las orillas. La muerte llega por la noche. Las prostitutas que ejercen por la zona aseguran que, desde hace meses, tres personas, armadas con maderos y troncos, golpean las cabezas o retuercen los cuellos de los animales que a esas horas duermen en el estanque. Seg¨²n las prostitutas, ocurre entre las cuatro y las cinco de la madrugada. Pero las gamberradas se han multiplicado ¨¦sta ¨²ltima semana. Agust¨ªn Pe?a, quien desde hace 12 a?os alimenta a los ¨¢nades del parque, lo confirma: "Hace dos d¨ªas, desapareci¨® una cr¨ªa y encontr¨¦ una oca muerta, que enterr¨¦ ah¨ª mismo". Pe?a trabaj¨® durante a?os en las instalaciones que el Instituto Municipal de Deportes tiene en la Casa de Campo, aunque ahora trabaja en Arganzuela. Con una azada, Agust¨ªn Pe?a desentierra con delicadeza el cuerpo de la ¨²ltima v¨ªctima del gamberrismo: el cuerpo de la oca, inerte, a¨²n est¨¢ tieso, con el plumaje perfectamente conservado. La mataron la madrugada del lunes.
El n¨²mero de ejemplares de ocas y patos ha bajado de forma brusca desde diciembre. En aquellas fechas, una colonia de 70 patos y seis ocas nadaba sobre las aguas turbias del lago de la Casa de Campo. Desde entonces, un 20% de los animales han muerto estrangulados o apaleados. Las cifras son claras: hoy quedan 30 patos y cuatro ocas. En los ¨²ltimos cinco d¨ªas, se han encontrado otros cinco ¨¢nades muertos con el cuello destrozado y sangre en la cabeza. "Otra oca ten¨ªa una pata torcida, apenas pod¨ªa moverse pero no la encontr¨¦", explica Pe?a.
Tambi¨¦n han sustraido los huevos de una pareja de estos animales, cr¨ªas y entre 20 y 25 patos han desaparecido. "Eso es que se los llevan a casa y se los comen o qu¨¦ s¨¦ yo", se?ala Pe?a.
Hace algunos a?os, la Polic¨ªa Municipal sorprendi¨® a cinco chinos pescando carpas en el mismo lugar. Todos ellos eran trabajadores de restaurantes de comida oriental. Matar ¨¢nades o peces constituye una falta administrativa castigada con una multa, pero eso no impide actuar a los gamberros.
Los pirag¨¹istas que ayer navegaban por el lago tambi¨¦n constataron el descenso brusco de esa poblaci¨®n de aves. "Es verdad que se ven muchos menos, sobre todo de los de plumas blancas. De ¨¦sos casi no quedan, pero no s¨¦ porqu¨¦", asegur¨® un joven pirag¨¹ista.
Cuando acaba de trabajar en el polideportivo de Arganzuela, Agust¨ªn Pe?a acude cada noche, voluntariamente, hasta el lago. All¨ª alimenta a los patos con trozos de pan y hojas de lechuga, "lo que m¨¢s les gusta". Por las noches, en el interior de su Seat 124 blanco con asientos forrados de leopardo, este hombre controla si hay alguna baja entre los animales. "Me gasto 300 pesetas diarias para darles de comer y lo seguir¨¦ haciendo aunque me quede un mes para la jubilaci¨®n porque hay que cuidar un patrimonio que es de todos los madrile?os", dice.
Despu¨¦s, hasta las dos de la madrugada, merodea con su autom¨®vil por la zona y vigila por si alguna presencia extra?a pudiera molestar a los patos. A pesar de sus esfuerzos, poco ha podido hacer hasta el momento.
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