La primera de mansos
Tarde destemplada y fr¨ªa para abrir boca, en la primera novillada de la miniferia que la Comunidad de Madrid tiene a gala ofrecernos, una semana antes del magno ciclo isidril. Y fue fr¨ªa y sosa por mor de los novillos de La Quinta, bonitos de estampa, alguno de irreprochable trap¨ªo, que derrocharon mansedumbre, salvo el sexto, y que no siempre debieron de ser lidiados con los consabidos pases de muleta. Fresquita y desabor¨ªa tambi¨¦n por capricho de la naturaleza, que nos depar¨® baja temperatura, su algo de viento y amenaza de agua en los nubarrones negros que decoraban el cielo.G¨®mez Escorial recibi¨® a sus dos novillos con largas cambiadas frente a la puerta de toriles, con el ¨¢nimo de calentar y de demostrar que por falta de ganas no iba a dejar de ser. Intervino asimismo en quites durante diferentes pasajes de la tarde. En su primero realiz¨® una faena pulcra y entonada, que no lleg¨® a calar del todo en los tendidos, ya que la res de La Quinta iba con la cara arriba y embest¨ªa remisa, noble y sosa. Con cierto reposo Escorial traz¨® muletazos limpios, sin poder ligarlos. El comienzo y el final del trasteo fue lo mejor que hizo. Unos doblones hacia afuera con su ciencia bien aprendida, y muletazos templados por los dos pitones para cerrar el novillo en el tercio y atacar con la espada.
Quinta / Escorial, Montes, Ruiz
Novillos de La Quinta, bien presentados, mansos y sosos, de juego irregular. G¨®mez Escorial: estocada ca¨ªda (palmas); tres pinchazos soltando y perdiendo la muleta, otro pinchazo - aviso- , pinchazo, pinchazo hondo, pinchazo soltando - segundo aviso -, bajonazo (silencio). Jos¨¦ Montes: estocada ca¨ªda y atravesada (silencio); media tendida (silencio). An¨ªbal Ruiz: bajonazo (silencio); pinchazo hondo delantero, pinchazo hondo soltando - aviso -, otro pinchazo y dos descabellos (silencio). Plaza de Las Ventas, 30 de abril. 1? de abono. Tres cuartos de entrada.
En el cuarto G¨®mez Escorial se descentr¨® a la hora de ejecutar la suerte suprema, y a poco estuvo de ver devuelto el novillo al corral. Fue el m¨¢s manso de todos, un regalito, y el madrile?o estuvo voluntarioso, sufr¨ªo alg¨²n achuch¨®n, se marc¨® unas arriesgadas bernardinas en el ep¨ªlogo de faena, y tal vez se le olvid¨® que el material que ten¨ªa requer¨ªa ali?¨® en su punto, castigo y hasta otra.
Jos¨¦ Montes ense?¨® sus buenas maneras, sobre todo en su segundo. En el primero que lidi¨® se mostr¨® m¨¢s voluntarioso, en una labor sin eco, aunque en el remate del trasteo con la pa?osa le sali¨® alg¨²n muletazo que tuvo prestancia. En el quinto, m¨¢s asentado, dibuj¨® muletazos sueltos de gusto, en trincherillas, pases de la firma, y ciertos pases fundamentales, sin que pudiera haber ligaz¨®n.
An¨ªbal Ruiz es un novillero que bulle, trajina y conecta con los tendidos f¨¢cilmente. Igual que G¨®mez Escorial, recibi¨® a sus dos novillos con largas cambiadas. A su primero a porta gayola, para despu¨¦s atizarle unos lances corajudos y valentones en la querencia de chiqueros, que el p¨²blico aplaudi¨® generoso y esperanzado. Este chaval tiene valor, dec¨ªan algunas voces, que luego se manifestaron de otra manera, al ver las faenas y haceres del novillero nacido en la localidad manchega de Alc¨¢zar de San Juan.
En su primero An¨ªbal Ruiz baj¨® la mano en una primera serie sobre la derecha, sin cruzarse y por lo tanto no estar ajustado. Dej¨® alg¨²n destello tremendista, que no le sirvi¨® de mucho. Hac¨ªa falta algo m¨¢s para entretener al p¨²blico y afici¨®n arreciado de fr¨ªo. En el sexto perdi¨® la ¨²nica oportunidad clara del festejo, con un novillo que rompi¨® a bueno para hacerle el toreo necesario, y que no supo aprovechar. De noble embestida por los dos pitones, ped¨ªa una justa colocaci¨®n e interpretar bien los tiempos del toreo. Todo qued¨® en sus calentamientos al recibir al burel con hasta dos largas cambiadas, m¨¢s un farol de rodillas soltando una mano, y en unos primeros muletazos en los medios, a guisa de estatuarios, un pase del desprecio y otro de pecho.
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