Detenido el principal sospechoso del asesinato de monse?or Gerardi
La Polic¨ªa Nacional Civil guatemalteca detuvo ayer al principal sospechoso de haber asesinado al obispo auxiliar de Guatemala, Juan Gerardi, seg¨²n asegur¨® la oficina de prensa de la Presidencia de la Rep¨²blica. Mientras tanto, el arzobispo Pr¨®spero Penados del Barrio ha sido amenazado de muerte mediante llamadas telef¨®nicas an¨®nimas que han sido seriamente consideradas por la polic¨ªa.
La noticia de la detenci¨®n del principal sospechoso del asesinato de Gerardi se produjo a ¨²ltima hora de ayer, mientras el ministro de Gobernaci¨®n, Rodolfo mendoza, y el director de la Polic¨ªa, ?ngel Conte, se encontraban reunidos con expertos del FBI estadounidense y agentes del Ministerio P¨²blico, seg¨²n informaron las principales emisoras de radio del pa¨ªs. Al cierre de esta edici¨®n no hab¨ªa m¨¢s datos disponibles.Respecto a las amenazas a monse?or Penados del Barrio, ?alguna persona se aprovech¨® de la situaci¨®n y llam¨® al arzobispo para informarle que ¨¦l ser¨ªa el pr¨®ximo?, declar¨® el secretario del arzobispado, el sacerdote Erwin Garc¨ªa.
El pasado viernes, el obispo auxiliar de la di¨®cesis metropolitana present¨® un informe sobre las violaciones de los derechos humanos cometidas durante los 36 a?os de guerra interna, la mayor¨ªa atribuidas al Ej¨¦rcito. El domingo fue asesinado, y Guatemala entr¨® en la desconfianza y el des¨¢nimo respecto al ¨¦xito de la anhelada reconciliaci¨®n nacional.
Razones hay para la duda. Ayer dos granadas estallaron, sin causar v¨ªctimas, junto al domicilio del periodista Amilcar Nuila, corresponsal en la ciudad de Cob¨¢n, del diario Prensa Libre.
No es la primera vez que el arzobispo, quien no cuenta con guardaespaldas, sufre el hostigamiento telef¨®nico de quienes se sienten amenazados por el compromiso eclesial con las v¨ªctimas de la guerra padecida por el peque?o pa¨ªs centroamericano, en la que casi un mill¨®n y medio de sus diez millones de habitantes sufrieron directamente las consecuencias de la barbarie. Las llamadas se incrementaron tras la muerte de monse?or Gerardi, sepultado la tarde del mi¨¦rcoles en una de las criptas de la catedral guatemalteca. Un multitudinario cortejo y gritos de ??nunca m¨¢s!?, acompa?aron el desarrollo de las exequias.
Gerardo Flores, obispo de Alta Verapaz, donde el religioso asesinado ejerci¨® su ministerio durante muchos y dif¨ªciles a?os, anticip¨® las intenciones de la Iglesia guatemalteca de no dejarse amilanar: ?seguir¨¢ luchando y trabajando por la justicia social?. Aunque el Gobierno espera los resultados de las investigaciones para pronunciarse sobre las caracter¨ªsticas del asesinato, los grupos de derechos humanos lo catalogan de car¨¢cter pol¨ªtico. La ex guerrilla Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), que ha solicitado su inscripci¨®n como partido pol¨ªtico, sostiene que se trata de un hecho aislado.
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