?No soporto las novelas que exageran lo limpio del mundo?
Amis calza zapatillas de deporte y parece reci¨¦n salido de la ducha. En los brazos y en la cintura se le nota que juega al tenis a diario. De estatura mediana (la prensa inglesa le dedica adjetivos como ?diminuto?), ojos claros y voz grave, Amis parece haber dejado atr¨¢s su fama de escritor impertinente y arrogante. Acaba de llegar de Nueva York, donde ha pasado una semana dedicado a la promoci¨®n de Tren nocturno . De entrevista en entrevista -?todo bastante repetitivo?-, ha participado en un par de lecturas en librer¨ªas sobre la novela. ?Me gusta participar en ese tipo de actos porque es casi la ¨²nica manera de mantener el contacto con los lectores?, dice el escritor en su casa londinense, una mansi¨®n junto a Regent Park, en cuyo jard¨ªn crecen las lilas.Amis, casado en segundas nupcias con Beatriz Fonseca, tiene una hija de a?o y medio que antes de quedarse dormida ha dejado la luminosa sala regada de juguetes. Llevan unos meses en la nueva residencia, pero la mudanza a¨²n no ha concluido. En la habitaci¨®n nada tiene un aire suntuoso. Hay libros por todas partes, compactos de Gardel, Joan Manuel Serrat y Bach junto al equipo de m¨²sica, sillas compradas en Etiop¨ªa y pinturas realizadas por Bruno Fonseca.
Durante los ¨²ltimos veinte a?os, el autor de La informaci¨®n se coloc¨® literariamente del otro lado del Atl¨¢ntico. ?La novela inglesa viv¨ªa dedicada a reflejar los problemas de la clase media y era muy aburrida. En esa situaci¨®n, no tuve m¨¢s remedio que escapar de los l¨ªmites que se me impon¨ªan. Pero ahora la situaci¨®n ha cambiado con los denominados escritores de la Commonwealth y gente como Salman Rushdie?. Sostiene Amis que los novelistas ingleses han logrado invertir los t¨¦rminos y ponerse a la cabeza de la mejor novela contempor¨¢nea. La clave para conseguirlo, dice Amis, est¨¢ en ?beneficiarse de la sangre extranjera, cosa que los americanos han hecho desde el principio?. La balanza se ha decantado del lado brit¨¢nico de manera decisiva porque adem¨¢s ?la novela jud¨ªa americana est¨¢ agotada y no ha surgido reemplazo para los viejos?.
El escenario de su ¨²ltima obra se desarrolla en una peque?a ciudad norteamericana. La detective Mike Hoolihan, dura, sentimental y de vuelta de todo, centra la novela junto a la bell¨ªsima Jennifer Rockwell, una cient¨ªfica de 27 a?os a la que todo parece irle bien en la vida hasta que un domingo por la tarde decide pegarse tres tiros. Mike se ocupar¨¢ del caso. ?Me he servido de la novela policiaca para volverla del rev¨¦s?, aclara Martin. ?Las series de televisi¨®n y los programas de cr¨ªmenes siempre nos ofrecen soluciones buenas, como si fu¨¦ramos ni?os peque?os a los que hay que convencer de que todo est¨¢ en orden, pero la realidad no es as¨ª. La mayor parte de las veces la soluci¨®n de un caso es fruto del azar, y yo he querido reflejar eso?.
No es la primera vez que el escritor brit¨¢nico escoge un personaje femenino como centro de una de sus obras, pero en Tren nocturno llega m¨¢s lejos. Est¨¢ narrada en primera persona y lo importante de las mujeres que la protagonizan es su actitud frente a la vida y no la talla de ropa interior. Antes de empezar a escribir la novela, Amis se empap¨® de libros sobre t¨¦cnicas policiales y ley¨® todo lo que cay¨® en sus manos sobre la psicolog¨ªa de los suicidas, pero no lleg¨® a pisar una comisar¨ªa y el ¨²nico contacto que tuvo con un detective sobre cr¨ªmenes fue una conversaci¨®n con un taxista que le condujo hasta el aeropuerto de Nueva York.
Amis, como la polic¨ªa que protagoniza Tren nocturno, cree que el asesinato es un asunto masculino. ?Las mujeres intentan suicidarse dos veces y media m¨¢s que los hombres, pero los hombres lo consiguen en la misma proporci¨®n, y la raz¨®n est¨¢ en que los hombres son m¨¢s capaces de violencia, tanto para ellos como para los otros, y tambi¨¦n son m¨¢s diestros en matar violentamente?, dice entre pitillo y pitillo.
Sus personajes no suelen ser tipos admirables con los que uno desear¨ªa emparentar. Como escritor no soporta las novelas ?que exageran lo limpio del mundo y sus motivaciones?. ?La motivaci¨®n es una idea del siglo XIX y ya no se puede aplicar a nuestro tiempo?. En su ¨²ltima novela, la detective protagonista describe as¨ª a sus compa?eros de profesi¨®n : ?Todos los polis somos racistas. La polic¨ªa de Nueva York odia a los puertorrique?os; la de Miami, a los cubanos; la de Houston, a los mexicanos. Aqu¨ª odiamos todo lo que no sea irland¨¦s. O polic¨ªa?.
La muerte tiene una importancia crucial en la obra de este escritor. Desde que desapareci¨® su prima y compa?era de la infancia Lucy Partington, secuestrada hace 25 a?os, cuando esperaba en la parada del autob¨²s, por Fred y Rose West, quienes la violaron y la torturaron hasta la muerte en la que luego se conocer¨ªa como la casa de los horrores, Amis se siente como una persona marcada por el destino. ?Lucy desapareci¨® un mes despu¨¦s de publicar mi primera novela, El libro de Rachel, y creo que todos mis libros tienen alguna conexi¨®n con aquel hecho tan terrible?, reflexiona Amis.
La informaci¨®n (¨¦l define la informaci¨®n, en una de sus mejores novelas, como el momento en que descubres que no eres inmortal) le lleg¨® al escritor de La flecha del tiempo por partida doble. Meses despu¨¦s de descubrir que entre los cad¨¢veres enterrados en el jard¨ªn de los horrores estaba el de su prima Lucy se produjo el fallecimiento de su padre, el c¨¦lebre escritor Kingsley Amis, una circunstancia que tambi¨¦n ha acabado afectando a su car¨¢cter y a su manera de escribir. Su amigo el escritor Saul Bellow -Tren nocturno est¨¢ dedicado a ¨¦l y a su esposa- suele decirle que desde que su padre no est¨¢, Amis tiene ?m¨¢s gravedad?.
?Desde que muri¨® me siento m¨¢s consecuente como escritor?, reflexiona Amis. ?Antes, cuando todav¨ªa estaba aqu¨ª, sent¨ªa que no me ten¨ªa que tomar en serio como escritor, pero ahora me noto m¨¢s responsable y eso no me gusta mucho, la verdad?.
El autor de El infierno americano (Editorial Plot), un libro de entrevistas que se ha convertido en una referencia period¨ªstica, no cree que la polic¨ªa Mike Hoolihan acabe convirti¨¦ndose en la protagonista de una serie. ?En las ¨²ltimas p¨¢ginas la dej¨¦ tan borracha que no creo que pueda recuperarse, pero pasa una cosa curiosa con las novelas, y es que cuando acabas un libro los personajes retoman su libre voluntad. No lo he hecho antes con ning¨²n otro personaje, pero Mike podr¨ªa recuperarse. Nunca se debe decir nunca?.
El autor de Dinero no es un fan¨¢tico del g¨¦nero negro. Le gustan Helmut Lennet y James Ellroy, pero poco m¨¢s. ?Los lectores de este tipo de obras son drogadictos que necesitan leer, al menos una obra al d¨ªa, y yo no soy as¨ª?. Recientemete ha le¨ªdo Mis rincones oscuros (Ediciones B), donde Ellroy cuenta c¨®mo muri¨® su madre y la investigaci¨®n que realiz¨® por los bares donde ella sol¨ªa ir a ligar, pero Amis no es partidario del g¨¦nero autobiogr¨¢fico. ?Vivimos un tiempo en que los autores interesan m¨¢s que sus obras?. Su rechazo del g¨¦nero no le ha impedido adentrarse en los confictos matrimoniales de Sylvia Plath y Ted Hughes en Birthdays letters, t¨ªtulo que reposa sobre la mesa.
Por la din¨¢mica narrativa, Tren nocturno es la m¨¢s cinematogr¨¢fica de sus novelas y ¨¦l es consciente de esa relaci¨®n. De hecho ya ha tenido varias conversaciones con el director Nicholas Roeg sobre el libro y los actores que podr¨ªan representar la obra en la pantalla. ?El cine es un negocio tan incierto que es divertido hablar de ello sin tener demasiadas esperanzas de que esos proyectos se cumplan?. Los nombres que se han barajado son los de las actrices Susan Sarandon, para la detective, y Sharon Stone, para la bella suicida.
Si el proyecto sale adelante, el propio Amis escribir¨¢ el gui¨®n para el Tren nocturno cinematogr¨¢fico, pero mientras Roeg consigue el dinero necesario para rodar la pel¨ªcula, el autor de Campos de Londres dedica sus mejores horas a dar los ¨²ltimos toques a una serie para la televisi¨®n brit¨¢nica, de ocho cap¨ªtulos, en la que, junto a otros escritores, dar¨¢ su particular versi¨®n sobre la novela inglesa en los ¨²ltimos cien a?os.
Al concluir la entrevista, Amis se despide con un piropo: ?Espa?a es el pa¨ªs europeo que m¨¢s nos gusta a mi familia; mi madre, que ya vivi¨® all¨ª, est¨¢ pensando en volverse a Ronda y mi hija mayor, de 13 a?os, ha estado hace poco en Sevilla perfeccionando el espa?ol, lo habla muy bien?. No es el caso de Amis ni de su nueva mujer, de origen espa?ol, que apenas balbucean unas pocas palabras.
Fuera, en el barrio de calles estrechas donde vive la familia Amis, los comercios tienen una decoraci¨®n minimalista, hay flores en el alf¨¦izar de las ventanas y a trav¨¦s de los cristales de una de las viviendas se distingue a una se?ora con una tetera humeante en la mano. Amis vive rodeado de una placidez contradictoria con la visi¨®n de la realidad de sus novelas.
Babelia
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