El Valencia todav¨ªa sue?a con Europa

En el ¨²ltimo momento, con una falta al borde del ¨¢rea ejecutada por maestr¨ªa por Mendieta, el Valencia mantuvo en Riazor sus leves esperanzas europeas. El Deportivo, que hab¨ªa sido mejor en la primera parte, se ech¨® a dormir al comienzo de la segunda y, aunque logr¨® remontar en una arranque de rabia de Scaloni, vio como le robaban la cartera en el instante final de la contienda. El Valencia a¨²n vive de la esperanza, el Deportivo es la viva imagen del fracaso: hasta la Intertoto est¨¢ ya lejos.Tras haber gastado cada uno su fortuna en procurarse una bien nutrida legi¨®n extranjera, Deportivo y Valencia aspiran ahora a la Intertoto, esa competici¨®n con nombre de loter¨ªa popular que se juega en la semiclandestinidad del verano. Otro ejemplo de los tantos fuegos artificiales que se han quemado en vano en esta Liga que ya expira. Los fiascos de Valencia y Deportivo inyectaron al encuentro cierto aire desangelado, con poco p¨²blico en las gradas y en la cancha, f¨²tbol correcto aunque falto de pasi¨®n. Los coru?eses, sumidos en un t¨²nel de indisciplinas, incidentes extrafutbol¨ªsticos y juego ¨ªnfimo, ofrecieron, sin embargo, buenas noticias. Como equipo, el Deportivo es un desastre, pero tiene buenos futbolistas y de vez en cuando, en partidos inesperados y sin que medie ning¨²n motivo especial, emerge su calidad.

Anoche renaci¨® Mauro Silva, un futbolista extraordinario y una de las pocas personas de la plantilla que dice cosas sensatas, a quien las lesiones y los a?os de agotadoras idas y vueltas a Brasil reclamado por la selecci¨®n parec¨ªan haber consumido prematuramente. Pero anoche Mauro volvi¨® a ser de siempre, una implacable barrera en el medio del campo y una eficaz soluci¨®n para asear el juego en su salida hacia el terreno contrario. A su alrededor crecieron los detalles de Hadji, de Djalminha y sobre todo de Fran, otro del que no hab¨ªa noticias desde hace semanas. El propio Fran y Hadji por dos veces tuvieron el gol a tiro en la primera parte.

El Valencia ha regresado a la mediocridad tras su fulgurante comienzo de la segunda vuelta. No resulta extra?o este deca¨ªmiento del equipo de Ranieri: su estado de gracia coincidi¨® con un impresionante despliegue f¨ªsico de un equipo cuya primera divisa es correr. Como el conjunto anda algo sobrado de a?os y no pudo mantener por mucho tiempo esa fortaleza, ahora se ha quedado en los huesos. F¨²tbol tiene muy poco, porque no le gusta a Ranieri. El catecismo del italiano est¨¢ sobrado de simpleza: solidez atr¨¢s, presi¨®n en el centro del campo y pelotazo a la buena de Dios para que Claudio L¨®pez e Ilie traten de atrapar cualquier bal¨®n suelto y saquen provecho de su rapidez y habilidad. Lo que no se le puede negar al Valencia es cierta eficacia para lanzar el latigazo del contragolpe. Pero anoche, en la primera parte, dos irrupciones de Ilie fueron todo el peligr¨® que logr¨® trasladar hasta Songo"o.

El Deportivo descompuso su buena cara al comienzo de la segunda parte. El Valencia mostr¨® m¨¢s determinaci¨®n para buscar la porter¨ªa contraria. Avis¨® con ajustado lanzamiento de falta de Mendieta y un remate de Angloma delante de Songo"o. La tercera oportunidad fue penalti. As¨ª, al menos, lo decidi¨® el ¨¢rbitro, el pr¨®ximo mundialista Garc¨ªa Aranda, aunque la jugada ofreci¨® muchas dudas. Es verdad que Songo"o, en el mano a mano con Ilie, sali¨® con los pies barriendo la llegada del rumano, pero ¨¦ste, en cuanto vio la sombra del portero deportivista, se dej¨® caer mansamente. Mendieta transform¨® con destreza y el Deportivo ya no pareci¨® capaz de levantar cabeza.

Ranieri ten¨ªa el partido donde m¨¢s le gusta, con el marcador favorable y m¨¢s espacios para el contragolpe. El Valencia ech¨® el cerrojo y del Deportivo se qued¨® sin ideas. Pas¨® a dominar porque lo consent¨ªa el contrario, pero el gol se advert¨ªa lejano. Fue el momento de Scaloni. El argentino, un futbolista muy limitado t¨¦cnicamente pero que se ha ganado el cari?o del p¨²blico por su pundonoroso esfuerzo, recibi¨® un taconazo de Djalminha, irrumpi¨® en diagonal en el ¨¢rea y rompi¨® el bal¨®n de un tiro cruzado. Pero Mendieta, en la ¨²ltima jugada del partido, hizo in¨²til el esfuerzo de Scaloni.