El rejoneo se contagia
El rejoneo se ha contagiado, y la apoteosis de anta?o ha dado paso a la sopor¨ªfera vulgaridad que reina en el toreo de a pie. Los virus se contraen porque abundan, se extienden con inusitada rapidez, y lo dif¨ªcil es erradicarlos. Ayer entraron de lleno en el rejoneo actual: han degenerado el otrora vistoso espect¨¢culo, y el toreo a caballo lo han convertido en una alocada carrera de obst¨¢culos.Una oreja es el balance art¨ªstico del festejo matinal. ?C¨®mo estar¨ªan los rejoneadores para que ese p¨²blico festivo no se calentara m¨¢s que por efectos del sol de justicia que aguant¨® durante dos horas! Y eso que los rejoneadores reclamaban ovaciones sin recato, como si hubieran protagonizado gestas. Sano y aut¨¦ntico sigue siendo Javier Buend¨ªa, que huye de virus modernistas y se mantiene fiel a la pureza del arte del rejoneo. Un a?o m¨¢s, su actuaci¨®n ha sido toda una lecci¨®n de t¨¦cnica, temple y maestr¨ªa a caballo. Es quiz¨¢, el ¨²nico que no tiene prisa, lo que dice mucho de su sentido del toreo. Clav¨® con acierto y gusto, y con la sobria eficacia que torna en emoci¨®n el rejoneo m¨¢s puro.
Albarr¨¢n / Seis rejoneadores
Toros despuntados para rejoneo de Luis Albarr¨¢n, bien presentados, mansos, manejables. Rafael Peralta: palmas. Antonio I. Vargas: palmas. Joao Moura: ovaci¨®n. Luis Valdenebro: vuelta por su cuenta. Javier Buend¨ªa: oreja. Paco Ojeda: ovaci¨®n. Plaza de la Maestranza, 3 de mayo (ma?ana). 16? corrida de Feria. Lleno.
A la zaga le anduvo Moura, consumado maestro, no redonde¨® la exitosa actuaci¨®n de otros a?os, pero dej¨® constancia de su clasicismo. Fall¨® en banderillas, se dej¨® atropellar la cabalgadura en un quiebro y mat¨® mal.
Lo dem¨¢s es otra cosa. A Paco Ojeda parece que no le entra el rejoneo en la cabeza. Su actuaci¨®n fue un glosario de garrafales fallos, los caballos resultaban atropellados, y clav¨® de cualquier manera. Luis Valdenebro torea todos los a?os en esta corrida y nadie sabe c¨®mo. Bueno, es maestrante, es decir, due?o de la plaza, y dicen las buenas lenguas que por eso torea. Las malas es que no lo entienden ni porque sea accionista. La voluntad se le supone, pero corre como un descosido, tira los rejones y las banderillas, y si sale con barbas, San Ant¨®n...
Quedan Rafael Peralta y Antonio Ignacio Vargas. Han sido figuras y nadie les va a quitar los m¨¦ritos, pero est¨¢n pasados de moda. S¨®lo parece preocuparles volver a la Maestranza por aquello de la historia personal, que es muy loable para ellos, pero molesto para que el que paga. Peralta cabalg¨® como si tuviera delante el desierto de Tabernas y fall¨® todo lo imaginable. Vargas se ha olvidado lo que es clavar el estribo. Ambos, reclamaron palmas y el p¨²blico, aburrido, no quiso desairarles. Seguro que vuelven el a?o pr¨®ximo.
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