Picante, ganas y un amigo

El picante lo pusieron los novillos de Prieto de la Cal (dos jaboneros para delatar su origen de Veragua, uno de ellos colorao y tres negros) y en los tiempos que corren en el toreo, con tanto borrego descastado y parado, esto es casi noticia.Y no es que los novillos diesen facilidades a los tres noveles diestros locales, porque casi siempre desarrollaron sentido y era casi un pecado dejarles tropezar con los enga?os. Aunque alguno floje¨® de remos, sus embestidas fueron fuertes y en ocasiones pusieron en serio compromiso a los novilleros. En cuanto al cap¨ªtulo de las dificultades, sobresalieron el quinto de la tarde y el que cerr¨® plaza, mientras que en la vertiente positiva cabe destacar al lidiado en tercer lugar, que meti¨® bien la cara por los dos pitones, y el cuarto, que se arranc¨® de lejos y lo hizo con alegr¨ªa.

En cuanto a las ganas, las pusieron en gran medida los tres novilleros, que est¨¢n muy necesitados de un triunfo importante. El primero, muy codicioso de salida, como casi todos, pero que acab¨® defendi¨¦ndose por la falta de fuerza, fue saludado por Barrera (muy activo con el capote durante toda la tarde) con una larga de rodillas, iniciando el muleteo con un cambio por la espalda en el platillo del redondel. Luego, le ech¨® valor y mucha voluntad, pero poco dominio. Recibi¨® al cuarto a porta gayola y la primera parte de la faena fue excelente, con temple y hondura. El trasteo fue a menos y acab¨® algo premioso con el pincho.

Detalles de buen torero

Sergio Pe?a estuvo variado con el capote en su primero, que fue desarrollando sentido al topar con los enga?os. En el muleteo, de temple intermitente, hubo detalles de buen torero. Al quinto le dio varios faroles de rodillas y, despu¨¦s de dos excelentes pares de banderillas de Ra¨²l Felices, tropez¨® con el novillo de m¨¢s sentido y mayor peligro de la tarde, con el que ¨²nicamente cab¨ªa lo que hubo, dignidad y voluntad.Alfonso Casado puede ser torero. Tiene valor, se queda quieto y templa a los novillos. L¨®gicamente, dada su biso?ez, tiene algunas cosas por pulir, como su definici¨®n como torero, ese estar tan pendiente del p¨²blico y del callej¨®n, o actitudes en alg¨²n momento un tanto teatrales, que en plazas de primera no se llevan. Fue excelente su faena al buen animal lidiado en tercer lugar, en el que, de no haber atravesado al novillo en dos estocadas, hubiese obtenido con justicia una oreja. En el sexto denot¨® mayormente su biso?ez, pero un amigo suyo se lanz¨® al ruedo y lo pase¨® a hombros. Eso tampoco deber¨ªa llevarse en un plaza de primera.