Encantadora, pero...

En el mundo del lied alem¨¢n se requieren al menos dos condiciones : una, compenetraci¨®n y complementaci¨®n entre la voz y el piano, para recorrer juntos el mismo camino literario y expresivo; y dos, un entendimiento profundo de la palabra po¨¦tica desde la intimidad, con la consiguiente naturalidad y dominio del estilo.La b¨²lgara Vesselina Kasarova es una de las cantantes j¨®venes m¨¢s atractivas del momento. En su presentaci¨®n madrile?a se meti¨® de lleno en el coraz¨®n del lied rom¨¢ntico, como dice Arturo Reverter en el programa de mano . La sutil encantadora esta vez no convenci¨® del todo. Sus schubert adolec¨ªan de sencillez, al estar imbuidos de un reforzamiento de los recursos teatrales, alcanz¨¢ndose alg¨²n momento estelar en la romanza de Rosamunda, justo cuando hab¨ªa que contar una historia dram¨¢ticamente. Sus brahms, personal¨ªsimos, estuvieron marcados por una l¨ªnea de canto m¨¢s bien eslava, en la fon¨¦tica y el desarrollo. Y sus esperados schumann no lograron coger cuerpo ni mucho menos apasionamiento.

Hubo desigualdades en la tesitura y en un fraseo que a veces abus¨® de las medias voces y pian¨ªsimos y del sentido mel¨®dico global, en detrimento del contenido preciso de cada s¨ªlaba. El pianista Friedrich Haider fue a su aire, sin encontrar, salvo en alg¨²n momento aislado, la identificaci¨®n so?ada con la cantante, y ¨¦sta, tan deslumbrante en el mundo de la ¨®pera, no acab¨® de coger el sitio a la esencia desnuda del lied. ?C¨®mo explicarlo? Es como si en una faena taurina no se torease al natural y se abusase de los pases de adorno. Lo que para el teatro es una bendici¨®n, para el lied es muchas veces un lastre. La personalidad de Kasarova brillaba en su originalidad, pero no acertaba a entrar en los entresijos rom¨¢nticos.

Pero la gran sorpresa de la noche estaba a¨²n por llegar. Kasarova cant¨® como colof¨®n un mozart lleno de matices, perfectamente fraseado desde la vena dram¨¢tica, intenso, perfumado, l¨ªrico, maravilloso. Fue entonces cuando la gran cantante demostr¨® su categor¨ªa y sus inmensas posibilidades. Pero fue s¨®lo un suspiro.