La gran coalici¨®n
F?LIX BAY?N Durante a?os, demasiados a?os, el PSOE ha cre¨ªdo que el gilismo no era un problema suyo, sino del PP, que era el partido al que, supuestamente, los seguidores de Jes¨²s Gil restaba votos. Los socialistas s¨®lo han comenzado a preocuparse cuando se han formado las colusiones, m¨¢s que coaliciones, entre el GIL y el PP en la Diputaci¨®n y en la Mancomunidad de la Costa del Sol. Entretanto, el GIL ha echado ra¨ªces en dos importantes municipios y ya han sufrido por igual da?os dif¨ªcilmente reversibles tanto el entorno natural como la moralidad pol¨ªtica, que ya estaba muy tocada en esta zona antes de la llegada de Gil. Las nuevas autov¨ªas descubren al Este y al Oeste de la Costa del Sol apetitosas zonas a¨²n v¨ªrgenes a la especulaci¨®n urban¨ªstica y Gil pretende conquistarlas. Es su especialidad. Ahora, por fin, el PSOE comienza a ser consciente del fen¨®meno que ha contribuido a hacer crecer y trata de poner en pie un frente para luchar contra ¨¦l. Para analizar lo que ocurre en esta zona, hay que tener en cuenta que Gil no es m¨¢s que una consecuencia de la ineficacia, mezclada con mayores o menores dosis de corrupci¨®n, de los ayuntamientos de izquierdas que le precedieron. Pero, adem¨¢s, Gil no es el ¨²nico problema. En muchos casos, el principal problema de los partidos de izquierda en la Costa del Sol est¨¢ dentro de ellos mismos, trufados como est¨¢n de p¨ªcaros profesionales de la pol¨ªtica que son capaces de vender su voto sin que les caiga la cara de verg¨¹enza. No hay que olvidar que el GIL gobierna en Casares con el apoyo de tres ediles que fueron elegidos en las listas del PSOE y amenaza con apoderarse de Manilva gracias al voto de concejales electos por IU. Puede que sea interesante eso de la gran coalici¨®n contra Gil, pero, antes de lanzarla, el PSOE har¨ªa bien en asegurarse la fidelidad y la moralidad de sus propios partidarios, porque, visto lo visto, podr¨ªa llegar a darse el caso de que se pusiera en marcha la coalici¨®n, que ganase incluso y que el GIL volviera a triunfar gracias a los votos de los tr¨¢nsfugas de la gran coalici¨®n. No es una broma: las s¨²bitas conversiones al gilismo de los ediles de izquierda en Manilva y Casares, as¨ª como de alg¨²n que otro alto cargo socialista, lo aconsejan. Antes de seguir adelante, vendr¨ªa bien que el propio PSOE examinara a fondo la solvencia moral de sus representantes, se preguntara por la causa de algunas tibiezas -como la mostrada por la organizaci¨®n local de Marbella, poco partidaria de luchar contra el PGOU de Gil-, y luego pidiera avales a sus socios en esa coalici¨®n. A¨²n as¨ª, ser¨ªa dif¨ªcil descartar sorpresas. En cualquier caso, la suma de siglas no garantiza la suma de votos, y, aunque los garantizara, no bastar¨ªan para reconquistar ayuntamientos como el de Marbella. Probablemente, lo que los electores de la Costa del Sol est¨¦n demandando sea otra cosa: a los pol¨ªticos de siempre ya los conocen, los han tenido gobernando hasta hace siete a?os y precisamente por eso, porque los conocen, no les votan. Quiz¨¢ no estar¨ªa de m¨¢s esforzarse un poco, reflexionar y buscar salidas imaginativas. Merece la pena: si no, las zonas con m¨¢s futuro econ¨®mico de Andaluc¨ªa pueden acabar todas en manos del GIL.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.