La justicia alemana condena a dos colaboradores de ETA y reclama una legislaci¨®n antiterrorista europea

El Tribunal de Wiesbaden que ha juzgado a dos ciudadanos alemanes sospechosos de haber colaborado con ETA convirti¨® ayer la lectura de la sentencia contra ambos en un alegato pol¨ªtico en favor de unificar la legislaci¨®n antiterrorista en la Uni¨®n Europea, con el fin de que un delito cometido en un pa¨ªs pueda ser juzgado en los otros pa¨ªses miembros. Heike Schubbert y Gari Siemund, relacionados con miembros del comando Madrid de ETA y que hab¨ªan alquilado pisos utilizados por esta organizaci¨®n, fueron condenados ayer a penas, para cada uno de ellos, que rondan los tres a?os.

"En la Europa Unida se debe reflexionar sobre la posibilidad de perseguir en otros pa¨ªses miembros el apoyo y pertenencia a una organizaci¨®n terrorista que act¨²a contra uno de los estados", manifest¨® el juez Olaf Zickel, el presidente del Tribunal que llevaba el caso en la Audiencia Provincial de Wiesbaden. La imposibilidad actual de aplicar esta norma benefici¨® ayer a los acusados, seg¨²n el juez Zickel, que calific¨® la circunstancia de "altamente insatisfactoria".Las penas que se les impusieron a los dos ciudadanos alemanes, sin embargo, no respond¨ªan a su colaboraci¨®n con una organizaci¨®n terrorista, tema en el que el Tribunal de Wiesbaden no pod¨ªa entrar legalmente, sino por otros delitos que s¨ª pod¨ªan ser juzgados en Alemania. Schubbert fue considerada culpable de transgredir la ley de control de armamentos y Siemund, de tenencia de documentos falsos.

Colaborar con ETA no es delito en Alemania, puesto que la banda terrorista no tiene una estructura en este pa¨ªs. Siemund y Schubert, ambos estudiantes de 34 a?os, residieron durante varios meses en Madrid y alquilaron varios pisos, en uno de los cuales, en la calle Polibea, fue detectado un cuantioso arsenal despu¨¦s del estallido de una bomba en abril de 1997. Siemund reconoci¨® haber abandonado Espa?a con documentos falsos alemanes que le habr¨ªan sido entregados por los compa?eros de piso. Admiti¨® adem¨¢s que sab¨ªa que en el piso hab¨ªa armas, pero dijo en su defensa que no denunci¨® los hechos por miedo a que sus amigos vascos pudieran ser torturados por la polic¨ªa espa?ola.

El juicio contra Schubbert y Siemund, que comenz¨® el 31 de marzo pasado, ten¨ªa, desde la ¨®ptica espa?ola, una envergadura mayor de la que legalmente pod¨ªa otorgarle el tribunal alem¨¢n, confrontado con hechos que ocurrieron en territorio espa?ol, que fueron investigados de acuerdo con las pr¨¢cticas policiales y procesales espa?olas, en funci¨®n de delitos que son tipificados e investigados de otra manera en el C¨®digo Penal alem¨¢n.

Dado que la ley alemana no permite extraditar a ciudadanos alemanes acusados de cometer un delito en el extranjero, el tribunal de Wiesbaden abord¨® un proceso "inhabitual", seg¨²n el adjetivo que utiliz¨® ayer el juez Zickel para calificarlo. El juez reconoci¨® al t¨¦rmino de la sesi¨®n que hab¨ªa tenido que hacer un gran esfuerzo para deslindar entre los delitos por los que se juzgaba a los acusados y los elementos de un proceso por colaborar con una organizaci¨®n terrorista. Ante los medios de comunicaci¨®n admiti¨®: "Hemos dado por supuesto que apoyan a ETA".

En una hora aproximadamente, sin recurrir a un texto escrito, ¨¦ste expuso las consideraciones de la sentencia y dej¨® bien claro que, aunque no pod¨ªa juzgar legalmente sobre la colaboraci¨®n de Siemund y Schubbert con ETA, ten¨ªa sus propias opiniones sobre el asunto.

Zickel agradeci¨® la colaboraci¨®n de la polic¨ªa espa?ola, que envi¨® pr¨¢cticamente todas las pruebas de cargo as¨ª como testigos "que corrieron peligro por venir a declarar", y asegur¨® que el tribunal no hab¨ªa sido objeto de ninguna presi¨®n ni por parte de instancias alemanas ni espa?olas. El juez calific¨® a ETA como una organizaci¨®n "cobardemente asesina y alevosa" con "muchos cr¨ªmenes en su conciencia", pero aclar¨® que no era competencia del tribunal "aclarar las actividades de ETA".

En Espa?a no hay torturas

Se?al¨® tambi¨¦n que por el hecho de haber pedido los informes de la organizaci¨®n Amnist¨ªa International, en los que figuran casos de tortura por parte de la polic¨ªa espa?ola, no significaba que el tribunal tomase partido en esta cuesti¨®n y que ¨¦ste se hab¨ªa limitado a "darse por enterado", pero no hab¨ªa asegurado que en Espa?a se torturara.El juez consider¨® que los acusados, simpatizantes ambos de los movimientos de liberaci¨®n y del nacionalismo vasco, hab¨ªan actuado por motivos ideol¨®gicos, y dedic¨® buena parte de su alocuci¨®n a desmontar las numerosascontradicciones en las que los acusados incurrieron durante la causa. Entre otras cosas, el hecho de que sin tener sueldo ni trabajo, Schubbert, que dijo haber llegado a Espa?a con 7.000 marcos, hab¨ªa alquilado a su nombre dos pisos que en total le supon¨ªan un desembolso de 2.250 marcos por mes, adem¨¢s de haber pagado un dep¨®sito de 2.160 marcos.