Razones para una victoria
El resultado de las primarias ha cambiado muchas cosas. Entre otras, los pron¨®sticos respecto de las futuras elecciones generales. Si antes de las primarias la victoria del Partido Popular se daba por supuesta, hoy ya no se da. Se empieza a contemplar como posibilidad la victoria del PSOE.En mi opini¨®n, la victoria socialista es algo m¨¢s que posible. E incluso algo m¨¢s que probable. Y lo es por la confluencia de las tres siguientes circunstancias.
1. Por la recuperaci¨®n del prestigio de la pol¨ªtica como consecuencia de la celebraci¨®n de las propias primarias. Desde 1993, como m¨ªnimo, la pol¨ªtica ha sido para los ciudadanos una actividad negativa, puramente destructiva. Se trataba de hacer lo que fuera, incluso "poner en riesgo la estabilidad del Estado" (Anson dixit), con tal de llegar al poder. Las primarias ha sido el primer proceso pol¨ªtico en cinco a?os que no se ha hecho contra nadie. Aqu¨ª est¨¢ una de las claves de su ¨¦xito. La forma en que se han resuelto en el interior del PSOE los problemas generados por el imprevisto triunfo de Jos¨¦ Borrell ha confirmado todav¨ªa m¨¢s esa recuperaci¨®n. La dignidad de Almunia en la derrota va a ser dif¨ªcil de olvidar.
2. Porque, como consecuencia de esa recuperaci¨®n del prestigio de la pol¨ªtica, la pr¨®xima campa?a no va a poder ser puramente destructiva. Quien act¨²e de esa manera va a ser penalizado por el electorado. Y el Partido Popular no parece saber hacer otra cosa, como ha demostrado con su pol¨ªtica de "oposici¨®n a la oposici¨®n" en sus dos a?os de Gobierno y su reacci¨®n frente al triunfo de Borrell. Ya han empezado a hurgar en su biograf¨ªa para ver por d¨®nde saltar al cuello. Las primarias han colocado al PSOE en mejores condiciones para solicitar la confianza de los ciudadanos. No para destruir al PP, sino para ganarle en buena lid.
3. Por la condici¨®n catalana de Jos¨¦ Borrell. En contra de lo que piensa el presidente de la Generalitat, en Espa?a hay una reserva extraordinaria de admiraci¨®n y respeto por Catalu?a. No ha tenido posibilidad de expresarse pol¨ªticamente en nuestra historia contempor¨¢nea, ya que la operaci¨®n Roca, por su propio planteamiento, no puede ser tomada en consideraci¨®n desde este punto de vista. Que el n¨²mero dos de Catalu?a, sin dejar de ser n¨²mero dos, quisiera ser el n¨²mero uno de Espa?a era sencillamente absurdo.
Los espa?oles no hemos tenido, pues, oportunidad de dar nuestro asentimiento a un programa pol¨ªtico para Espa?a desde Catalu?a. ?sta es una asignatura que tenemos todav¨ªa pendiente. No porque la hayamos suspendido, sino porque no hemos tenido posibilidad de aprobarla.
La candidatura de Jos¨¦ Borrell a la presidencia del Gobierno de la naci¨®n representa precisamente esto. Es la ocasi¨®n para que el resto de Espa?a pueda expresar pol¨ªticamente su admiraci¨®n y respeto por Catalu?a. Y, se?or Pujol, se va a quedar usted asombrado de la extensi¨®n y profundidad de ese sentimiento en Espa?a. Ver¨¢ usted qu¨¦ respuesta se obtiene cuando desde Catalu?a se le habla al resto de Espa?a el lenguaje de "la pol¨ªtica" y no el lenguaje de "los dividendos". En Espa?a hay algo m¨¢s que un deseo, hay una necesidad de poder hacer nuestro un proyecto pol¨ªtico de direcci¨®n general del pa¨ªs que venga de Catalu?a. Como los ha habido antes desde Galicia, desde Andaluc¨ªa o desde Castilla. Entrar en el siglo XXI con un proyecto pol¨ªtico espa?ol con acento catal¨¢n es de las mejores cosas que nos puede pasar colectivamente. Y la ocasi¨®n no la vamos a desaprovechar. Catalu?a va a ser en las pr¨®ximas elecciones generales lo que fue Andaluc¨ªa en las de 1982.
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