Apote¨®sico

Otra vez de apoteosis parece revestirse el traje que el destino ha deparado a este artista catal¨¢n en su nueva andadura profesional en solitario. Sin apagarse a¨²n los aplausos del ¨²ltimo concierto de El ?ltimo de la Fila, el renacido Manolo Garc¨ªa pisa ya en directo con la fuerza de un cicl¨®n.En la sala madrile?a en la que presentaba su ¨¢lbum en solitario, Arena en los bolsillos, el respetable le recibi¨® como a un n¨² mero uno. No en vano, pr¨¢cticamente dos semanas despu¨¦s de la salida del disco, los fans de las primeras filas ya conoc¨ªan e interpretaban a grito pelado todos los temas del mismo.

Manolo Garc¨ªa, con gesto de sincero y emocionado agradecimiento, estuvo francamente a tope de voz y de gesto torero. Se le ve suelto y c¨®modo fuera del sonido de El ?ltimo..., aunque su manera de cantar y componer hacen de esta aventura digna heredera de aqu¨¦lla.

Menos cr¨ªpticos

Los textos de las nuevas canciones parecen menos cr¨ªpticos que los de anta?o y tal vez sus estribillos sean a¨²n mucho m¨¢s claros, de tal modo que no es de extra?ar que este verano nos bombardeen continuamente los o¨ªdos con canciones como Sobre el oscuro en que te meces o Prefiero el trapecio, entre otras posibles candidatas del elep¨¦. Lo dicho. Manolo -que actu¨® acompa?ado de un extraordinario grupo de m¨²sicos- estuvo apote¨®sico, demostr¨® que su nueva etapa como solista no tiene techo.La misma noche de la presentaci¨®n de Manolo Garc¨ªa, aunque unas horas m¨¢s tarde y en otra sala madrile?a, actu¨® el d¨²o de Monterrey (M¨¦xico) Plastilina Mosh, que como se esperaba tras su paso por Festimad, no defraud¨®. De nuevo el b¨¢sico mecanismo del pop de siempre funciona y produce los efectos deseados. As¨ª, la combinaci¨®n de variados elementos musicales, tecnolog¨ªa y distintas tendencias generan arte en estado puro. Jazz, punk, trip- hop, lounge, funk, bosanova ... , los diversos estilos conjurados por esta pareja fermentan, gracias a los samplers, en una suerte de sincretismo musical del que sin duda el californiano Beck es el padre reconocido.

Pese a lo esquem¨¢tico de su puesta en escena, el espect¨¢culo ofrecido por Plastilina Mosh resulta cualquier cosa menos ¨¢rido o aburrido. Explorando el fil¨®n de los sonidos modernos, estos alumnos aventajados de sus paisanos Caf¨¦ Tacuba proponen al espectador u oyente un viaje a trav¨¦s de interesantes piezas en las que los ritmos de baile son siempre punto de partida y el desarrollo instrumental subsiguiente la l¨®gica manera de crecer.

Los temas -Afroman, Bungaloo, Savage suckre boy o la canci¨®n que da t¨ªtulo a su ¨¢lbum de presentaci¨®n, Aquamosh- requieren de una escucha m¨¢s concentrada, ya que los efectos de sonido, el modo de rapear de los int¨¦rpretes y la ac¨²stica general de los conciertos en directo hacen que se pierda buena parte de los textos, y eso es una l¨¢stima porque son fundamentales para entrar en el universo que el grupo propone. No obstante, nada hace que dejen de sonar muy sugestivos y que sea una pena perd¨¦rselos, o que sus temas pasen desapercibidos para el gran p¨²blico.