"El GAL no tiene por qu¨¦ aguar el "efecto Borrell"
"Siempre cre¨ª, y sigo creyendo, en el proyecto de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar para solucionar los problemas de la justicia. Cuando uno cree en algo y se le pide que colabore para sacarlo a flote, las cuestiones personales, los temores, no cuentan", afirma Margarita Mariscal de Gante al plante¨¢rsele si dud¨® respecto a ser ministra de Justicia.Pregunta. No pensar¨ªa que las cosas se le complicar¨ªan tanto.
Respuesta. Soy optimista por naturaleza y creo que se me han complicado mucho menos de lo que algunos pensaban o deseaban. Desde luego, conservo la ilusi¨®n del principio.
P. Pues le han llovido las cr¨ªticas.
R. Soy el miembro del Gobierno en el que m¨¢s se ha fijado la oposici¨®n, pero ha ocurrido con todos los ministros de Justicia. Creo que el diagn¨®stico de mi gesti¨®n por parte de jueces y fiscales, por ejemplo, no se corresponde con tantas cr¨ªticas. ?Acoso y derribo? No har¨ªa yo tan contundente afirmaci¨®n.
P. Se dio por cierto que hab¨ªa presentado su dimisi¨®n al menos dos veces.
R. Si lo dice alguien que presume de conocer lo que pasa en el ministerio ni conoce lo que pasa ni me conoce a m¨ª. Ha habido momentos duros, pero dentro de la l¨®gica profesional.
P. ?No es cierto, entonces, que se haya planteado tirar la toalla?
R. Eso se queda para cuando uno se siente m¨¢s o menos cansado, pero es para uno mismo.
P. ?No le pidi¨® Aznar, para eludir una crisis, que no formalizara su dimisi¨®n?
R. Se ha dicho muchas veces, pero no ha sido as¨ª. He tenido muchos m¨¢s momentos gratos que ingratos. Tambi¨¦n es cierto que ha habido d¨ªas en que se siente que las cosas han salido peor que mejor. Intencionadamente, se han lanzado determinados mensajes: que no ten¨ªan que haberme nombrado, que iba a ser cesada, que dimit¨ªa...
P. Usted ha sido una apuesta de Aznar interpretada como un agradecimiento a los servicios del sector m¨¢s conservador de los jueces en la dur¨ªsima oposici¨®n del PP al Gobierno del PSOE. Era un poco inevitable que alguien de su perfil fuera ministra de Justicia.
R. O sea, que estaba tocada por el destino. ?Ja, ja, ja!
P. Se extendi¨® que no era m¨¢s que un pe¨®n de la Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura. Incluso, que Rodr¨ªguez Arribas deleg¨® en usted para no quemarse.
R. Hablando en serio, imagino que me est¨¢ trasladando la opini¨®n de destacadas personas no afines, que no comparten lo que es la APM y que quieren hacer ver que el PP, en la oposici¨®n, tuvo a su vez una oposici¨®n dentro de lo que fue el Consejo General del Poder Judicial. Lo niego porque, entre otras cosas, a m¨ª, como miembro de la APM, nadie me acus¨® de que estuviera haciendo oposici¨®n al Gobierno o hubiera adoptado ninguna postura pol¨ªtica. Me he mantenido siempre en posiciones profesionales. Si yo era la candidata de la APM o si Aznar quiso premiarla, no soy quien para responder a esas cuestiones. Pero no van encaminadas.
P. Si era su candidata, a la APM no le ha salido muy bien la operaci¨®n. Sigue esperando que saque adelante un proyecto de elecci¨®n del Consejo n¨ªtidamente corporativista y emanado de las asociaciones de jueces, no del Parlamento.
R. No creo que sea un proyecto corporativista. De lo que se trata, en opini¨®n de algunos, entre ellos yo, es de que se ajusta m¨¢s al modelo constitucional el que de los 20 miembros del Consejo ocho sean elegidos por las C¨¢maras y doce por todo el cuerpo de jueces. Ser¨ªa una ley m¨¢s adecuada al esp¨ªritu y la letra de la Constituci¨®n. Pero a¨²n no la he llevado al Consejo de Ministros. Los n¨²meros son los n¨²meros. Una ley org¨¢nica, como ¨¦sa, necesita un n¨²mero de votos que no tenemos.
P. Se ha metido en un avispero.
R. No, me metieron repitiendo una cosa muchas veces hasta hacer creer que era cierta sin serlo: que yo hab¨ªa impulsado una reforma de la ley org¨¢nica para asegurarme un retiro. La reforma que impide el retorno del juez desde el puesto pol¨ªtico directamente al juzgado es dura para el que opta por la pol¨ªtica y, si¨¦ndolo, deb¨ªa aplic¨¢rmela a m¨ª misma. ?se ha sido el momento m¨¢s duro para m¨ª: cuando se intent¨® vender que lo que quer¨ªa era una canonj¨ªa. Yo creo que el periodo de tres a?os es razonable para que los casos que lleve ese juez no se vean dirigidos por la opci¨®n pol¨ªtica.
P. Lo malo es que esos a?os sab¨¢ticos los paga el Estado. Adem¨¢s, esas cautelas parecen derivadas de que quiz¨¢ el PP piense que la pol¨ªtica contamina.
R. En primer lugar, al erario p¨²blico le cuestan m¨¢s otras situaciones personales. Porque el juez que no encontrase un destino lo que tendr¨ªa es que cobrar estrictamente su sueldo. Y hay otras decisiones, como la indemnizaci¨®n por ser alto cargo, que se percibe durante dos a?os y que nadie critica. Hay ex ministros o ex altos cargos que cobran su pensi¨®n indemnizatoria y tambi¨¦n como diputados o cualquier otra cosa. Eso es m¨¢s gravoso. Y no creo que la pol¨ªtica contamine. Lo que creo es que se ha dado una imagen, y no por este Gobierno, de que el juez que entra en ella vuelve contaminado a su juzgado. Eso es malo. Por tanto, para evitar esa imagen de politizaci¨®n de las decisiones judiciales es bueno que, objetivamente, se est¨¦ en un periodo de espera.
P. No s¨¦ si pensar que se ha convertido a la teor¨ªa de que los jueces estrella pueden llegar a ser inc¨®modos cuando se est¨¢ en el Gobierno...
R. Con el paso del tiempo, de ciertos acontecimientos, hemos llegado a establecer que lo malo son los jueces, sean estrellas o normales, y no los casos que llegan a los juzgados. Yo me niego a caer en esa dial¨¦ctica porque, independientemente del car¨¢cter de cada uno, cuando mejor hablan los jueces es por escrito, y as¨ª lo he hecho cuando he ejercido como tal. Si se les ha identificado como estrellas es por el tipo de casos que han tenido que llevar. Es muy dif¨ªcil que no se pongan los focos en asuntos como los que est¨¢n en los tribunales.
P. No es de esperar que le preocupe la posibilidad de que algunos se conviertan en poderes f¨¢cticos.
R. Con los asuntos judiciales me pasa como con la libertad de expresi¨®n: prefiero que surja un juez estrella o un exceso en la informaci¨®n antes que una restricci¨®n a la libertad de actuaci¨®n de los jueces o a la de opini¨®n en los medios.
P. Pero seguro que le preocupa la imagen ante la opini¨®n p¨²blica cuando algunos magistrados, como Estevill o G¨®mez de Lia?o, son objeto de sanciones judiciales, incluso penales...
R. Bueno, sin poner nombres, porque esos dos no son equiparables y se podr¨ªa dar lugar a malos entendidos, creo que para un ciudadano debe ser un buen s¨ªntoma cuando ve que otro, que ejerce las funciones de juez, tiene una responsabilidad y esa responsabilidad se persigue. Es una demostraci¨®n de que la justicia se aplica a todos.
P. Nunca ha resultado f¨¢cil entender las razones que le impulsaron a defender tan ardorosamente a Estevill.
R. Le apoy¨¦ como vocal del Consejo del Poder Judicial con la ley en la mano y sigo sosteniendo que esa interpretaci¨®n era correcta. Una cosa es lo que hiciera antes de acceder al Consejo, que es por lo que se le est¨¢ juzgando, y otra que se trajera a alguien y se pretendiese que no pudiera tener un estatuto de vocal con todas sus consecuencias. Si vino y fue votado por el Senado, a propuesta de determinada fuerza parlamentaria, como lo fue, fue con un estatuto de vocal al completo, no restringido. En mi opini¨®n, rehenes en instituciones, no.
P. ?No se dio cuenta de a quien apoyaba?
R. Yo estaba apoyando a un vocal del Consejo en su estatuto... Sin poner nombres, existen personas implicadas en procesos judiciales que, sin embargo, tienen un estatuto que les es respetado.
P. ?Se refiere al caso GAL?
R. Me estoy refiriendo en general.
P. Me gustar¨ªa que se refiriera, en particular, a la actuaci¨®n del fiscal general. Con ?rculo, llegar¨ªa a plantear su dimisi¨®n para no verse obligada a dimitir usted misma. Y con Cardenal no ha mejorado la situaci¨®n, ?no?
R. Cualquier Gobierno tiene muchas dificultades para resolver el problema de la independencia del fiscal general. Aqu¨ª nos hemos instalado en el mensaje de independencia de los fiscales cuando, seg¨²n la Constituci¨®n, la independencia se predica de los tribunales y los jueces, y expresamente. Nunca le dije al fiscal general eso de "o te vas t¨² o me tengo que ir yo". Tampoco es cierto que yo pusiera el nombre de Poyatos encima de la mesa del Consejo de Ministros. El cese de ?rculo fue una decisi¨®n m¨ªa ante una falta de respuesta al problema creado en la Audiencia Nacional, pero no hubo ultim¨¢tum.
P. Ustedes prometieron la independencia del fiscal general frente al Gobierno. Pero no parecen ?rculo o Cardenal ejemplos de ella.
R. El compromiso del PP y del Gobierno era nombrar a un fiscal general de la carrera fiscal y hacer m¨¢s aut¨®noma la figura de los fiscales. Se ha cumplido.
P. Usted ha afrentado a todas las asociaciones de fiscales puente¨¢ndoles en el nombramiento de Fungairi?o como fiscal jefe de la Audiencia. ?No le resulta inc¨®moda esta situaci¨®n?
R. Si los fiscales no est¨¢n contentos conmigo, no es lo que me han dicho hace una semana. Ellos y yo sabemos que en derecho todo es opinable. Yo tom¨¦ la decisi¨®n de aceptar la propuesta del fiscal general y se ha demostrado que se adecuaba a la ley.
P. Si se escucha a los ciudadanos, la credibilidad de la justicia est¨¢ bajo m¨ªnimos.
R. No ha bajado espectacularmente, sino de modo paulatino.Si para 1985, por ejemplo, estaban previstos los juzgados de lo contencioso y hasta este oto?o no van a ser puestos en marcha... Ahora se est¨¢n sentando las bases para una justicia m¨¢s ¨¢gil y eficaz. Se har¨¢ patente en breve tiempo. La calidad de la justicia en este pa¨ªs resiste perfectamente la comparaci¨®n con cualquier otro servicio de la Administraci¨®n.
P. ?Le parece adecuado que el PP se haya personado como acci¨®n popular en casos como el de Filesa o los GAL?
R. No voy a opinar de esos dos temas porque me estar¨ªa metiendo en algo que se decidi¨® hace bastante tiempo, m¨¢s de dos a?os. Pero eso de judicializar la pol¨ªtica y de politizar la justicia es algo que denuncia el PSOE cuando hace bastante m¨¢s de dos a?os en determinados acontecimientos, que est¨¢n en la mente de todos, remiti¨® todo a lo que decidiesen los tribunales. En definitiva, no me parece que ejercer una acci¨®n jur¨ªdica a la que se tiene derecho pueda interpretarse como hostigamiento.
P. Si dependiera de usted, ?se retirar¨ªa el PP de esa acci¨®n? Por aquello de ser y parecer neutral.
R. En las cosas que no dependen de m¨ª no me gusta poner la carreta delante de los bueyes. A m¨ª, como juez, y en eso s¨ª puedo ser corporativista, el que haya unos procesos en marcha no me parece horroroso, sino algo bueno desde el punto de vista de la sanidad democr¨¢tica.
P. ?Tiene la sensaci¨®n de estar en un ministerio devaluado?
R. No. Tiene un gran peso espec¨ªfico. La prueba es que no pasa inadvertido, que es objeto de muchas cr¨ªticas...
P. La oposici¨®n no se refiere a su talante personal, sino a su pedigr¨ª conservador. Y a la falta de iniciativas brillantes.
R. Al principio, se me acusaba de que no hab¨ªa actividad ni iniciativas. Cuando ese mensaje no se pudo seguir sosteniendo, se lanz¨® que todo lo que nace de este equipo es demasiado conservador y hay que reelaborarlo. Eso se cae por su base. Ah¨ª est¨¢n todos los proyectos legislativos en el Congreso en fase de tramitaci¨®n, unos 16.
P. Se dice que su padrino, Rodr¨ªguez Arribas, la puentea y despacha directamente con ?lvarez Cascos...
R. Una insidia m¨¢s... De todas maneras, que le pregunten al vicepresidente primero.
P. ?Est¨¢ dispuesta a aguantar hasta el final de la legislatura?
R. Tengo ahora m¨¢s ilusi¨®n, si cabe, que cuando llegu¨¦ al Gobierno porque dispongo de un equipo magn¨ªfico, se est¨¢ trabajando muy bien y creo en lo que hago.
P. ?Cree que lo que suceda en el juicio de los GAL puede neutralizar el efecto Borrell?
R. No, no... No creo que tenga nada que ver. No son acontecimientos coet¨¢neos. Lo que pueda pasar en el juicio depende de lo que pase exclusivamente a partir del 25 de mayo. La direcci¨®n de los socialistas opt¨® por unas elecciones primarias con unos resultados que parece que han dejado contentos a todos. Si es as¨ª, no veo yo por qu¨¦ tienen que tener un jarro de agua fr¨ªa.
P. O sea, que el juicio no tiene por qu¨¦ pinchar electoralmente el entusiasmo del PSOE, ?no?
R. Sobre los entusiasmos ajenos no me gustar¨ªa adelantarme.
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