Primarias
El PSOE anuncia primarias para elegir candidatos a la alcald¨ªa y a la Comunidad. Se ve que le ha cogido gusto a la f¨®rmula, cuyos precedentes le son muy halag¨¹e?os. Celebrar primarias para elegir candidato a la presidencia del Gobierno le ha supuesto aumentar sus expectativas de voto y el ganador, que es Jos¨¦ Borrell, ya anda por ah¨ª sacando pecho. Los restantes partidos habr¨¢n tomado nota pero no es probable que la apliquen en sus organizaciones. Eso de que te salga un Borrell y te pegue un borrellazo es excesivamente arriesgado para quienes controlan el aparato. El propio partido socialista habr¨¢ aprendido la lecci¨®n de las consecuencias de sus primeras primarias, se supone, y seguramente la ejecutiva evitar¨¢ hacer de nuevo el rid¨ªculo pronunci¨¢ndose por uno de los candidatos, que acab¨® perdedor. Ah¨ª est¨¢n como posibles candidatos de las prima-segundas Joaqu¨ªn Leguina, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, Juan Barranco, Fernando Mor¨¢n, Pedro Sabando, Gregorio Peces Barba, Matilde Fern¨¢ndez, Cristina Alberdi, aparte de otros que puedan aparecer, en plan Borrell, pronunciando aquello de "Un momento que la est¨¢n peinando" con ¨¢nimo de barrerlos a todos.Lo malo es que llegado el momento de la verdad, es decir, las elecciones definitivas, los electores no podr¨¢n votar un candidato sino un partido. He aqu¨ª un asunto revisable tanto en los planos auton¨®micos y municipales como en el nacional. La ciudadan¨ªa a lo mejor tiene puestas sus complacencias en diversos candidatos que pertenecen a distintos partidos y por ah¨ª la coge el toro. Muchas veces vota a un pol¨ªtico de su confianza, aunque el partido que lo presenta no le guste, y por ah¨ª vienen luego los l¨ªos.
Tambi¨¦n vienen los l¨ªos y las insatisfacciones cuando lo que vot¨® es un l¨ªder carism¨¢tico. Servidor desconf¨ªa de los l¨ªderes carism¨¢ticos. A veces el liderazgo carism¨¢tico es fruto del descaro y de la propaganda, que penetran con facilidad en las mentes irreflexivas.
Los alcaldes empezaron a ser electos all¨¢ por la Edad Media, volvieron a serlo en la Rep¨²blica, pero durante el franquismo los nombraba el Gobierno y, adem¨¢s, ejerc¨ªa sobre ellos f¨¦rreo control, no se fueran a desmandar. El alcalde era entonces para los ciudadanos una loter¨ªa. Tuvimos en la alcald¨ªa de Madrid al conde de Mayalde y los madrile?os se preguntaban a qu¨¦ hab¨ªa venido semejante ocurrencia. Los estudiosos de la municipalidad s¨®lo encontraron una respuesta: ten¨ªa estilo para entregar las llaves de Madrid a los altos dignatarios extranjeros en visita.
Un alcalde magn¨ªfico fue Rodr¨ªguez Sahag¨²n. Hombre serio, inteligente y concienzudo trabajador, convirti¨® la regidur¨ªa en un centro de iniciativas y realizaciones encaminadas exclusivamente a mejorar Madrid, atento antes a resolver los proyectos con eficacia que a beneficiarse de ellos mediante campa?as de imagen y relaciones p¨²blicas.
Muri¨®. Siempre se mueren los buenos, se suele decir, y en ocasiones es verdad. Un compa?ero de partido le hab¨ªa puesto de mote Pelopincho, por supuesto cari?osamente y sin faltar en nada a la verdad. Efectivamente, Rodr¨ªguez Sahag¨²n llevaba los pelos de punta, tal cual salen en la infancia haciendo remolinos, y si no se le hab¨ªan quitado ser¨ªa porque segu¨ªa teniendo el alma sensible, ingenua y buena propia de los ni?os.
Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, actual alcalde, luce pulcra cabellera -porque puede- y se le felicita por ello. Cabr¨ªa asimismo felicitarle por las numerosas obras que ha emprendido, seguramente necesarias, y reprocharle -en cambio- que siga sin derribar los horrendos scalextrics, sin poner orden en la ca¨®tica circulaci¨®n de las calles madrile?as, que cada d¨ªa va a peor.
Los posibles candidatos de la oposici¨®n aseguran que lo har¨ªan mejor. Y muchos militantes populares; no vaya a creerse lo contrario. La verdad es que estos ¨²ltimos s¨®lo se atreven a comentarlo en privado, pero si el PP convocara primarias se habr¨ªa de ver si los liderazgos de ?lvarez del Manzano en la alcald¨ªa y de Ruiz-Gallard¨®n en el ente auton¨®mico son entre sus propias bases tan indiscutibles como parecen. Quiz¨¢ se hayan planteado la cuesti¨®n. Y pues la borrellada dio una pista y los carismas son ef¨ªmeros, m¨¢s les vale no meneallo.
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