Chalaneo inaceptable

EL CONGRESO no consigui¨® ayer ponerse de acuerdo para aprobar una ¨²nica resoluci¨®n consensuada contra el terrorismo de ETA. ?sta es la conclusi¨®n m¨¢s decepcionante de la ¨²ltima jornada del debate sobre el estado de la naci¨®n. A falta de acuerdo, el pleno aprob¨® dos pronunciamientos: uno, presentado por el PP, lo bastante gen¨¦rico y descomprometido como para recibir el voto favorable del PNV, y otro, patrocinado por el PSOE, que fue rechazado por los nacionalistas vascos y sobre el que se abstuvieron los catalanes. Los ciudadanos no entender¨¢n la incapacidad de los dos primeros partidos para ponerse de acuerdo en asunto de tama?a sensibilidad; m¨¢s a¨²n cuando el PP vot¨® a favor de la resoluci¨®n del PSOE y ¨¦ste dio tambi¨¦n su voto a la del PP. Un chalaneo incomprensible para el com¨²n de los ciudadanos.La cuesti¨®n terrorista es demasiado seria para enfocarla con charadas. Si los dos principales partidos del pa¨ªs no son conscientes de la gravedad del espect¨¢culo, dif¨ªcilmente podemos esperar algo de cuantas mesas de Ajuria Enea se convoquen. El PP, que ha tenido duros enfrentamientos p¨²blicos con el PNV en esta materia, opta por una resoluci¨®n llena de vaguedades para que los nacionalistas vascos la puedan votar. De lo que se deduce una doble posibilidad: o hay que creer a Anasagasti cuando dice que los populares han modificado sus planteamientos y, por tanto, se debe exigir al presidente del Gobierno una explicaci¨®n sobre su nueva pol¨ªtica en la cuesti¨®n terrorista, o hay que entender que el PNV y el PP han representado una comedia de sociedad para retornar al enfrentamiento abierto en cuanto se acaben los ecos del debate. Y si, como Anasagasti indica, el Gobierno ha cambiado de posici¨®n, ?c¨®mo puede votar a la vez dos resoluciones, una de las cuales, la del PSOE, es rotunda contra cualquier oferta que, ?bajo una pretendida generosidad, implique la impunidad para los que brutalmente desmienten cada d¨ªa cualquier voluntad de abandonar la violencia??

El laberinto vasco es de dif¨ªcil salida. Pero complicarlo m¨¢s todav¨ªa con ejercicios de confusi¨®n es inaceptable. Los que se llenan la boca con apelaciones al esp¨ªritu de Ermua deber¨ªan saber la primera lecci¨®n: la ciudadan¨ªa no puede aceptar que, por absurdas politiquer¨ªas, los dos partidos principales no sean capaces de acordar una resoluci¨®n conjunta contra el terrorismo. ?De qu¨¦ unidad de acci¨®n puede hablarse ahora?