?Que viene L¨¦bed!
Yeltsin, Ziug¨¢nov y Luzhkov unen sus esfuerzos para detener al general, que busca un trampol¨ªn al Kremlin
Un escalofr¨ªo recorre estos d¨ªas la piel de protagonistas tan dispares de la vida pol¨ªtica rusa como el l¨ªder comunista, Guennadi Ziug¨¢nov; el alcalde de Mosc¨², Yuri Luzhkov, y el presidente Bor¨ªs Yeltsin, todos ellos (lo admitan o no) aspirantes al Kremlin en el a?o 2000. Quien les ha hecho olvidar sus diferencias ha sido el general retirado Alexandr L¨¦bed, de 48 a?os cumplidos el 20 de abril, que quiere convertirse este domingo, en la segunda vuelta, en gobernador de la gigantesca regi¨®n siberiana de Krasnoyarsk y utilizarla como trampol¨ªn hacia el poder en el pa¨ªs m¨¢s grande del mundo.L¨¦bed se juega el ser o no ser. ?l mismo reconoce que, si pierde, estar¨¢ acabado. En cambio, si revalida su triunfo en la primera vuelta, celebrada el 26 de abril, recuperar¨¢ autom¨¢ticamente el papel de primera fila que se le ha negado desde que Yeltsin le dio en 1996 la patada tras utilizarle para ganar la reelecci¨®n.
El ex candidato presidencial (obtuvo el 15% de los votos en 1996), paradigma de la tercera fuerza antisistema, h¨¦roe de la guerra de Afganist¨¢n y del conflicto de la regi¨®n moldava de Trandsni¨¦ster, negociador del acuerdo que acab¨® con la sangr¨ªa de Chechenia y outsider que se meti¨® en el pozo de serpientes del Kremlin, ha efectuado una dif¨ªcil traves¨ªa del desierto. Ignorado o denigrado en su pa¨ªs, ha sido acogido en EE UU, Jap¨®n o la sede de la OTAN como un l¨ªder con el que hay que contar porque puede llegar al Kremlin dentro de dos a?os.
Aunque tiene su propio partido, el Popular Republicano, L¨¦bed qued¨® en la periferia pol¨ªtica tras ser despedido por Yeltsin. Pero, si gana ma?ana, se convertir¨¢ en miembro del Consejo de la Federaci¨®n (la C¨¢mara alta del Parlamento), donde ser¨ªa ya imposible marginarle y donde se le pronostican fuertes apoyos entre los l¨ªderes regionales. Su posici¨®n ser¨ªa inmejorable entonces para proyectarse hacia la presidencia.
Cuando entr¨® en liza, pocos apostaban un k¨®pek por ¨¦l. Todas las encuestas le daban como perdedor. Sin embargo, una agresiva campa?a, en la que incluso cont¨® con el apoyo del actor franc¨¦s Alain Delon, dej¨® en rid¨ªculo esos pron¨®sticos. El 26 de abril, dos d¨ªas despu¨¦s de que la Duma aceptase en Mosc¨² a Sergu¨¦i Kiriyenko como primer ministro, el ex general obten¨ªa el 45% de los votos, frente al 35% del actual gobernador, Valeri Z¨²bov.
Z¨²bov ha intentado ganarse en las tres ¨²ltimas semanas el apoyo del 13% de votantes que se inclin¨® en la primera vuelta por el candidato comunista, Piotr Romanov, e incluso ofreci¨® formar un Gobierno de coalici¨®n. La idea fue acogida con entusiasmo por Ziug¨¢nov, pero no por los comunistas locales, que se niegan a apoyar al actual gobernador.
El general no est¨¢ tan solo. Cuenta con el apoyo del magnate de los negocios y la comunicaci¨®n Bor¨ªs Berezovski, uno de los personajes m¨¢s influyentes de Rusia, con l¨ªnea directa con la hija y asesora principal de Yeltsin, Tatiana . Berezovski, por maquiav¨¦licos motivos, ha abierto su bolsillo y hasta la televisi¨®n a L¨¦bed.
Un respaldo inesperado le lleg¨® hace unos d¨ªas al ex jefe paracaidista de boca del ex presidente de la URSS Mija¨ªl Gorbachov, quien, en una comida con medios extranjeros, entre ellos EL PA?S, alab¨® su ?voluntad f¨¦rrea, af¨¢n de aprender, leal consagraci¨®n a Rusia y proximidad al pueblo?. Una persona as¨ª, concluy¨®, es la que Rusia necesita para pisar con pie firme en el mundo dentro de 25 a?os.
Z¨²bov, por su parte, ha recibido la ayuda inestimable de otro de los grandes magnates: el ex viceprimer ministro y presidente del Oneximbank, Vlad¨ªmir Potanin. La guerra de los banqueros, que tuvo su momento ¨¢lgido el pasado verano, se ha trasladado a esta enorme regi¨®n siberania, donde se encuentran, entre otras importantes empresas, la F¨¢brica de Aluminio de Krasnoyarsk (KrAZ), una de las mayores productoras del mundo, y el gigantesco combinado metal¨²rgico Norilsk-Nikel. Potanin se hizo con el control de este ¨²ltimo tras ganar la puja por el 38% de las acciones que el Estado puso a la venta en agosto. Berezovski se alineaba en el equipo perdedor. KrAZ jug¨® inicialmente la carta de L¨¦bed, e incluso le invit¨® a participar en las elecciones.
El escalofr¨ªo al ver que L¨¦bed pod¨ªa ganar se extendi¨® como una epidemia. Lleg¨® al Kremlin, que se apresur¨® a enviar dinero fresco para paliar los cr¨®nicos retrasos salariales a cientos de miles de trabajadores. Lleg¨® al Ayuntamiento de Mosc¨², forzando a Luzhkov a viajar hasta Siberia para advertir de las tremendas desgracias que acechan a Krasnoyarsk y a toda Rusia si L¨¦bed es elegido. Lleg¨® a Ziug¨¢nov, que tambi¨¦n tom¨® el avi¨®n para asegurar a los votantes que L¨¦bed utilizar¨ªa la regi¨®n como un simple instrumento al servicio de sus ambiciones presidenciales. Lleg¨® al partido pr¨®ximo al Gobierno, Nuestra Casa es Rusia, uno de cuyos dirigentes, Vlad¨ªmir Rizhkov, compar¨® la actual situaci¨®n con la de Alemania en los primeros a?os treinta, que termin¨® con Hitler en el poder.
Y lleg¨® hasta Z¨²bov, que ha luchado contrarreloj para ganar la popularidad que no supo obtener mientras fue gobernador, que ha mentido al decir que se fabricar¨ªan Mercedes en Krasnoyarsk y al que un obrero dej¨® en evidencia cuando hac¨ªa campa?a en una gigantesca factor¨ªa: ?Es la primera vez que le vemos por aqu¨ª?. Desesperado, Z¨²bov no se detiene ante nada. En el debate por televisi¨®n del mi¨¦rcoles, espet¨® a su rival: ?Los fascistas se esconden tras su espalda?. La r¨¦plica del general fue: ?Aunque hace tiempo que no utilizo mis pu?os, ¨¢ndese con cuidado?.
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