Ceguera de estilo
A Suharto, que manda y mata en Indonesia, quiero dedicarle, de entrada, un poema de Julio Cort¨¢zar incluido en el volumen Algunos pameos y otros posemas, de la barat¨ªsima y preciosa Colecci¨®n Poes¨ªa (Plaza & Jan¨¦s), que dirige Ana Mar¨ªa Moix. Dice as¨ª: ?Regi¨®n de manos sucias de pinceles sin pelo / de ni?os boca abajo de cepillos de dientes. / Zona donde la rata se ennoblece / y hay banderas inn¨²meras y cantan himnos / y alguien te prende, hijo de puta, / una medalla sobre el pecho. / Y te pudres lo mismo?. Pues eso. Entre lo de Indonesia y el estallido de bombas at¨®micas realizado por la India cerca de Pakist¨¢n se est¨¢ poniendo Asia golosa y gloriosa. Y mientras, el dream team del G-8 cogi¨¦ndosela con papel de fumar de inversor ex colonialista a la hora de exigir responsabilidades. Por no hablar del goteo de genocidio palestino que no cesa y lo calzonazos que est¨¢ Clinton con los lobbies jud¨ªos y Adolf Netanyahu.Qu¨¦ intensa entro. Y, sin embargo, la semana justifica intensidades. Han ocurrido tantas cosas que apenas recuerdo que han ocurrido tantas cosas, y lo peor de todo es que lo que verdaderamente ocurri¨® anoche en Tele 5 no lo pude incluir aqu¨ª porque esta p¨¢gina se cierra antes. Es decir, que bramo de frustraci¨®n. ?Habr¨¢ triunfado Isabel Preysler en su primer programa como presentadora? C¨®mo no. Mas me pregunto: ?conviene a una diosa de su reconocido halo descender hasta nuestro tresillo hecha movimiento y verbo?
Lo que m¨¢s me trastorna de no haber visto la primera incursi¨®n televisiva de la dama es que, creo, estaba dedicada al arreglo de la casa, y precisamente necesito un boca a boca en la materia, pues me encuentro en coma decorativo desde que he visto, en la revista Nuevo Estilo correspondiente a mayo, el d¨²plex do habitan (o lo que sea) la dise?adora del momento (eterno, parece) ?gata Ruiz de la Prada y el pobre Pedro J. Ram¨ªrez. Soy de los que siempre han cre¨ªdo que la gente (mucha gente) fue de una bajeza repugnante cuando lo del v¨ªdeo sexual del pobre Pedro J., porque, aunque se po n¨ªan remilgados, no dejaban de pasarlo varias veces despu¨¦s de cenar, ni de abrir videoforos, ni de envi¨¢rselo mutuamente por mensajero. Eso fue una bellaquer¨ªa, y adem¨¢s ilegal, ileg¨ªtima y repudiable. Ahora bien. La visi¨®n de ese piso originariamente magn¨ªfico, pero asolado por la decoraci¨®n que ?gata se sac¨® de la prada en un rapto de trippie de Fanta (??Hola, amiguitos, estamos aqu¨ª!?), no s¨®lo ha alterado mi ¨ªndice de glucemia por ingesti¨®n de topos y mickeymouses, sino que plantea un par de cuestiones. Una: pudiendo realizar un reportaje sobre el piso de marras, y publicarlo legalmente y hasta con la complacencia de sus ocupantes, ?por qu¨¦ la banda de los GAL mont¨® la que mont¨®? Dos: ?por qu¨¦ no corren las mesnadas ahora mismo a los quioscos, en donde, por s¨®lo 500 pesetonas, podr¨¢n quedarse hipn¨®ticos como yo? Pues me siento incapaz de describ¨ªrselo con palabras. S¨®lo puedo decirles que una amiga m¨ªa, psiquiatra, cree que habr¨ªa que plantear lo del dormitorio de los ni?os ante el Tribunal Tutelar de Menores. Lo que a m¨ª me enloquece es la cocina, que otra amiga asegura que parece un comedor remodelado del Inserso.
Crom¨¢ticamente perjudicada y desorientada en la apreciaci¨®n de los vol¨²menes, debo reconocer que no soy la persona m¨¢s adecuada para valorar lo ocurrido durante la semana, ya que ni siquiera la defunci¨®n de Frank Sinatra me devolvi¨® a mis cabales. Por ello no s¨¦ si ocurri¨® de verdad o fue el producto de mi visi¨®n perturbada la aparici¨®n en la prensa rosa nacional de un tal Domingo Terroba, ex novio de Karina, con una m¨¢scara tipo An¨ªbal Lecter. La informaci¨®n dizque se ha operado la nariz (y nada m¨¢s) porque va a protagonizar un culebr¨®n en M¨¦xico: debe de ser la recompensa que les ten¨ªamos reservada por haber echado a los espa?oles de Chiapas.
No puedo seguir. Me estoy quedando cegata. Acabo de ingerir una cebolla creyendo que era la p¨ªldora de alcachofa adelgazante que patrocina Roci-Hito. No... puedo... ?Agggggg!
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