Los actores ven en Dogma 95 una ?liberaci¨®n?
Los 10 actores (cinco hombres y cinco mujeres) que copan los papeles principales de la pel¨ªcula de Lars von Trier hablaron ayer de su papel como idiotas. Y todos estuvieron de acuerdo en que las estrictas normas que establece el manifiesto Dogma 95 son una ?liberaci¨®n?, una vuelta a los or¨ªgenes de la interpretaci¨®n y una experiencia alucinante.Jens Albinus, l¨ªder del grupo idiotizado, explic¨® que Von Trier le recitaba cada d¨ªa el dec¨¢logo del voto de castidad y despu¨¦s s¨®lo les ped¨ªa que fueran sus personajes, que actuaran lo menos posible.
La idea de crear esas reglas, explicaron, es recuperar el esp¨ªritu amateur, abaratar costes, ponerse obst¨¢culos para poder as¨ª agudizar el ingenio; algo as¨ª como instalarse en una dictadura para poder seguir ejerciendo la libertad, la valent¨ªa, la radicalidad total y la automarginaci¨®n. Los actores se?alaron a Von Trier como el gran fundamentalista, y dijeron que cumple mucho m¨¢s a rajatabla esas reglas que su ?hermano? Thomas Vinterberg. Y el productor ejecutivo explic¨®: ?Despu¨¦s del ¨¦xito arrollador de Rompiendo las olas , Lars pod¨ªa haberse acomodado, aburguesado, paralizado, o haberse ido a Hollywood a rodar con un gran presupuesto. Y lo que ha hecho es escupir en la cara a todo lo establecido, dar una patada a su p¨²blico para tratar de romper su situaci¨®n privilegiada?.
Von Trier sali¨® a la palestra hace 16 a?os con El elemento del crimen , y empez¨® a cobrar fama en 1991 con Europa (Premio Especial del Jurado en Cannes). En Rompiendo las olas (gran premio aqu¨ª en el 96) anunciaba ya sin decirlo p¨²blicamente muchas de las 10 reglas que forman Dogma 95: rodar en escenarios reales; no usar atrezzo; producir el sonido y la imagen al mismo tiempo; llevar la c¨¢mara en la mano; filmar en color y sin iluminaci¨®n artificial; no usar filtros ¨®pticos; no ense?ar armas ni muertes; no hacer pel¨ªculas de g¨¦nero; filmar sin alineaci¨®n temporal o geogr¨¢fica; usar formatos de 35 mil¨ªmetros y prohibir al director aparecer en los cr¨¦ditos.
Vuelve la emoci¨®n
Todo ello, seg¨²n cuentan sus amigos, es una forma de encontrar de nuevo la emoci¨®n, despreocup¨¢ndose del ¨¦xito y los gustos del p¨²blico. Pero esa b¨²squeda de la marginalidad, casi se dir¨ªa del fracaso, ha sido juzgado por algunos como una estupeda campa?a de antimarketing y por otros como una simple provocaci¨®n pueril.Oyendo a sus actores explicar y elogiar los objetivos todo parece encajar como una genialidad m¨¢s surgida de la mente alucinante de este dan¨¦s claustrof¨®bico que ha llegado a Cannes desde Copenhague en un coche con una piragua encima, y que ayer excus¨® su presencia ante los periodistas aduciendo que estaba ?tratando de coger poder mental para acudir por la noche a la sesi¨®n de gala?. La iron¨ªa mayor (aparte de que el casto Von Trier mete sexo hard core en Los idiotas) es que el director rodar¨¢ pr¨®ximamente un musical de presupuesto gigantesco en el mism¨ªsimo Hollywood.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.