Los elogios a Francisco Franco de un liberal italiano desatan una dura pol¨¦mica

?Fue Francisco Franco un dirigente con visi¨®n de futuro que evit¨® la ca¨ªda de Espa?a en las garras de Stalin o un sanguinario dictador atrincherado en la mediocridad de sus creencias? La historia parec¨ªa haber decidido ya cuando un intelectual liberal italiano, el ex embajador Sergio Romano, ha osado encender la mecha de la pol¨¦mica. Romano, un pol¨ªtico de 68 a?os que no procede de las filas de la derecha, elogia a Franco por haber mantenido a Espa?a al margen de la II Guerra Mundial y concluye que el r¨¦gimen instaurado por el general¨ªsimo no fue fascista en sentido estricto.

Romano considera un mal menor el resultado de la guerra civil, que, a su juicio, a partir de 1937 ?dej¨® de ser una guerra entre fascismo y antifascismo para convertirse en una guerra entre fascismo y comunismo?. Esta defensa del caudillo ha provocado un agrio debate en la prensa italiana que ha enfrentado a los editorialistas de La Repubblica Mario Pirani y Nello Ajello con el propio Romano y con varios intelectuales que desde las p¨¢ginas de La Stampa y del Corriere della Sera han querido mediar en la pol¨¦mica y que, pese a no compartir completamente el punto de vista del ex embajador, defienden su derecho a ?revisar la historia?.Los juicios de Sergio Romano -que ha sido adem¨¢s de periodista embajador ante la OTAN y en Mosc¨²- sobre Franco est¨¢n contenidos en el prefacio de seis p¨¢ginas escrito por el diplom¨¢tico para el libro Due fronti (Dos frentes), editado por la revista Liberal y en el que dos ciudadanos italianos narran sus experiencias de la guerra civil espa?ola. El uno, Giuliano Bonfante, voluntario en el Ej¨¦rcito Republicano, abandon¨® la contienda por discrepancias con los comunistas en 1937. El otro, Edgardo Sogno, se incorpor¨® en 1938 a la lucha con el cuerpo expedicionario enviado por Mussolini para ayudar a Franco, convencido de que era necesario detener a los comunistas.

Al abordar la peripecia de ambos hombres, Romano considera que, a la vista de lo ocurrido despu¨¦s, ?Bonfante hizo bien en abandonar la partida en 1937 y Sogno no hizo mal al bajar al terreno de lucha en 1938?. Y ello porque, si al principio el Gobierno del Frente Popular estaba integrado por republicanos, socialistas y comunistas, que eran una minor¨ªa, ?desde 1937 la Uni¨®n Sovi¨¦tica de Stalin... sostuvo a los republicanos, desembaraz¨¢ndose sistem¨¢ticamente de todos los que obstaculizaban sus planes... y la guerra espa?ola dej¨® de ser una guerra entre fascismo y antifascismo para convertirse en una guerra entre fascismo y comunismo?. De ah¨ª que, concluye Romano, ?si la Rep¨²blica hubiera ganado, Espa?a se habr¨ªa convertido en la primera democracia popular de Europa?.

Erosionar a la izquierda

Palabras que han levantado ampollas y han provocado una reacci¨®n en cadena de los intelectuales de izquierdas italianos. La m¨¢s ¨¢cida respuesta a Sergio Romano ha procedido de Mario Pirani, editorialista de La Repubblica, un diario que ha venido publicando art¨ªculos sobre el tema durante toda la semana. Para Pirani, el escrito de Romano, lejos de expresar una postura individual, forma parte de una ?sofisticada y compleja operaci¨®n ideol¨®gica?, destinada a erosionar los s¨®lidos pilares sobre los que se basa el pensamiento de izquierdas.Y respecto a los juicios concretos sobre Franco y su r¨¦gimen, considerado por Romano autoritario, y a veces despiadado, pero no fascista, Pirani dispara su furia. ?El dominio absoluto de la Falange, las c¨¢rceles y la pena de muerte para los adversarios todav¨ªa en pie en los a?os setenta, la militarizaci¨®n y la clericalizaci¨®n del Estado y de la sociedad, la prohibici¨®n de los sindicatos y de los partidos pol¨ªticos, la abolici¨®n de la libertad de prensa y el derecho de huelga, ?no son, por lo tanto, elementos suficientes para considerar fascista un r¨¦gimen que, por otra parte, as¨ª se autocalificaba??, se pregunta el editorialista.

La Repubblica, que ha encontrado eco en L"Unita -hasta hace poco ¨®rgano del Partido Democr¨¢tico de Izquierda- y en Liberazione -el peri¨®dico del Partido de Refundaci¨®n Comunista-, no se limita a disentir, sino que ataca el car¨¢cter ?revisionista? del an¨¢lisis de Sergio Romano.