La oposici¨®n, en busca de un l¨ªder
Al mirar la enorme plaza ante el Parlamento y observar a miles de estudiantes levantando y agitando sus pu?os, durante los ¨²ltimos d¨ªas de protestas vividos en Indonesia antes de que Suharto presentase su dimisi¨®n, pod¨ªa pensarse que el pa¨ªs se estaba precipitando hacia una revoluci¨®n del poder para el pueblo similar a la que ocurri¨® en Filipinas en 1986. Pero el cuarto y ¨²ltimo d¨ªa de la ocupaci¨®n estudiantil del Parlamento empez¨® a parecer cada vez m¨¢s obvio que el movimiento de protesta adolec¨ªa de un l¨ªder.
Tras los acontecimientos de la ¨²ltima semana parece desprenderse la idea de que la oposici¨®n de Indonesia carece de una figura emblem¨¢tica como lo fue Coraz¨®n Aquino, la mujer del asesinado l¨ªder de la oposici¨®n filipina que inspir¨® al pueblo y derrot¨® a Ferdinand Marcos con la brillante fuerza de su autoridad moral.En los ¨²ltimos 32 a?os de la historia del pa¨ªs, los l¨ªderes de la oposici¨®n en Indonesia han actuado siempre en el vac¨ªo m¨¢s absoluto, porque Suharto ten¨ªa controlado el pa¨ªs a trav¨¦s de dos grandes instituciones: el partido gobernante, el Golkar, y el Ej¨¦rcito, con sus jefes elegidos a dedo por el presidente.
??ste es uno de los mayores problemas derivados de los 32 a?os en el poder de Suharto?, seg¨²n Umar Juoro, un analista pol¨ªtico del Centro de Informaci¨®n y Estudios para el Desarrollo en Yakarta. ?Suharto no ha dado a nadie la posibilidad, ni dentro ni fuera del Gobierno, de convertirse en un l¨ªder cre¨ªble?.
Rais y Megawati
Si existe alg¨²n dirigente de la oposici¨®n en Indonesia digno de representar el cargo, ¨¦ste es Amien Rais, un cient¨ªfico de 54 a?os formado pol¨ªticamente en Estados Unidos y que est¨¢ al frente de la segunda mayor organizaci¨®n musulmana de Indonesia.Rais se ha ganado la confianza de los estudiantes como verdadera voz del cambio. Pero, sin embargo, sigue sin tener todav¨ªa el poder pol¨ªtico necesario para medirse con Suharto, un taimado aut¨®crata que se ha dedicado en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas a amordazar a sus posibles oponentes.
Los l¨ªmites del poder de Rais quedaron claros cuando el mi¨¦rcoles suspendi¨® la impresionante protesta que se iba a celebrar en la principal plaza de la ciudad de Yakarta. Durante d¨ªas, Rais hab¨ªa prometido que un mill¨®n de personas iban a tomar las calles. Para ello contaba con atraer a parte de los 28 millones de miembros de los que se compone su organizaci¨®n musulmana, conocida como Muhammadiyah.
Pero en las horas precedentes a la protesta, despu¨¦s de que el Ej¨¦rcito hubiera congregado su amenazante presencia ante los miles de estudiantes que se manifestaban contra Suharto y su Gobierno, Rais decidi¨® que el ba?o de sangre que pod¨ªa provocar la concentraci¨®n era argumento suficiente como para no continuar adelante.
Otra de las figuras importantes dentro de la oposici¨®n indonesia es Megawati Sukarnoputri. Y esta mujer tiene bastante m¨¢s en com¨²n con Coraz¨®n Aquino que el l¨ªder musulm¨¢n. Al igual que Aquino -que estaba casada con Benigno Aquino, un pol¨ªtico muy querido y respetado en Filipinas- Megawati tambi¨¦n est¨¢ ligada a la historia pol¨ªtica de su pa¨ªs por un lazo emocional. Es la hija del primer presidente de Indonesia: Sukarno, a quien Suharto desaloj¨® del poder en 1966.
Megawati Sukarnoputri es, a sus 50 a?os, un s¨ªmbolo viviente de las t¨¢cticas represivas de Suharto. En junio de 1996 fue expulsada de la presidencia del Partido Democr¨¢tico de Indonesia en un golpe dise?ado por las fuerzas que estaban a favor de Suharto. Pero Megawati siempre ha aconsejado una pol¨ªtica moderada en la oposici¨®n al Gobierno del presidente Suharto.
Sin embargo, Megawati apenas ha sido vista durante los tumultuosos acontecimientos ocurridos en las dos ¨²ltimas semanas en Indonesia. Su anonimato ha llegado hasta tal punto que incluso sus seguidores han llegado a decir p¨²blicamente que esta actitud podr¨ªa conducirla a que, en ¨²ltima instancia, se convierta en una figura pol¨ªticamente irrelevante en la nueva Indonesia.
?Tiene que apresurarse y aprovechar para subirse al tren que le ofrece la historia, porque ¨¦sta no le va a dar otra oportunidad?, afirma Wimar Witoelar, comentarista de televisi¨®n, que puntualiza: ?Megawati es muy buena persona, pero lo que hoy necesita Indonesia es un l¨ªder?.
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