Cr¨®nica negra de la noche blanca

La diosa Cibeles contempl¨® el pasado mi¨¦rcoles por la noche c¨®mo la fiesta blanca se te?¨ªa de negro. Entre los aficionados que celebraban el t¨ªtulo surgieron grupos violentos que trataban de subir a la fuente y saltarse el cord¨®n de seguridad. Los agentes respondieron con una ligera carga. Fue la mecha que desencaden¨® la guerrilla entre antidisturbios y aficionados. La batalla campal se prolong¨® hasta las tres de la madrugada y finaliz¨® con un saldo de seis detenidos, 174 personas atendidas por el Samur con magulladuras y golpes, entre los que hab¨ªa 40 agentes de polic¨ªa con lesiones leves y otro m¨¢s que lleg¨® grave, con una fuerte contusi¨®n testicular por un botellazo. Los m¨¦dicos municipales atendieron, adem¨¢s, en cuatro hospitales m¨®viles a centenar y medio de personas en un profundo estado de embriaguez.Los seis arrestados pasaron ayer a disposici¨®n judicial. Se desconoce su identidad, ya que no ha sido facilitada por la Delegaci¨®n de Gobierno. Tan s¨®lo uno de ellos posee antecedentes policiales. Se trata de un var¨®n de 34 a?os que ya fue arrestado en 1993 durante las manifestaciones estudiantiles en contra de la subida de las tasas universitarias. Los otros cinco detenidos tienen 25, 24, 22, 20 y 19 a?os.

La fiesta blanca transcurri¨® sin sobresaltos hasta la medianoche. Una avalancha de seguidores se congreg¨® en torno al templo del madridismo para brindar por la s¨¦ptima copa. Los aficionados bailaron, gritaron, lloraron, bebieron... Conforme pasaron las horas, m¨¢s y m¨¢s gente se reuni¨® alborozada y con la alegr¨ªa desbordada. Casi 500.000 aficionados ocupaban el paseo de la Castellana, Recoletos, paseo del Prado y Alcal¨¢, seg¨²n la Polic¨ªa Municipal.

Algunos aficionados se obcecaron en subir hasta la fuente. David Moreno, un joven de 24 a?os, lo consigui¨® con la anuencia de los agentes. Coron¨® a la diosa con una bandera blanca. Fue a partir de ese momento cuando empez¨® a desbordarse la situaci¨®n. Otros seguidores quisieron emular a Moreno y fijaron su objetivo en subirse a la fuente. Lo intentaron al un¨ªsono al grito de "a por la Cibeles", pero la polic¨ªa les cort¨® el paso. Eran las 0.30 y el clima se caldeaba.

Los antidisturbios desenfundaron sus porras para despejar el anillo de la fuente y fue entonces cuando arreciaron los desmanes. Varios seguidores lanzaron piedras, ladrillos y botellas contra el pelot¨®n policial. Los agentes se proteg¨ªan con los escudos de la peligrosa lluvia de objetos. En unas ocasiones se cubr¨ªan la cabeza, en otras el frente. N¨²?ez Morgades atribuye la g¨¦nesis de los altercados al grupo que estaba situado delante de la Casa de Am¨¦rica, en la confluencia del paseo de Recoletos y la calle de Alcal¨¢. Uno de los polic¨ªas recibi¨® un botellazo en la entrepierna. Fue entonces cuando se reforz¨® el dispositivo policial. A la plaza acudieron m¨¢s efectivos policiales: de los 200 agentes del cord¨®n inicial se pas¨® a los 600 en poco menos de una hora. Los antidisturbios actuaron con contundencia, aunque por oleadas. Primero cargaron contra el gent¨ªo situado en el paseo del Prado y luego contra la muchedumbre apretujada en direcci¨®n a la Puerta de Alcal¨¢. Al principio s¨®lo hubo golpes. Los aficionados se empujaban en sus carreras de huida. Muchos cayeron al suelo en medio de las avalanchas.

Entonces el gent¨ªo respondi¨®. Algunos exaltados comenzaron a arrojar botellas, cristales y piedras contra la l¨ªnea policial. Los agentes respondieron, de nuevo, con dureza. Cargaron a porrazos contra algunos aficionados pese a que levantaban sus brazos en cruz en se?al de sumisi¨®n. Los agentes no hicieron distinciones en sus acometidas.

Pelotas de goma

Pero la situaci¨®n se agrav¨® a¨²n m¨¢s. A la una de la madrugada, la plaza de Cibeles parec¨ªa un polvor¨ªn. Los agentes dispararon pelotas de goma y botes de humo contra la masa de gente de forma continua. Los impactos de los botes de gas se estampaban contra los edificios y rebotaban hacia la gente. Al hospital m¨®vil del Samur situado en la Puerta de Alcal¨¢ no cesaron de llegar heridos. Cortes, contusiones, golpes, magulladuras... En su carga, la polic¨ªa golpe¨® a un grupo de j¨®venes que consum¨ªa unas copas en una terraza de la calle de Alcal¨¢. Eran ajenos a la revuelta: "No he hecho nada, estaba con unos amigos y me han empezado a dar golpes en la espalda", solloz¨® una joven de unos 18 a?os.Mientras, los m¨¢s violentos continuaron con su particular divertimiento: quemaban los contenedores o los volcaban para proveerse de m¨¢s botellas que arrojar contra la polic¨ªa. Prendieron fuego a las bolsas de basura, arrastraron y lanzaron vallas met¨¢licas, destrozaron las vidrieras de las paradas de autob¨²s y las cabinas telef¨®nicas. Algunos ni siquiera respetaron a los vendedores de puestos ambulantes y les robaron gorras y bufandas. Los ¨¢rboles y las farolas tambi¨¦n sufrieron los desmanes de estos radicales.

El descontrol se adue?¨® del centro de la ciudad. En la revuelta acabaron heridos hasta los m¨¦dicos y enfermeros del Samur. Las ambulancias tuvieron dificultades para maniobrar en la zona ante la lluvia de botellas y piedras, informa Juan Franc¨¦s. A las tres de la madrugada finalizaron los enfrentamientos. Despu¨¦s de dos horas, la calma volvi¨® a las calles de Madrid.