Vicente Verd¨² afirma que China ?empieza a ser un calco de EE UU?
El escritor y periodista publica el ensayo "China superstar"
Los chinos han pasado de enarbolar el Libro rojo de Mao a pasarse bajo cuerda el v¨ªdeo pirata de Titanic , asegura el escritor y periodista Vicente Verd¨² (Elche, 1942) en China superstar (El Pa¨ªs-Aguilar), su ¨²ltimo libro, en el que analiza las consecuencias de la globalizaci¨®n en un pa¨ªs de una cultura milenaria. China superstar , la continuaci¨®n de El planeta americano -con el que gan¨® el premio Anagrama de ensayo-, anima a los turistas a viajar de inmediato a ese pa¨ªs porque pronto no habr¨¢ nada que ver: ?Ser¨¢ m¨¢s de lo mismo?.
Vicente Verd¨², que viaj¨® a China el pasado a?o para realizar un reportaje para EL PA?S, sufri¨® un shock cuando descubri¨® que ?empezaba a ser un calco de la escenograf¨ªa americana?. Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, director de Opini¨®n de El PA?S, que present¨® el libro el pasado jueves, record¨® que, cuando el periodista regres¨® de aquel viaje, entr¨® en su despacho y le dijo: ?He visto lo peor de los dos sistemas?. Como mao¨ªsta que fue, Estefan¨ªa no sale de su asombro al constatar que el primer sondeo calificado de cient¨ªfico en toda la historia de China, una encuesta de 1995, dio como resultado que el mayor af¨¢n de un 68% de los consultados era trabajar duro y hacerse millonario. El mismo sondeo constataba que la sentencia mao¨ªsta de hace 25 a?os ?Nunca pienses en ti mismo; da todo al servicio de la sociedad? fue suscrita hace cuatro a?os por un 4% de los encuestados.La opini¨®n de Verd¨² es que los chinos son conscientes del impacto que tiene la invasi¨®n occidental y que se est¨¢ produciendo un movimiento de reacci¨®n nacionalista. ?Tratan de recuperar la identidad perdida doblemente, una por Mao y la siguiente por la globalizaci¨®n?, aclara el periodista. Los primeros s¨ªntomas de esa recuperaci¨®n de identidad pasan por la reconstrucci¨®n de los templos budistas que Mao arras¨® o de los caf¨¦s donde se fumaba opio.
La homologaci¨®n
Verd¨² no encuentra nada positivo en la aldea global. ?Lo fue mientras supuso un intercambio de culturas, pero eso ha servido para que el capataz haya impuesto sus leyes y haya homologado todo?. Uno de los choques m¨¢s fuertes para el autor de D¨ªas sin fumar y El ¨¦xito y el fracaso fue constatar que los chinos ?se mostraban felices por entrar en una civilizaci¨®n de la que aqu¨ª abominamos?. Como indescriptible calific¨® el periodista la visi¨®n de los shoping- center instalados en las principales ciudades del pa¨ªs, plagado de tiendas de marca en las que apenas entra un cliente. ?Detr¨¢s de los mostradores se ve a los dependientes con sus uniformes pagados por el Estado, lo que s¨®lo puede significar corrupci¨®n en un pa¨ªs donde 700 millones de chinos est¨¢n mal alimentados y hay aldeanos tan pobres que tiznan su cuerpo con carb¨®n para crear la ilusi¨®n social de ir vestidos cuando salen, lo que muestra la necesidad y la dignidad chinas?.La primera parte de China superstar se centra en lo que est¨¢ suponiendo el boom chino; la segunda muestra los pilares en los que se asienta la manera de ser explicando el comportamiento de sus habitantes ante el sexo y la familia.
La opini¨®n de Verd¨² es que ?estamos agotando el modelo occidental y eso se puede reflejar en cualquier ¨¢mbito. Ya no se puede comprar m¨¢s felicidad; el progreso y el ascenso social est¨¢n agotados en t¨¦rminos materiales. No hay innovaciones, todo son remakes, lo mismo en la arquitectura que en la pintura o la literatura?. Como ejemplo de crisis de ideas del sistema, Verd¨² cit¨® la crisis de la novela, de la que, dijo, ?no tiene nada que contar?. ?El g¨¦nero policiaco es el ¨²nico modo de contar algo. Las historias de la transformaci¨®n de la vida ya no existen?.
Babelia
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