Los compromisos de la parte contratante
El pasado mi¨¦rcoles, el presidente de Intercitrus, Jos¨¦ Miquel, los representantes del sector citr¨ªcola y la consejera de Agricultura, Mar¨ªa ?ngeles Ram¨®n-Llin, presentaron el contrato de compraventa de c¨ªtricos, fruto del acuerdo entre productores y comerciantes. Este compromiso fue calificado por todas las partes como hist¨®rico, por lo que tiene de reivindicaci¨®n casi inmemorial de las organizaciones agrarias. El objetivo es regular una transacci¨®n comercial, la de compraventa de una cosecha de c¨ªtricos, que en la Comunidad Valenciana tradicionalmente se ha realizado mediante un apret¨®n de manos. La ¨²ltima campa?a citr¨ªcola ha sido uno de los ejemplos de los problemas que puede ocasionar un sistema de contrataci¨®n m¨¢s pr¨®ximo al siglo XIX que a la sociedad de la inform¨¢tica. Las buenas perspectivas iniciales provocaron acuerdos entre productores y comerciantes a un buen precio. La mala planificaci¨®n provoc¨® que la temporada de la naranja no funcionara como estaba previsto, y los precios cayeron en picado. A los comercios comenzaron a no salirles las cuentas y a las organizaciones agrarias comenzaron a llegar quejas de productores que denunciaban que las compa?¨ªas a las que hab¨ªan vendido la cosecha o no recog¨ªan la naranja o les anunciaban que les iban a pagar menos de lo pactado. Uno de los problemas de la ausencia de un contrato, que se sustituye por partes de compra, es que no se especifica la fecha de recogida de la cosecha. Seg¨²n la abogada de la Uni¨® de Llauradors-COAG, Concha Acero, en la ¨²ltima campa?a numerosos agricultores se han dirigido a esta organizaci¨®n para saber qu¨¦ hacer despu¨¦s de que la empresa a la que vendieron la cosecha no la hubiera recogido. Las empresas, ante la falta de demanda, optan por no recoger las naranjas. El producto es responsabilidad de los agricultores mientras permanece en el campo, y al no haber marcada una fecha de recogida que obligue a la empresa, todo lo que se pierde en el campo no se recoge y, por tanto, son p¨¦rdidas para el productor. Para la asesora de la Uni¨®, el agricultor ve impotente c¨®mo el fruto se pierde en el campo. "Esta campa?a esta situaci¨®n se ha dado m¨¢s que en las anteriores. Esto nos ha obligado, mediante telegramas o requerimientos notariales, a comunicar a las empresas que la fruta estaba lista para ser recogida y a advertirles de que a partir de ese momento las p¨¦rdidas que se produjeran en la cosecha eran responsabilidad suya", explica Acero. No recoger la fruta de los campos no ha sido la ¨²nica opci¨®n. Los compradores tambi¨¦n han intentado pagar menos de lo convenido. Bien de palabra o por carta se ha comunicado a los productores que los problemas de la campa?a suponen una bajada del precio. "Podr¨ªamos entender los problemas de los comerciantes, pero ocurre que cuando la campa?a va mal, intentan que el productor asuma una rebaja de lo que va a cobrar, pero cuando se viven temporadas boyantes que no se preve¨ªan, el incremento de los precios no se traslada al agricultor", explica Acero. En el departamento jur¨ªdico de la Uni¨® de Llauradors y en el de la Asociaci¨®n Valenciana de Agricultores se han atendido decenas de casos de intentos de incumplimiento de los acuerdos pactados. Con todo, pocos han llegado a los tribunales, y la mayor¨ªa se han resuelto con simples negociaciones. Octavio Ram¨®n, presidente del Comit¨¦ de Gesti¨®n para la Exportaci¨®n de C¨ªtricos, reconoce que se producen estas pr¨¢cticas, aunque niega que est¨¦n generalizadas: "De los millares de operaciones que se producen cada a?o, el n¨²mero de casos que se registra es nimio, y la relaci¨®n entre comercio y productor ha sido hist¨®ricamente buena". El sector apuesta por la generalizaci¨®n del nuevo contrato, que permitir¨¢ una relaci¨®n m¨¢s transparente entre productores y comercio y que incluye datos importantes, como la fecha l¨ªmite de recogida o los kilos de una cosecha que se pueden destinar a la industria y que por tanto son susceptibles de recibir ayudas europeas. Un documento sencillo, con cl¨¢usulas alejadas de aquel di¨¢logo de los Marx en Una noche en la ¨®pera: "La parte contratante de la primera parte..."
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.