Las dificultades de un dictamen
Dictamen equivale a opini¨®n motivada sobre una cuesti¨®n o problema desde una ¨®ptica facultativa. Que una entidad consultiva, como es el Consell Valenci¨¤ de Cultura (CVC), reciba de una c¨¢mara legislativa el encargo de dictaminar sobre cuestiones ling¨¹¨ªsticas no tendr¨ªa nada de extra?o si no fuera porque esas cuestiones en el caso valenciano han estado situadas en el centro de la controversia pol¨ªtica. El CVC asumi¨® en su momento la tarea como un hecho hist¨®rico en palabras de su presidente, con plena conciencia de las dificultades que iban a surgir en la empresa, y con la voluntad de buscar unas v¨ªas de soluci¨®n que permitieran al cuerpo legislativo acometer la funci¨®n propia de dotarnos de una norma aplicable y acorde con los elementos cient¨ªficos e hist¨®ricos. Durante una primera fase, los miembros del ¨®rgano consultivo hemos recabado la ayuda de las partes implicadas m¨¢s directamente en nuestro conflicto ling¨¹¨ªstico, en concreto las universidades, algunas entidades culturales y la Real Academia de Cultura Valenciana. De otra parte, y a causa del inter¨¦s de la cuesti¨®n, muchos ciudadanos, entidades e instancias de diversas universidades espa?olas y extranjeras nos han enviado escritos, informes y propuestas. En s¨ªntesis hemos resumido todo aquello que hemos o¨ªdo y le¨ªdo, plante¨¢ndose tres tipos de elementos: 1. Los que afectan a la situaci¨®n y promoci¨®n del valenciano; 2. Su naturaleza; 3. La posibilidad de crear un ente codificador de la lengua. Las diferencias se han puesto de manifiesto en el momento de definirse, de emitir nuestra opini¨®n, y es que los miembros del CVC no est¨¢n al margen de los condicionantes sociales y pol¨ªticos del problema. Los representantes m¨¢s cualificados de lo que conocemos como el secesionismo se han resistido a admitir la autoridad cient¨ªfica de las universidades, las cuales, dicho sea de paso, han coincidido en considerar al "valenciano" como una variedad de la lengua hablada en Catalu?a y Baleares; los miembros procedentes de la izquierda y alg¨²n caso concreto procedente del PP se han definido por la unidad ling¨¹¨ªstica, en tanto el grueso de los miembros propuestos por el partido del gobierno han ido vacilando hasta optar por una posici¨®n pr¨®xima al secesionismo. Desde mi punto de vista, y sin invalidar el cuerpo cient¨ªfico del problema, he insistido en un tipo de posicionamiento que parte del Estado de derecho y del papel que en nuestro ordenamiento jur¨ªdico tienen las universidades y la aplicaci¨®n de lo prevenido en el art¨ªculo tercero de nuestra Constituci¨®n, el cual consagra la oficialidad en sus territorios de las lenguas propias. ?Podemos conceder el mismo peso a la Real Academia de Cultura Valenciana o Lo Rat Penat, que a las universidades que otorgan los t¨ªtulos acad¨¦micos por imperativo legal? ?Podemos ignorar que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua defina el valenciano como variante de la lengua catalana que se habla en el antiguo Reino de Valencia? Un ¨®rgano como el CVC, formado por personas de diversa formaci¨®n intelectual no puede ignorar el resultado de sus propias consultas, y menos dejar de lado la opini¨®n de los doctores en Filolog¨ªa, y de las universidades. ?Como si la p¨®lvora no estuviera inventada! Es m¨¢s, nuestro m¨¢s alto tribunal de justicia, cuya misi¨®n es interpretar la Constituci¨®n y los estatutos de autonom¨ªa, en sentencia de 21 de abril de 1997 declar¨® que considerar al "valenciano" como sin¨®nimo de lengua catalana en el ¨¢mbito universitario no contraven¨ªa lo dispuesto en el Estatut de Autonomia de la Comunidad Valenciana. Pese a todo ello hay quien en nuestro ¨²ltimo pleno nos hizo retroceder a la predemocracia cuando tach¨® de pol¨ªtico al Tribunal Constitucional y se neg¨® a acatar su juicio. El CVC debe pues remitirse a lo aceptado por las instituciones p¨²blicas, es decir, las instituciones que por Ley Org¨¢nica 11 de 1983 tienen la funci¨®n del desarrollo cient¨ªfico, formaci¨®n profesional y la extensi¨®n de la cultura. Cuanto menos, un partido democr¨¢tico y respetuoso con la ley y los tribunales, como sostiene y pretende ser el PP, debe acatar los m¨ªnimos de un Estado de derecho, y por ello, no puede dar el mismo cr¨¦dito a los depositarios del saber reconocidos institucionalmente que a otras entidades respetables pero carentes de ese aval. Debemos salir del impasse, llegar a acuerdos, pues estos son necesarios para evitar el lastre y los inconvenientes de un conflicto que genera resistencias a la promoci¨®n de la lengua propia, y que a¨²n la sit¨²a en m¨¢s inferioridad en relaci¨®n con la lengua oficial de todo el Estado. As¨ª pues est¨¢n las cosas. ?Ser¨¢ posible el acuerdo y el entendimiento deseado por la gran mayor¨ªa? Vicent ?lvarez es miembro del Consell Valenci¨¤ de Cultura.
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