Los secuestrados iban a ser entregados al juez, seg¨²n el comisario

Miguel Planchuelo, ex jefe de Informaci¨®n de Bilbao, sostuvo en su declaraci¨®n que el final previsto para la detenci¨®n del etarra Mikel Lujua, tras someterlo a interrogatorio, era ponerlo "a disposici¨®n judicial". Su declaraci¨®n, inconexa y embarullada, dej¨® flotando en el tribunal una penosa impresi¨®n sobre la eficacia de los servicios antiterroristas.Entre balbuceos, Planchuelo describi¨® el chalaneo que se trajo con el confidente Pedro S¨¢nchez, un ex legionario que, tras ser detenido por el secuestro de Segundo Marey en Francia, falleci¨® en prisi¨®n. Planchuelo record¨® que S¨¢nchez les ofreci¨® la captura de una persona "muy importante" de ETA, pero de la que desconoc¨ªa el nombre. Inicialmente, Planchuelo rechaz¨® la oferta: "Si nos nos dices qui¨¦n es, no nos sirve, porque en Madrid no van a querer a un piernas". S¨¢nchez hizo entonces un amago de cambio de cliente: "Es muy importante y est¨¢ controlado. Pero, si no lo quer¨¦is, se lo entrego a otros servicios [policiales]".

"Yo llevaba en mi coche unas fotos sueltas facilitadas por los servicios franceses. Se las ense?¨¦ y me se?al¨® a Lujua", prosigui¨® Planchuelo. "Francisco ?lvarez se llev¨® la foto a Madrid, que dio el visto bueno", reiter¨®.

El fiscal, Jos¨¦ Mar¨ªa Luz¨®n, evidenci¨® con muchas de sus preguntas la incredulidad que le produc¨ªan las afirmaciones del comisario. Como cuando ¨¦ste asegur¨® que a Lujua y Jos¨¦ Mar¨ªa Larretxea, al que un grupo de geos hab¨ªa intentado secuestrar con anterioridad, "se pensaba ponerlos a disposici¨®n judicial".

Fiscal. "?Larretxea no era para un canje por el capit¨¢n Mart¨ªn Barrios, en poder de ETA?

Planchuelo. Bueno; en principio, ser¨ªa para eso.

F. Pues parece incompatible...

P. A lo mejor se habr¨ªa hecho alg¨²n tipo de presi¨®n, pero la operaci¨®n fracas¨®.

F. O sea, que, si fracasaba el canje, se trataba de ponerle a disposici¨®n judicial...

P. Exacto.

F. ?Por qu¨¦ alquilar una caba?a para retener a Lujua si le iban a poner a disposici¨®n judicial? Planchuelo redobl¨® sus balbuceos.

P. Es que a la jefatura no lo pod¨ªamos llevar... Puede que lo de la caba?a no fuera lo m¨¢s adecuado. Pero en la lucha antiterrorista hay que tomar decisiones, aunque a veces sean an¨®malas, porque de ellas depende la vida de muchas personas...

Planchuelo divag¨® sobre la situaci¨®n del terrorismo en el Pa¨ªs Vasco en aquellos a?os y, al fin, hall¨® una salida:

P. Tenga en cuenta que all¨ª todos los d¨ªas recib¨ªamos la visita de un militar de m¨¢xima autoridad. Y nos dec¨ªa: "Como estos t¨ªos maten a Mart¨ªn Barrios se van a enterar..." ?Qu¨¦ borde¨¢bamos un poco el C¨®digo Penal? S¨ª, pero... Se han hecho muchas cosas. En aquella ¨¦poca a la autoridad judicial no le importaba si hac¨ªamos alguna ilegalidad porque viv¨ªamos con mucha tensi¨®n.