Accesibilidad
En EL PA?S del pasado 13 de abril se public¨® un art¨ªculo que dec¨ªa que el 82% de las casas madrile?as y barcelonesas (supongo que en el resto de Espa?a ser¨¢ muy parecido) tienen alguna barrera arquitect¨®nica que dificulta la movilidad y que el 15% de los mayores discapacitados no sale nunca del hogar.Seg¨²n el Libro de estilo de EL PA?S, minusval¨ªa es una ?situaci¨®n desventajosa para un individuo, como consecuencia de una deficiencia o de una discapacidad, que limita o impide su normal desenvolvimiento?. Para la mayor¨ªa de la gente, un discapacitado es el que va en una silla de ruedas, lleva un bast¨®n blanco o un par de muletas, tiene rasgos mongoloides y poco m¨¢s. Y no. Seg¨²n la definici¨®n del Diccionario de la Real Academia o la anterior del Libro de estilo, minusv¨¢lidos somos la mayor¨ªa de los humanos: quien no usa gafas, tiene problemas de ri?¨®n, pulm¨®n o coraz¨®n, tiene depresiones, reuma, migra?a, diabetes, artritis, juanetes, complejos varios o simplemente mucha edad. Y ustedes dir¨¢n, ?a qu¨¦ viene todo esto? Pues a que el d¨ªa que entendamos que todos somos un poco minusv¨¢lidos habr¨¢ llegado el momento de exigir que nuestras ciudades sean m¨¢s accesibles; en ese momento todos llegaremos a la conclusi¨®n de que cualquier ciudadano normal puede dejar de serlo porque ha tenido un accidente de tr¨¢fico, un accidente laboral, un esguince a causa de una ca¨ªda, est¨¢ en avanzado estado de gestaci¨®n, tiene un maldito reuma o sencillamente ha llegado a viejo o vieja con las secuelas correspondientes; y lo que antes eran tres escalones de nada en el portal, el mercado o el ambulatorio se convierte en un abismo insalvable.
Vivimos en un mundo donde la est¨¦tica y la apariencia lo son casi todo, y supongo que a nadie le gusta leer que todos estamos vendidos, que un tropez¨®n o una mala zambullida en una piscina o pantano, un despiste conduciendo o trabajando o el simple hecho de cumplir a?os nos puede convertir en minusv¨¢lidos; ¨¦sa es la clave para crear un estado de opini¨®n favorable y lo m¨¢s militante posible para que todas las nueva construccions cumplan la ley (que no la cumplen), o que a la hora de remozar las aceras y las plazas de nuestros barrio se eliminen las barreras existentes (que, aunque la ley lo diga, no siempre las eliminan). Y un ¨²ltimo ruego: que en todas las facultades de Arquitectura o en las escuelas de Ingenier¨ªa T¨¦cnica de Obras P¨²blicas, etc¨¦tera, se sensibilice a los futuros profesionales que el hacer calles y edificios accesibles es facilitar la normalidad de muchos ciudadanos que de otra manera se ven severamente limitados o simplemente encerrados en sus casas sin posibilidad de salir.-
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