Hugh Thomas presenta una nueva colecci¨®n dedicada a autores cubanos
?A pesar del gran ¨¦xito de su visita a Cuba, el Papa no ser¨¢, por fortuna, el sucesor de los capitanes generales, ni de los comisarios sovi¨¦ticos, ni otro presidente de la United Fruit Company?, valor¨® el historiador e hispanista brit¨¢nico Hugh Thomas, para contextualizar que, ?despu¨¦s de cuatro siglos de dominaci¨®n espa?ola, cuatro d¨¦cadas de sujeci¨®n cultural a Estados Unidos y otras tres de dependencia de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Cuba tiene la posibilidad de vivir sin guardi¨¢n extranjero, por primera vez desde el Descubrimiento?. Thomas present¨® en la Casa de Am¨¦rica los tres primeros t¨ªtulos de una nueva colecci¨®n de la editorial Casiopea cuya programaci¨®n incluye la publicaci¨®n de autores cubanos de las dos orillas.El historiador elogi¨® la superaci¨®n de la visi¨®n dicot¨®mica e ideas maniqueas, puestas en evidencia en estos textos, y que propician una visi¨®n de Cuba como paradigma de ?lo ex¨®ticamente correcto?. Este cu?o sirvi¨® a Iv¨¢n de la Nuez, director de la colecci¨®n y autor de La balsa perpetua, para simbolizar en Cuba lo que denomina un ?colonialismo de terciopelo, consistente en la domesticaci¨®n de lo otro. La apropiaci¨®n por parte de un Occidente que no quiere renunciar al Carnaval pero teme a sus sujetos; quiere a los tambores, pero se cuida de los negros?.
Posmoderno
En la confluencia de lo premoderno y posmoderno como caracter¨ªstica caribe?a repara el semi¨®logo Antonio Ben¨ªtez Rojo en otro de los t¨ªtulos, La isla que se repite. ?Creo que Occidente permanece enfrascado en el match entre Plat¨®n y Arist¨®teles y en la dial¨¦ctica hegeliana, mientras que las culturas caribe?as propician otra forma de concepci¨®n de la realidad, mucho m¨¢s vitalista y polirr¨ªtmica, al margen de la tiran¨ªa de la raz¨®n instrumental?, advierte. Ben¨ªtez Rojo habla de una identidad sociocultural caribe?a que se extender¨ªa desde Canarias o Cabo Verde hasta las Antillas, y que compondr¨ªa un ?meta-archipi¨¦lago? capaz de simbolizar el centro del descentrado mundo actual. ?No reivindico tanto un quicio geogr¨¢fico como un cierto tempo , marcado por un caos pol¨ªcromo y encarnado en el Carnaval. Se tratar¨ªa de una identidad cifrada antes en lo caribe?o que en la cuenca del Caribe propiamente dicha. Algo as¨ª como un feeling port¨¢til?.El tercero de los libros, A la sombra del mar, rinde cuentas a los tenebrosos a?os finales que pas¨® en Cuba el escritor Reynaldo Arenas. Es obra del poeta Juan Abreu, quien antes de compartir la cubierta del Mariel con el autor de Antes de que anochezca, fue su c¨®mplice, procur¨¢ndole cada d¨ªa el alimento al pr¨®fugo que se ocult¨® entre ratas y cartones durante meses en el parque Lenin. ?He cre¨ªdo justo aventar la memoria de esos a?os opacos. Creo que fuimos la primera generaci¨®n de exiliados no trasterrados, sino sencillamente desterrados, y que ni siquiera dej¨¢bamos una matriz de referencia a las espaldas?, manifest¨® Abreu.
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