Bartolom¨¦ se encierra en su domicilio para estar solo
Mientras se suced¨ªan las peticiones de dimisi¨®n, los anuncios de reuniones y las declaraciones de Bartolom¨¦ Rubia ante la Guardia Civil y la juez, la normalidad regresaba ayer poco a poco a La Carolina tras la larga velada del viernes. Esa noche, un grupo de vecinos -un par de centenares al principio, apenas 50 a ¨²ltima hora- acudi¨® a recibir al joven concejal del PP, que regresaba de Ir¨²n (Guip¨²zcoa) custodiado por agentes del instituto armado y sin que nadie en el Pa¨ªs Vasco creyera su historia del secuestro a manos de ETA. Aguantaron, desde las diez de la noche hasta cerca de la 1.30 de la madrugada, bajo una suave e incesante lluvia. Para entretener el tiempo, los congregados afilaron su mordacidad con comentarios jocosos sobre el falso secuestro.Ayer, los comentarios eran menos mordaces pero m¨¢s cr¨ªticos y arreciaban las peticiones para que abandonara el PP. "Ha puesto al pueblo en verg¨¹enza", se repet¨ªa en los mismos corrillos que antes le consideraban "un h¨¦roe nacional" por lograr escapar de sus captores. Despu¨¦s ya se dec¨ªa cualquier cosa, incluso que en los ¨²ltimos d¨ªas el propio Bartolom¨¦ Rubia, Bartol¨ªn, hab¨ªa anunciado que preparaba una trama de estas caracter¨ªsticas. Y, sobre todo, se hac¨ªan diversas conjeturas sobre el "montaje tan raro" del joven edil.
El propio protagonista, que ayer se encerr¨® en su domicilio despu¨¦s de reiterar que tiene la conciencia tranquila, ratificaba esta impresi¨®n al confesar que cuanto le sucedi¨® le parece algo "m¨¢s raro que nada". Eso mismo dicen tambi¨¦n personas de su entorno m¨¢s ¨ªntimo, que aseveran: "ETA no lo ha secuestrado, pero conociendo a Bartolo sabes que no se inventa algo as¨ª".
Bartolom¨¦ Rubia regres¨® a su pueblo de madrugada, rodeado por un par de amigos y media docena de guardias civiles. En el portal de su casa le aguardaban algunos concejales, su padre, su novia y otros familiares. En su entorno cuentan que lo ¨²nico que dijo fue: "Quiero estar solo". Su novia, Patricia Bosquets, de 15 a?os, cree su versi¨®n y asegura que no es cierto que su relaci¨®n fuera a romperse, en contra de lo que lleg¨® a especularse para justificar la actitud de Bartolom¨¦.
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